Vuelta de vacío del Deportivo Alavés a domicilio en un derbi ante una Real Sociedad que siguió ganando por la mínima en Anoeta. La indumentaria ' ... rojilla', como homenaje a la fundación de nuestra ciudad Vitoria y que nos equiparaba a Osasuna, no dio suerte a un equipo que perdió igualmente por un gol encajado. Y fue el 'guante' de Oyarzabal -reservado hasta el final- y a balón parado, quien puso el esférico en la testa de Zubimendi y de ahí a la red de Pacheco.
El pivote local fue el refresco más destacado de Imanol Alguacil, con Illarramendi cargado también de una tarjeta amarilla. Porque su homólogo albiazul empezó con Tomás Pina en vez de Escalante, para tras la reanudación volver al mismo once del Sevilla. Sin embargo, con un banquillo de 'gala', volvió a tardar mucho en oxigenar a su conjunto mediante los cuatro cambios restantes con el marcador ya en contra y solo veinte minutos por delante.
Mendilibar volvió a tardar mucho en oxigenar a su conjunto mediante los cambios
Porque, fiel a su estilo y con una presión tan arriba como intensa al contrario, maniató de comienzo la salida del balón donostiarra. Aunque en una primera parte igualada, fue la Real quien terminó disponiendo de más balón en sus botas, así como más disparos a puerta y ocasiones de gol. También tras la continuación, cuando el partido se abrió merced a las sustituciones locales con el premio del tanto de la puntilla. Porque antes la tuvo Edgar y después Manu Vallejo, pero el portero Remiro evitó la igualada.
Para salvarse es obligatorio agudizar el olfato realizador y elevar el rendimiento a domicilio
De esta forma, el Alavés debe mejorar fuera, ya que solo ha ganado en Cádiz y únicamente con el cobijo de su afición puede no valerle para salvarse. De hecho, además de superar al rival 'amarillo' deberá ganar sí o sí a la hora de comer al Granada en Mendizorroza el próximo sábado. Sigue la permanencia a tres puntos y es evidente que el Alavés sigue dependiendo de sí mismo a falta de diez partidos. Pero con treinta por delante no hay que engañarse de que todos los implicados tienen sus opciones, incluso hasta el colista Levante.
Lo más positivo es que en casa parece que hemos dado con la tecla de hacer sufrir al oponente y mantener la seguridad defensiva. Pero lo más preocupante es que fuera hay que puntuar también y que nuestra sequía goleadora es un lastre del que todavía no terminamos de desprendernos. Por lo tanto, para seguir una temporada más en Primera, es obligatorio agudizar primero al máximo nuestro olfato realizador y por este orden, rendir con más competitividad a domicilio.
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