Un derbi sin Duarte ante el espejo rojillo
El Alavés quiere aprovechar su renovada solvencia a domicilio para encarrilar la permanencia ante un rival de perfil semejante
Decía Kike García, de pasado rojillo y presente albiazul, que Osasuna y Deportivo Alavés son dos equipos «parecidos». Por ciudad, afición, objetivos, pasado reciente ... en Primera División... Cinco temporadas seguidas lleva el conjunto navarro, todas de la mano de Jagoba Arrasate, que cumple su sexto año en El Sadar. «Eso hace mucho, sabe muy bien a lo que juegan», destaca Luis García, que también ha dado cierta estabilidad al banquillo vitoriano, aunque, tras el ascenso y una permanencia encauzada, su renovación sigue en el limbo de la incertidumbre.
La principal diferencia radica en el límite salarial. El del Alavés es el más bajo de la categoría (31,3 millones), lo que añade mérito a lo que está haciendo el técnico madrileño; el de Osasuna es el decimocuarto (53) tras verlo incrementado en seis en el mes de febrero después de ingresar esa cantidad por las ventas del Chimy Ávila (Betis) y Adama Boiro (Athletic). En la tabla clasificatoria la ventaja es de cuatro puntos a favor de la escuadra navarra, que ha sumado siete de los últimos nueve en juego. Tres jornadas sin perder lleva el conjunto babazorro, aunque tampoco ha ganado.
Pone en juego esa racha en El Sadar con una renovada solvencia como visitante (lunes, 21.00 horas). Son cuatro desplazamientos sin conocer la derrota: Real Sociedad (1-1), Sevilla (2-3), Almería (0-3) y Betis (0-0). «Estamos siendo más competitivos fuera de casa, en la primera parte de la temporada nos costaba», se felicita Luis García. «Al igual que en la primera vuelta sacaban muchos puntos en casa y fuera le costaba más, ahora fuera de casa también lleva una gran racha», conviene Jagoba Arrasate.
Osasuna y Alavés también se parecen en eso, en el discurso de sus entrenadores. «El equipo ha ido cogiendo el aire, sabía que al principio iba a acusar la falta de experiencia en la categoría. Era normal», explica el técnico albiazul. Su homólogo rojillo le da la razón: «Lleva jugando bien todo el año, pero es cierto que ahora han adquirido una madurez y está mejor todavía. Compite mejor y comete menos errores».
Luis García confirmó dos dudas en al previa; Duarte era una de ellas y no estará
«Es un rival difícil», coinciden los dos cuando toca hablar del adversario. «Ya dije que me recordaba mucho a nuestro Osasuna cuando ascendimos, con ese hambre, con esa conexión con la afición», enfatiza Arrasate. Luis García destaca la capacidad física del equipo rojillo, que «te obliga a ganar muchos duelos y segundas jugadas», y el poderío aéreo de los dos centrales, Catena y David García, en las jugadas a balón parado. «En eso son mejores que nosotros», reconoce el técnico madrileño, que, sin desvelar nombres, mantenía dos dudas por gastroenteritis en su bloque titular. Confiaba en que pudieran llegar los dos. La ausencia definitiva de uno de ellos se confirmó al anunciarse la convocatoria: Rubén Duarte no estará en el encuentro.
El que no estará en el banquillo de El Sadar es él después de ser expulsado ante el Mallorca por doble amonestación, aunque mantiene que la segunda amarilla no fue justa. Sabe que lo va a pasar mal siguiendo el derbi desde las alturas. «Se sufre mucho, no me gusta nada, es lo que peor llevo de mi profesión. Y cuando uno comete un error hay que reconocerlo, pero yo esta vez no hice nada y que me tenga que perder un partido por nada me duele mucho y lo llevo muy mal. A veces pienso no ir, porque no puedes transmitir nada».
«El Alavés me recuerda a nuestro Osasuna cuando ascendimos, con ese hambre», dice Arrasate
Con todos estos elementos, Luis García Plaza augura un «partido muy bonito», pese a lo negativo de un horario que restará ambiente. Consciente de que «el empate no es mal resultado». No es que lo firme, ni mucho menos, «salimos a cada campo al máximo, pero después los empates se valoran». Y más en un momento del campeonato que puede resultar decisivo para poner tierra de por medio con unas plazas de descenso que antes de que el balón ruede en El Sadar están a diez puntos. «El objetivo es cambiar de dígito». Alcanzar la treintena, que está a uno solo, «sería importante a falta de once jornadas». Porque «después de osasuna y Rayo tenemos un calendario jodido, tenemos que hacer una victoria en alguno de esos dos partidos».
Budimir se apunta al duelo con una máscara protectora
Osasuna va con casi todo. Arrasate solo tiene la baja de Rubén Peña. Arnaiz y Raúl García, que eran duda, están a disposición del técnico vizcaíno. También Ante Budimir, que parecía imposible que pudiera jugar ante los albiazules después de la fractura de pómulo que sufrió en Las Palmas. El ariete balcánico jugará con máscara. Una protección que llega desde la República Checa y que permite un ángulo de visión superior a otras caretas deportivas. «Dice que está bien. Algo limitado, como es normal, pero tampoco es el primer futbolista que juega con máscara», apunta el entrenador osasunista. El alavesista Rafa Marín, sin ir más lejos, tuvo que usar máscara en el Sánchez Pizjuán.
«Soy yo el que tiene que decidir, pero si es por él siempre está preparado», apostilla el técnico rojillo, que elogia el carácter y el compromiso de Budimir. Luchador de nacimiento, cuando con seis meses la guerra obligó a él y su familia a abandonar su Bosnia natal para crecer con tranquilidad en el condado de Zagreb –es internacional con la selección croata–. El 'Cisne de Zenica', como apodan al delantero balcánico, aunque en tal localidad solo nació por las circunstancias, «porque el hospital más cercano estaba ahí», ha relatado el protagonista en varias entrevistas.
La alusión al animal le llega por su envergadura (190 centímetros) y unos finos movimientos que empezaron a destacar en el Crotone italiano, donde, cedido por el Sant Pauli alemán, marcó 17 goles en la Serie B. 13 firmó en su debut en la Primera División española, en las filas del Mallorca, los mismos que suma ahora en su cuarta temporada en Pamplona, donde es la principal referencia ofensiva de un Osasuna que quiere mirar hacia arriba en la clasificación.
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