Atlético 2-1 Alavés
Suavizante para un repasoEl gol de Guevara en el minuto 95 maquilla el resultado de un partido donde un Atlético de Madrid muy superior rozó la goleada
Así es el fútbol y el 2-1 del Metropolitano parece hablar de un duelo equilibrado y con opciones para el Alavés. Existieron, sí, a ... la desesperada y durante los sesenta segundos finales. Tras el tanto de Guevara que en el minuto 95 ejerció de suavizante para un repaso futbolístico. El que un Atlético de Madrid en plena forma dio a una escuadra albiazul simplemente superada. Sivera evitó antes y después de los tantos locales que el marcador se ampliase. Apenas queda aferrarse a ese espíritu competitivo que mostró el equipo vitoriano para al menos recuperar el tono tras el descanso. Después de un cambio de sistema para ajustar a un conjunto que hacía aguas ante un adversario lanzado y con Griezmann como excelente generador de juego. El francés resultó poco menos que indetectable para la zaga alavesista, Morata asistió y marcó, Riquelme se exhibió por la izquierda... Todo lo importante cayó del lado colchonero. Para certificar el séptimo encuentro consecutivo sin ganar del Alavés y, también, que no hay opciones cuando uno de los mejores equipos de la competición se encuentra a pleno rendimiento.
Atlético de Madrid
Oblak; Molina (m. 80, Azpilicueta), Savic, Witsel, Hermoso (m. 80, Giménez), Riquelme; Koke, De Paul (m. 66, Barrios), Saúl (m. 58, Llorente); Griezmann y Morata (m. 66, Correa).
2
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1
Deportivo Alavés
Sivera; Gorosabel, Abqar, Sedlar, Duarte; Guevara, Blanco (m. 83, Benavídez), Guridi (m. 62, Hagi); Sola (m. 45, Javi López), Samu (m. 72, Kike) y Luis Rioja (m. 62, Abde).
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Goles 1-0, m. 27: Riquelme. 2-0, m. 44: Morata. 2-1, m . 95: Guevara.
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Árbitro Muñiz Ruiz. Amonestó a los rojiblancos Llorente y Giménez y a los albiazules Duarte y Hagi.
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Incidencias 50.009 espectadores.
El duelo había arrancado sin sorpresas por parte alavesista. Tras el notable ejercicio futbolístico frente al Villarreal Luis García Plaza repitió el once inicial. Incluido un Samu cedido por el Atlético de Madrid sin cláusula del miedo y que pasó desapercibido. Delante, una escuadra madrileña donde Riquelme, en sustitución de Galán, resultó la única modificación respecto al conjunto que igualó en Glasgow el pasado miércoles. Sin concesiones por parte de Simeone, que alineó a la entonadísima pareja Griezmann y Morata y a sus dos campeones del mundo argentinos: Molina y De Paul. Un cóctel de alto voltaje que mareó desde el principio al cuadro vitoriano.
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Del espejismo inicial con un disparo de Samu tras un saque de banda largo se pasó a la realidad de un Atlético de Madrid muy superior. Equilibrados los rojiblancos, coo profundidad por las bandas a través de Riquelme y Molina, precisión en el eje y apariciones de muchísima calidad de Griezmann. Sin respuestas se quedó un Alavés que casi no entendía ni las preguntas. Su otras veces atinada y solvente presión llegaba tarde. Sin recuperaciones en posiciones adelantadas, pero prácticamente tampoco en campo propio. A ello se unían las imprecisiones con el balón, las pérdidas en zonas peligrosas, la lacerante falta de contundencia de Gorosabel en la acción que abrió el marcador...
Desconectado y 2-0
Un Alavés desconectado por completo. Saltaron los plomos en el centro del campo, sin participación de Guridi ni de Rioja... Ya se sabe que el Atlético de Madrid,, además de notable en el juego, es siempre un equipo que disputa cada balón al límite. Tampoco ahí, en los duelos individuales, existían opciones. Prueba de ello fueron dos ocasiones claras antes del primer tanto en dos córner y alguna más posterior con intervenciones salvadoras de Sivera. Nada de nada para el cuadro albiazul hasta el descanso. Con el castigo añadido del segundo tanto en el descuento. Llegó con mala fortuna tras un rechace de Sedlar que favoreció a Morata, pero la realidad es que podía haber sucedido en cualquier momento.
Y es que cuando no se sacan victorias en los partidos buenos a domicilio (Celta y Villarreal) difícilmente se puede esperar algo en el momento que llegan las desconexiones. Aquello de «no perde la concentración» que pedía Luis García Plaza estuvo lejos de cumplirse. Más bien aparecieron lagunas por todas partes. Ni rastro mientras existió partido de ese Alavés punzante y que concede poco. Cierto es que la combinación de talento que existía delante sobre el césped nunca se había dado en este ejercicio. Que después de once jornadas la escuadra albiazul sume nueve puntos y tenga por delante un calendario complicado (Barcelona, Real Madrid, Girona y Real Sociedad) en los ocho últimos duelos de la primera vuelta habla de las dificultades que aguardan.
Cambió a tres centrales el Alavés tras el descanso, aunque la sensación era de que poco o nada había que hacer. El Atlético es capaz de dormir cualquier partido, se trata de profesionales a la hora de repartir almohadas. Más aún cuando el rival tampoco exige demasiado y el fútbol bosteza. Al cuadro albiazul le alivió casi más no volver a encajar que pensar en otra cosa. A pesar de que Javi López y Hagi agitaron algo el árbol ante la condescendiente mirada del rival. El que rozó el 3-0 de Riquelme y al que le anularon otro de Griezmann más que discutible. A todo ello acabó por sobrevivir el Alavés y hasta asustó unos segundos con el tanto de Guevara ante un Oblak extrañamennte sorprendido.
No lllegó el milagro y sí la constatación de que cualquier versión que no sea la mejor aboca a un Alavés demasiado plano. También que el primer mandamiento pasa por desactivar al adversario y este domingo el Atlético se salió como quiso de la red albiazul. Sin morder ningún anzuelo. Así que no hubo golpe encima de la mesa y sí dudas de un cuadro vitoriano que encajó una derrota lógica, pero sin batalla real. Todo se complica y por delante se avista una determinante visita del Almería a Mendizorroza.
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