Antonio Blanco, MVP del Alavés-Girona. Vota aquí quién te ha parecido el mejor

Apenas tuvo que intervenir, pero casi siempre lo hizo con inseguridad. Se le escapó un córner en el primer tiempo y un centro en el segundo. Casi la lía con despeje que apuró demasiado y golpeó en Stuani, antes de un gol en el que no pudo hacer nada. Buenos desplazamientos de balón.

El mejor en la línea defensiva. Anticipándose constantemente, sin sufrir primer ante Miguel Gutiérrez ni luego ante Danjuma. Le forzó la tarjeta amarilla y tapó bien la ocasión final del primer tiempo pese a ir rápido al suelo.

Diarra se encargó de Abel Ruiz y apenas estuvo exigido. Aún así, tuvo un error grosero con balón en el descuento de la primera mitad que pudo costar caro. Debe aprender a usar más sus cualidades físicas para no ir siempre al límite.

El fallo del gol es condenatorio. Abqar y Owono rozaron la fatalidad, pero finalmente le tocó al maliense. Está mal perfilado y demasiado pasivo en un centro al área en el último minuto. Un despeje que parecía sencillo acabó en dolor.

Le costó al inicio con Bryan Gil y un Van de Beek que caía en su banda. Pero al extremo se le agotó el físico y el lateral creció en el partido. Combina bien en ataque, pero alguna vez generaría más peligro si dirige sus centros atrás para la segunda línea.

Inconmensurable a partir de la media hora. Junto con Guevara, volvió a funcionar el doble pivote. Situó al equipo más adelante, menos hundido, ocupó mucho espacio y movió el balón con criterio, velocidad y calidad. Inicio varias de las jugadas de peligro.

Consiguió recuperar el balón en hasta tres ocasiones cerca del área rival y tuvo varias combinaciones de peligro con Conechny. En los ataque en estático le cuesta más.

Lesionado a la media hora sin apenas haber tocado el balón. Sin presencia en un Alavés encerrado atrás y sometido por completo.

Mejoró con el paso de los minutos. De un inicio espeso a ser, una vez más, el jugador de ataque más peligroso del Alavés. Le regaló medio gol a Conechny, pero la desaprovechó. Sigue en un gran estado de forma tras las vacaciones.

Sin opciones entre los tres centrales. Peleó, descargó de cara, puso a correr en varias acciones a Carlos Vicente y rozó el remate en un centro de Antonio Blanco en una jugada parecida a la de su primer tanto en El Sadar. Pero lejos del gol.

Se rompió a la media hora. Hasta entonces, estaba siendo de los pocos jugadores clarividentes en el ataque. Abandona la banda para aparecer en el centro del campo para desatascar las jugadas.

Tomó el mando desde su salida reemplazando a Jordán. Mejoró sus prestaciones del final de 2024, y pese a cometer algunas pérdidas impropias en él, trabajó muy bien sin balón y fue fundamental en la presión para acercar al equipo a la portería rival.

Revolucionó el encuentro. Entró con ganas de reivindicarse y en cierta medida lo consiguió. Pero al igual que los errores en defensa son condenatorios, el suyo en ataque también puede serlo. Mandó alto un remate a bocajarro, dos si se tiene en cuenta el del penalti. El partido hubiera sido otro.

En apenas un minuto tuvo dos intervenciones cerca del área que generaron el rumor entre la grada.

Se llenó de balón en la única ocasión clara de la que gozó. Enfiló la portería desde el lado izquierdo, condujo en exceso y no reparó el pase claro a Carlos Vicente al otro lado hasta enviar el balón muy desviado de la portería.