Un gran Alavés se despide con rabia
octavos de final ·
El Sevilla aprovecha una acción aislada y acaba con un notable equipo albiazul al que solo le faltó remate y le sobró un arbitraje dañinoDurante ochenta minutos el partido discurrió como quiso el Alavés, que jugó mejor, llegó más al área contraria y dispuso de más oportunidades. Nada más y nada menos ante un adversario de nivel. Incluso en un cuarto de hora final donde el Sevilla aprovechó el cansancio local para equilibrar el duelo, apareció una clarísima ocasión de Salva Sevilla que rozó el gol en el descuento para forzar la prórroga. Así que a un gran conjunto vitoriano solo le faltó remate, un debe durante toda la temporada, y le sobró el dañino arbitraje del riojano Soto Grado. El que ni quiso expulsar a Gudelj en una acción clara de roja en la primera parte ni tampoco mostrar la segunda cartulina a Bade cuando la mereció a falta de media hora. Nada extraño si se atiende a la actuación general del colegiado, que siempre pareció temeroso de que la escuadra de mayor categoría tuviera alguna queja.. Así, con rabia por unas y otras circunstancias se despidió el Alavés de la Copa del Rey. Tras un partido intenso y muy bien jugado. Toda una declaración de intenciones por parte de los menos habituales en un choque donde llegó también el debut de Antonio Blanco.
El duelo había amanecido con una alineación donde la inclusión de Luis Rioja supuso la única sorpresa albiazul. Solo otro titular habitual, Abqar, anoche de nuevo solvente, formaba parte del once debido a su sanción para el duelo de liga del sábado. Ante un Sevilla que repetía cinco hombres respecto al último choque liguero en Girona y presentaba un equipo mucho más reconocible que el vitoriano. Incluidos los campeones del mundo Montiel y Acuña, el exazulgrana Rakitic, el exmilanista Suso, En Nesyri.
A priori, un partido muy desequilibrado. Claro que fútbol es fútbol y nada de lo previsible ocurrió. Más bien lo contrario. Un Alavés enérgico y con un juego preciso y vertical, al menos hasta entrar en el área contraria, dominó casi toda la contienda. Pero de numerosos robos de balón y salidas a la contra con ventaja en una primera mitad excelente aparecieron pocas ocasiones claras. Tampoco en una sucesión de acciones a balón parado, muchas de ellas ensayadas, llegaron remates precisos. Sí uno de Rioja que sacó Dmitrovic junto al palo. Poca cosecha para muchos minutos donde el cuadro albiazul sembró lo necesario para tomar ventaja. Ahí radicó el problema.
Alavés
Owono, Arroyo (Abde, m. 73), Abqar, Laguardia, Javi López (Duarte, m. 80), Balboa (Blanco, m. 60), Moya (Salva Sevilla, m. 80), Róber, Jason, Rioja (Tenas, m. 80) y Sylla.
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Sevilla
Dmitrovic, Montiel, Badé, Gudelj (Fernando, m. 46), Rekik, Acuña, Rakitic, Jordán, Suso (Navas, m. 46), Lamela (Mir, m. 86) y En-Nesyri (Nianzou, m. 78).
Ante un Sevilla con tres centrales, los albiazules se manejaron con soltura en el centro del campo. A base de acumular kilómetros, eso sí, pero con más claridad de lo habitual para iniciar las jugadas. Aparecían Balboa, Moya, Róber y Jason. Casi nada, salvo Acuña, emergía en el visitante. También el colegiado Soto Grado, que pareció jugar de rojo. Gudelj agarró a Sylla cuando el alavesista tomaba el camino de la portería sin oposición. Lo dejó el árbitro en cartulina amarilla. Vaya debut del videoarbitraje en esta competición. Dañino en una jugada donde el delantero albiazul, aunque todavía a 40 metros por delante, encaraba ya al guardameta. Último hombre y ocasión manifiesta de gol: roja directa. ¿Lo explicará alguien? No. Ya se sabe.
Así que al Alavés le tocó remar. Sobre todo cuando tras el descanso el Sevilla encontró en una acción todo lo que le faltó al plantel vitoriano. Varias acciones precisas para acabar con centro de Navas y cabezazo de Rakitic para marcar. Ni así pudo un Sevilla muy discreto con un Alavés que se recuperó casi de inmediato del golpe. Lástima que lo suyo sea tratar de derribar muros sin dinamita. Ayer volvió esa zona de tres cuartos escasa de calibre y que amaga sin dar. Córners, centros laterales permanentes y superioridad hasta el área. No fue suficiente. Claro que solo cabe insistir. O buscar algún refuerzo en ataque que añada lo que el equipo necesita para no resultar tan previsible. Nada que reprochar en cualquier caso a un Alavés que se despidió de la Copa en su mejor partido. Ya se sabe que estas cosas pasan y duelen.
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