Una partitura también centenaria
Historias en albiazul ·
Instituciones muy diversas están aportando su granito de arena, cada una en su propio campo, al centenario del Deportivo Alavés. También lo ha hecho la ... Banda Municipal de Vitoria-Gasteiz proponiendo al club interpretar con instrumentación y coros tres canciones que conforman la historia musical de la entidad deportiva en un documental que se ha presentado este sábado. Entre ellas se incluyen el himno oficial, de Alfredo Donnay, y el del centenario, de Mikel Izal.
Pero, además, desde la Banda Municipal han logrado localizar en Eresbil, el Archivo Vasco de la Música, la partitura original del intermedio de 'Que la victoria nos sonríe', una obra vinculada a la primera etapa gloriosa del Alavés. Tal y como tuve ocasión de explicar en esta sección, fue estrenada en el Nuevo Teatro (Principal) el 28 de junio de 1928. Era un homenaje al Alavés por la magnífica temporada que acababa de concluir, incluyendo la semifinal de Copa. 'Que la victoria nos sonríe' era una obra de teatro, un «episodio cómico-futbolístico en un acto, dividido en dos tiempos», escrita por los entonces jóvenes Francisco Javier Landaburu, futuro diputado a Cortes por el PNV y vicepresidente del Gobierno vasco en el exilio, y Luis Apraiz González de Betolaza.
Las «ilustraciones musicales» del intermedio eran obra «del joven y estudioso maestro Luis Arámburu», que con el tiempo se convirtió en un reconocido músico. Tal y como explicó la prensa, «la orquesta del teatro reforzada», dirigida por el propio compositor, acompañó al coro, compuesto por «un grupo de señoritas y jóvenes aficionados». Colaboró también el «aplaudido tenor» vizcaíno asentado en Vitoria Maximino Lizarralde, organista de la iglesia de San Vicente y futuro director del Orfeón Vitoriano. Se anunciaba que la música iba a «satisfacer plenamente el gusto artístico del público». Además, iban a venderse en el hall del teatro folletos a diez céntimos «con el cantable del intermedio que, en cuanto sea conocido del público, va a causar verdadero furor por aprenderlo».
Landáburu y Apraiz decían estar «entusiasmados verdaderamente» con «las ilustraciones musicales que en el libro ha intercalado nuestro querido colaborador Luis Arámburu. El público tendrá ocasión de escuchar esta noche una partitura excelente que, sin ser populachera, ha de llegar a ser el alma popular de Vitoria», aventuraban. En efecto, la obra fue un éxito y la crítica alabó a Arámburu, «el autor de la partitura, que fue más atrevido que sus compañeros. Se creció el muchacho en su trabajo, y así pudimos oír complacidos el intermedio, repleto de optimismo y a veces hasta inspirado finalmente. El 'petit' de los Arámburus promete grandes cosas».
Otro comentarista escribía: «Sobre la música de Luisito Arámburu, tenemos que volcar el saco de los elogios y atacar el parche, tanto como el chistulari Añúa en el conjunto de la obra. El intermedio y canción coral es un acierto completo. No en balde es Arámburu 'petit' un musicazo, que al órgano y al piano hace expresar lo que desea. Ayer se nos mostró como un compositor fresco y jugoso, que con motivos forzados supo hacer un número interesante y no exento de dificultades; que lo instrumentó de modo rico y lozano y lo dirigió estupendamente. El público le hizo saludar repetidas veces y el número fue repetido».
Hasta ahora sabíamos por la prensa de la época que la música era «muy típica» y que en parte se basaba en «variaciones sobre el tema '¡Ánimo pues!', el pasacalles popular, propio por ejemplo del chupinazo de San Fermín, que se usaba entonces como un himno oficioso del Alavés. Aunque la obra llegó a interpretarse en 1980, no se conocía la partitura. Ahora, gracias al descubrimiento de la Banda Municipal, se sabe que Arámburu «juega con una serie de melodías vascas, reconocibles la mayoría». Se trata, en palabras del director de la agrupación musical, Luis Orduña, «de una reivindicación de nuestra cultura, de nuestro folclore, llevada al terreno de lo simbólico». Una obra muy del contexto cultural de 1928, de la que merece la pena disfrutar de nuevo.
La historia musical del Deportivo Alavés en tres canciones
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