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Alavés 1-0 Tenerife

El Alavés resiste en el límite

Un solitario gol de Jon Guridi acaba con la mala racha y permite mantener la esperanza en el ascenso directo

Sábado, 25 de marzo 2023

Era ganar o comenzar a pensar en otra cosa. Así que el Alavés cumplió ayer con su obligación . Al resistir en el límite de un ... duelo áspero y discreto para rescatar un triunfo que todavía le permite creer en la pelea por el ascenso directo. El estreno goleador de Guridi acabó con la mala racha albiazul, que se extendía a cuatro partidos sin ganar y más de siete horas de juego sin gol. El mediapunta, con la colaboración del guardameta tinerfeño y tras la asistencia de Javi López, cambió el signo del duelo. El fútbol es así. Un jugador negado con la portería contraria durante 32 largas jornadas y con todo tipo de golpes de mala fortuna ante el gol fue el encargado de dejar atrás la pesadilla. Ese ver la meta rival como algo inexpugnable que ha llevado a la escuadra vitoriana a conceder demasiado a los adversarios directos.

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Deportivo Alavés

Sivera; Tenaglia, Laguardia (m. 54, Javi López), Sedlar, Duarte; Salva Sevilla (m. 93, Miguel), Moya; Jason (m. 79, Alkain), Guridi, Rioja (m. 93, Arroyo); y Sylla (m. 54, Villalibre).

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CD Tenerife

Soriano; Mellot (m. 87, Buñuel), Sergio, León, Nacho; Teto (Alassan, m. 77), Aitor Sanz (m. 87, Cacho), Corredera (m. 77, David), Waldo (m. 66, Larrea); Garcés y Gallego.

  • Gol 1-0, m. 68, Guridi.

  • Árbitro Cordero Vega. Amonestó a los locales Laguardia (m.20), Luis García (m. 22), Tenaglia (m.25), Guridi (m.71) y Duarte (m.89) y a los visitantes Nacho (m.28 y m.97), Mellot (m.36), Sergio González (m.45), Waldo (m.52). Expulsó a Nacho por doble amonestación una vez terminado el encuentro

  • Incidencias 13.722 espectadores

Las circunstancias advertían respecto a un choque de difícil digestión. Llegaba a Mendizorroza un cuadro en buen momento de forma y sobre el césped esperaba un Alavés parcheado por las bajas. Apuntaba el técnico albiazul que ahí, en problemas, quería ver la respuesta de la plantillla. No hay duda de que nadie se borra en este Alavés. Otra cuestión es hasta dónde tiene recursos el conjunto para desequilibrar. Una vez más se trató de golpear y golpear con un martillo sobre una pared para que se desprendieran piedrecillas. No hay granadas devastadoras, salvo alguna intervención de Rioja, y sí un trabajo constante. También problemas, como los vividos ayer en un cuarto de hora largo en el inicio de la contienda. Tan cierto es que Sivera apenas tuvo que intervenir como que el Tenerife amenazó en varias ocasiones con el gol, también en una segunda mitad donde la volea de Enric Gallego que tocó el larguero estuvo cerca de tumbar a los albiazules.

El Alavés había formado con Laguardia el eje de la zaga ante la ausencia de Abqar y el prácticamente obligado dúo Moya-Salva Sevilla en el eje ante la falta de otras opciones. Sylla volvió a la punta de ataque. Una de las consecuencias del partido fue la constancia de que el capitán alavesista acusa sobremanera la falta de minutos. Jugueteó el aragonés con la expulsión en varias ocasiones mientras que Sedlar se mostraba muy firme a su lado. Tan flagrante resultó la situación que poco después del descanso el técnico optó por sacar del césped a Laguardia y recurrir a Duarte como central en un partido áspero, de múltiples interrupciones y varias situaciones de VAR. Primero, para anular un penalti señalado sobre Tenaglia que no lo pareció en las repeticiones. Después, para no pitar otro sobre Villalibre, al que el guardameta visitante golpeó en la cabeza.

Ya se sabe que las decisiones del colegiado prevalecen salvo error manifiesto. Otra cuestión es si un árbitro como Cordero Vega se encuentra capacitado para impartir una mínima justicia. Lo suyo resultó un recital, de esos donde parece que el colegiado necesita concitar la atención para sentirse alguien. Hasta salió el último del vestuario después del descanso en una situación insólita. El árbitro cántabro no valía para Primera -descendió el pasado verano- y tampoco se antoja adecuado para Segunda. Pide ya una medalla y la jubilación.

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Problemas en el inicio

Nada resultó fácil ante un Tenerife combativo y por momentos delicado y profundo en su juego. Así arrancó el duelo para desconcierto de un Alavés que careció de opciones para siquiera inquietar. Sin balón el cuadro vitoriano y con precisión y buenas combinaciones un adversario que llegaba con claridad por las bandas. Por momentos parecía que la única oportunidad de alterar el guion era el balón parado o una acción aislada. Como el penalti que después acabó en tarjeta a Tenaglia por simulación.

Solo después de más de media hora el cuadro vitoriano acabó por equilibrar el juego. Lo suyo son arreones, normalmente más físicos que técnicos, para apretar. Apareció Guridi para hilvanar algo de juego junto a Moya y Salva Sevilla y al menos emergió cierta esperanza. Más complejo resulta lo de la banda diestra. Ni Jason ni Alkain, a estas alturas, han convencido. Que generen problemas a la zaga rival es complicado más allá de algunos centros. Así que el caudal ofensivo es el que es. Ayer, con un Villalibre también espeso en los envíos, sin acierto en una escapada en solitario y después protagonista de un posible penalti.

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Laguardia ya se las había tenido con Iván Romero en varias ocasiones antes de ser sustituido. Llegó el cambio, la entrada de Javi López para centrar la posición de Duarte y el Alavés insistió e insistió. Raro es que una acción de pura precisión acabe en gol. Más bien se abona el cuadro vitoriano a acciones como la de anoche. Por fuerza y de rebote se llevó el lateral el balón que acabó en el definitivo 1-0. Antes Soriano había salvado de forma inverosímil un tanto cantado de Tenaglia. En realidad, el Alavés se manejó mucho mejor tras el descanso, aunque Enric Gallego también rozó el 0-1. No llegó y el cuadro vitoriano se adelantó y controló con bastante solvencia en el tramo final. Sólo cabía vencer y llegaron los tres puntos. A nadie se le escapa, eso sí, que la pelea por el ascenso directo exige conjugar el verbo ganar de forma casi semanal.

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