Un buen día para la autocrítica

Y, por supuesto, autocrítica en la dirección deportiva para que siga hurgando y peinando el mercado a ver si en el de este invierno consigue mucho con poco. Con poco tendrá que ser, ya que el titular de la propiedad comentó en este mismo medio que se había confeccionado una buena plantilla y ahora le toca al entrenador sacarle su máximo rendimiento. Mensaje claro y conciso. Aunque el bueno de Luis García siempre que puede deja caer o insinúa que hacen falta refuerzos. No creo que haya que advertirle cómo se las gastan con los entrenadores por estos lares. Y lo de pedir autocrítica en las altas instancias no es algo que se contemple en la entidad de Mendizorroza.

El partido del sábado contra el Burgos fue un éxito total. Está claro que el que más ganó fue el fútbol. Buen espectáculo tanto dentro del terreno de juego como en las gradas o por las calles de Gasteiz. El juego tuvo todos los ingredientes para ser un buen espectáculo. Muchísimo interés por ganar, muchísima incertidumbre en el resultado, casi trágico; y, por supuesto, por desplegar un juego atractivo y dinámico, por su entrega, por el desarrollo táctico y sobre todo por ser eficaz. Y todo eso en un escenario verde y unas gradas abarrotadas resulta algo espectacular.

Y podemos decir, sin temor a equivocarnos, que el marcador fue injusto. Que merecimos más goles, no creo que nadie lo discuta. Y a las pruebas me remito. Si nos enseñan las estadísticas o el vídeo del partido sin saber el resultado, y nos dicen que apostemos por un equipo, sin dudar apostaríamos por una goleada del Alavés. Pues esto es fútbol e incluso con esos datos se pudo perder. Pero también es cierto que de esta manera de cien partidos se ganarían 99. Por lo tanto, los méritos sí cuentan.

Marcelo Bielsa comentaba que «las victorias sin merecimiento no son victorias». Y Arrigo Sacchi venía a decir algo así como que «ganar sin grandeza no es ganar». Y creo que este triunfo contra el Burgos sí cumple con esos requisitos que exigen estos dos fenómenos. Pero si yo tuviera que destacar algo, sería eso que dice que el mérito está en seguir atacando cuando se gana. Nada fácil, ya que el subconsciente te está recordando como un martillo pilón que después de lo que te ha costado conseguir el botín tienes que intentar conservarlo como sea. Y por la inercia del rival y la precaución propia te sueles venir atrás aunque sea sin querer.