El percance del autobús del Alavés en Mendizorroza
Celebración del ascenso ·
A la salida le ha costado girar y han tenido que bajar algunas personas para aligerar el peso. Los jugadores albiazules cantaban y bailaban. También Josean Querejeta. Les esperaba una Plaza de la Virgen Blanca abarrotadaEl Deportivo Alavés salió de camino de la Virgen Blanca, pero hubo un momento en que el susto recorrió el cuerpo del club. Le costó salir de Mendi por un pequeño incidente, pero finalmente lo consiguió. En la memoria de muchos de los centenares de aficionados que aplaudían al equipo en este punto estaba el incidente con un bus similar en el ascenso de 2016, cuando el autocar ni siquiera llegó a Vitoria, se averió antes y hubo que recurrir a otro, cubierto en lugar de descapotado.
Paseo Cervantes, Salbatierrabide, Aguirre Miramón, Nieves Cano, Castro Urdiales, Las Trianas, Los Herrán, Reyes Católicos, Simón de Anda, Basoa, Avenida Gasteiz, Adriano VI, Magdalena y El Prado. Ese fue el recorrido del ascenso hasta una plaza de la Virgen Blanca que ya estaba llena desde dos horas antes. Al final del mismo les esperó un aurresku y la ofrenda floral a la Virgen antes de desatar la fiesta con los saludos, los cánticos y la trompeta de Asier Villalibre.
El ídolo. El autor del gol que dejó al Alavés en Primera. Como homenaje, los empleados del club, como muchos aficionados en la plaza, llevaban barba postiza. Otros como Guridi y Laguardia han optado por una llamativa peluca azul rizada. Y Javi López, directamente, se ha teñido su pelo de rubio platino. Envuelto en la bandera de Canarias, como Sedlar en la de Serbia, Abqar en la de Marruecos, el Búfalo en la ikurriña...
Y Róber en la de Extremadura, con una camiseta que ha hecho firmar a todos sus compañeros. Sivera lleva puesta la de Lagurdia. El míster, Luis García, más sobrio, con una bufanda albiazul al cuello. Como Josean Querejeta, que no ha querido perderse el camino, y Sergio Fernández. Y el presidente, Alfonso Fernández de Trocóniz, salta con los jugadores.
Demasiada gente arriba, parece ser, ya que el autobús no terminaba de arrancar. Y han tenido que bajar algunas personas para aligerar peso. Un pequeño incidente que retrasó cerca de media hora la llegada del equipo a la Virgen Blanca. El bus cogió velocidad después, aclamado por muchos aficionados por todo el recorrido, bengalas incluidas, e hizo acto de aparición en la plaza alrededor de las ocho de la tarde. Entonces empezó la fiesta de verdad.