Barça 2-1 Alavés

Cuando un buen partido no es suficiente

El Alavés se adelanta en el primer minuto, desperdicia ocasiones para tomar distancia y cae en una segunda mitad de control azulgrana tras cometer un ingenuo penalti

Domingo, 12 de noviembre 2023

Ya se sabe que casi todo debe cuadrar para que el Alavés puntúe a domicilio frente a los grandes. Las piezas tienen que encajar en ... un puzzle siempre complicado y ayer la ilusionante imagen del triunfo o el empate, que parecía dibujarse por momentos en la mente del aficionado albiazul, desapareció en una segunda mitad de control azulgrana. Por el camino quedaron las ocasiones claras de Samu para aumentar la ventaja obtenida a los veinte segundos y también el ingenuo penalti de Abqar que facilitó el doblete de Lewandoswki. Uno de los pocos regalos alavesistas bastó para anular unas opciones vitorianas que incluso revivieron en un descuento con oportunidades. Cuando un buen partido no es suficiente, podría decirse del choque ante un Barcelona angustiado y lejos, muy lejos, de lo que un día fue. No hubo espacio, en cualquier caso, para rememorar aquellos goles ganadores en el campo azulgrana de Nan Ribera (2000) o Ibai (2016). Ya habrá quién se sume a esta lista de privilegiados.

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Luis García Plaza había apostado de inicio por recuperar a Duarte y sentar a Hagi. Con un diseño de cuatro defensas que apenas duró unos minutos. Mucho antes, apenas en veinte segundos, se había adelantado el Alavés. El equipo vitoriano se enconmendó desde ese momento a los tres centrales y a lo dos carriles largos para Gorosabel y Javi López. Frente a un Barcelona donde Xavi tiró de sus futbolistas más creativos, dejando fuera a Oriol Romeu para mezclar en el eje a Gundogan, Fermín y Pedri. Más Lamine Yamal, Joao Félix, Lewandowski... Toda la artillería azulgrana sobre el césped, aunque la explosión inmediata fue albiazul. Pocas veces la jugada inicial acaba en gol. Menos aún cuando saca el oponente. Esta sí. Balón largo, despeje de Rafa Marín, robo de Guridi a Gundogan, progresión perfecta del azpeitiarra, balón a la izquierda para Javi López, centro y 0-1 de Samu. Curso acelerado de cómo aprovechar un error.

Barcelona

Ter Stegen, Koundé (Balde, min. 70), Araujo, Iñigo Martínez, Cancelo, Fermín (Raphinha, min. 63), Gündogan, Pedri (Oriol Romeu, min. 85), Lamine, Lewandowski y Joao Félix (Ferran Torres, min. 70).

2

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Alavés

Sivera, Gorosabel (Tenaglia, min. 85), Abqar, Rafa Marín, Duarte, Javi López, Guevara, Blanco (Tomás Mendes, min. 85), Guridi (Hagi, min. 79), Rioja (Abde Rebbach, min. 63) y Samu (Kike García, min. 79).

  • Goles: Sivera, Gorosabel (Tenaglia, min. 85), Abqar, Rafa Marín, Duarte, Javi López, Guevara, Blanco (Tomás Mendes, min. 85), Guridi (Hagi, min. 79), Rioja (Abde Rebbach, min. 63) y Samu (Kike García, min. 79).

  • Árbitro: Busquets Ferrer (Comité balear). Amonestó a Lewandowski, Duarte y Gündogan.

  • Incidencias: Partido de la jornada 13 en Primera disputado en el Lluis Companys ante 38.183 espectadores.

Durante media hora Samu Omorodion provocó el pánico en el estadio Olímpico. Durante toda la semana, o aún más debido al parón liguero, quedarán en la retina las ocasiones desperdiciadas por el delantero alavesista. Y también su efecto devastador cuando dispone de espacios para correr. Se trata de un jugador en plena construcción que anuncia a medio plazo un edificio futbolístico de lujo. También es ya el máximo goleador alavesista (3 tantos) y un generador de ocasiones por cuenta propia. Si uno falla oportunidades que ningún otro jugador de la plantilla podría soñar siquiera con crear, solo cabe esperar que su progresión en el capítulo de la efectividad resulte rápida. Ayer se le escapó una buena ocasión al lateral de la red, un mano a mano con Ter Stegen que envió fuera y otra, tras ningunear a Koundé, en la que rozó el larguero. Tal era el destrozo en la zaga azulgrana que Xavi colocó a Araujo, su mejor defensor, sobre el ariete albiazul. Entre el cansancio y la jerarquía de su oponente, Samu no volvería a aparecer.

El Alavés había cuajado una primera parte excelente. El gol inicial elevó la tensión de un Barcelona exigido tras sus últimos resultados y que topó con una escuadra albiazul rocosa, competitiva y afilada. Solo algunas grietas, como un remate de Lewandowski salvado por Sivera. A cambio, grandes dosis de orden, anticipación y kilómetros recorridos para frenar al adversario. Solo Joao Felix y Cancelo parecían incomodar por la izquierda, con un conjunto albiazul concentrado en evitar el juego por dentro de los Gundogan, Pedri y Fermín.

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Quizás se haga poco hincapié a la hora del análisis del juego en los condicionantes físicos. Pero cuando una escuadra como la albiazul derrocha oxígeno para defender, robar y llegar como ayer lo hizo antes del descanso, antes o después lo paga. No hay quién sostenga ese ritmo y el Barcelona acabaría por aprovecharlo. Para dominar después por completo e igualar en un soberbio cabezazo de 'Lewy'. Que fuera un gran gol indultaba al Alavés en esa acción, no así en el penalti regalado después de una ingenuidad de Abqar. El contexto del partido anunciaba ya a esas alturas, es cierto, la posibilidad de derrota. Sin balón y casi hundidos en el área. Pero ese regalo aceleró la derrota. Dentro de un duelo donde el cuadro vitoriano evitó prácticamente hasta el final pérdidas que concedieran espacios al rival.

Era el primer encuentro sin el lesionado Sedlar, aunque parece claro que el Barcelona no es el rival para medir las consecuencias de la pérdida de este futbolista. Habrá tiempo para ello, aunque todo indica que una pieza capital se ha quedado por el camino. No la resistencia de un Alavés de nuevo competitivo y esforzado al límite. Que más allá de los aciertos y errores puntuales acumule partidos con una clara sensación de equipo solo puede sumar para valorar el trabajo de la plantilla y de Luis García Plaza. Ayer, eso sí, el técnico pareció demasiado remiso a los cambios. Le costó frenar desde el banquillo lo que eran oleadas blaugranas. Hagi y Kike García entraron ya con el 2-1 y antes solo había rescatado a Abde en un duelo donde se necesitaba de todo, pero también piernas frescas.

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El Barça había tirado antes de todos sus recursos con Balde y Ferrán, aunque el Alavés, con la aparición posterior incluso del futbolista del filial Mendes, llegó a poner en apuros de nuevo a su rival. Pero ni Kike García ni Tenaglia acertaron en un descuento que acabó con una mano en el área de Romeu y posible penalti anulado por un fuera de juego anterior. Rabia de nuevo pese a tratarde de una derrota 'lógica' y paréntesis liguero antes de enfilar otro partido de aúpa frente al Granada. No hay duda del compromiso albiazul y eso ayuda a respaldar a un equipo que pelea sin tregua por sobrevivir en Primera.

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