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Un valiente Alavés no pudo contra un Real Madrid con un ojo puesto en el cruce de Champions ante un Arsenal que ya le sonrojó ... primero. El conjunto alavesista lo intentó hasta el descuento, pero no pudo ni igualar en el marcador al gigante blanco, pese a que en juego le plantó cara.
Cada equipo inició la contienda con sus debes, tanto el equipo albiazul con las bajas importantes por amonestaciones del portero Sivera, el todoterreno Guridi y un Conechny con menos minutos en sus piernas. Y la escuadra blanca, reservando a algunos hombres que cuando actuaron al final marcaron la diferencia, sobre todo Vinicius y Bellingham. El brasileño forzó la justa expulsión del local Manu Sánchez a falta de media hora de juego para equilibrar las fuerzas numéricas y el inglés tuvo la puntilla al final, aunque no pudo materializarla por la gran parada de Owono. El ecuatoguineano no tuvo más trabajo, salvo el único y decisivo gol del partido en la primera parte, tras un certero tiro del madridista Camavinga tras una triangulación grupal.
De inicio y con la vuelta de Aleñá al once, el Alavés presionó y dominó más el balón en campo contrario, también ayudado por la roja directa al astro francés arrepentido Mbappé, tras una peligrosa plancha. Es entonces cuando nos ilusionamos con algún tanto del Alavés, pero excepto un tiro rozando el poste de Carlos Vicente, el gran guardameta belga Courtois no tuvo que intervenir en acciones de peligro. Ahí estuvo la diferencia entre uno y otro o entre perder o empatar, porque sobre un terreno blando que nos beneficiaba por la lluvia, sólo fue superior con la pelota el Madrid cuando jugaron diez contra diez.
Faltó sacar algo de tajada, sobre todo en la media hora intermedia que competimos con superioridad numérica, sabiendo que ante el bloque 'merengue' y con algunas opciones ligueras todavía, es difícil salir indemne. Tenaglia, que volvía a la alineación tras su sanción, acabó el partido de central y Carlos Vicente de lateral, algo no diferirá mucho de lo que veremos en Sevilla en el trascendental duelo del próximo domingo. Dado que la plantilla hispalense querrá ahuyentar los fantasmas para alejarse claramente del descenso –incluido debut del técnico Caparrós por García Pimienta–. Y nosotros, seguir dejando por detrás a Las Palmas y Leganés, con los que nos jugaremos dos plazas que conducen a Segunda, tras los últimos resultados.
Es una pena que ayer no aprovecháramos nuestras cartas, incluso con un segundo delantero como Toni Martínez sobre el campo. Pero lo más problemático tras la reanudación fue la lesión muscular del central Abqar, que sumado a la quinta amarilla de Mouriño en el descuento y la roja directa anterior de Manu, hará necesitar otro zaguero ante el Sevilla.
Contando con Diarra como el otro lateral, si no me equivoco, Pica y Sedlar se pueden jugar la otra pieza del puzle. Es rara la inactividad de ambos, sobre todo la defenestración del serbio, que siempre que ha jugado ha cumplido con creces. Pero nos tenemos que quedar con lo positivo e incluso con el correcalles final, donde el Alavés siempre estuvo metido en el partido. Como lo deberá estar en las siete finales que quedan y donde nos puede favorecer el golaveraje particular y la diferencia de goles general. Como también será clave aunar las fuerzas, ya que jugaremos dos de esas finales en casa y entre semana, concretamente ante una Real Sociedad que persigue repetir en Europa y un Valencia que ha resurgido de sus cenizas.
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