Un coliderato con burbujas
Salva Sevilla decide de penalti en la última jugada después de un duelo equilibrado que sirvió para devolver las victorias a Mendizorroza
En el minuto 98, Salva Sevilla embocó con tranquilidad el penalti por el mismo centro de la portería y puso burbujas al coliderato del Alavés. Después de un partido que bien podría decirse que consistió en ensalada ilustrada, pescado hervido y una pieza de fruta, el champán se sirvió por sorpresa en el descuento. Que tu equipo marque prácticamente fuera de tiempo el gol que supone la victoria e inmediatamente, sin sacarse de centro, el colegiado decrete el final del partido es uno de esos sueños recurrentes para los aficionados. Anoche no fue necesario dejar atrás la agitación y volverse a dormir. Resultó real. De esos momentos que difícilmente se olvidarán durante la temporada. Más aún cuando las dos igualadas anteriores en Mendizorroza ante el Albacete y Sporting y otro partido discreto de un equipo albiazul en fase plana amenazaban con desperdiciar la primera derrota de Las Palmas en el campeonato.
Todo merece un análisis y después de 13 jornadas el cuadro vitoriano suma 26 puntos. Vamos, que en 42 jornadas la proyección sería de alcanzar los 84, más que suficientes para conseguir el ascenso directo. No parece descabellado pensar que en cuanto a puntuación el conjunto de Luis García Plaza se encuentra por encima de sus posibilidades. Con 16 goles a favor y once en contra ha ganado más de la mitad de los partidos. Pero cuando el viento sopla a favor se trata de desplegar las velas y coger velocidad. Ojalá no sea así, pero ya llegarán fases de estancamiento, Puede suceder, esto es fútbol, incluso con un juego más fresco del que está ofreciendo el Alavés en los últimos tiempos. Aunque acabó en 2-1 y pudo hacerlo de cualquier manera, el duelo de este sábado en Mendizorroza se asemejó a los recientes. Con una escuadra vitoriana escasa de chispa, aunque siempre ordenada y competitiva. Por ahí, por la sobriedad que rara vez abandona a la tropa de Luis García, llegan los puntos. Pedía el técnico albiazul antes del choque profundidad ofensiva y perserverancia. De lo primero existió poco, de lo segundo casi todo.
Deportivo Alavés
Sivera; Tenaglia, Abqar, Maras, Duarte; Toni Moya (m. 72, Balboa), Salva Sevilla; Jason (m. 72, Alkain), Guridi (m. 72, Miguel), Rioja; Hara (m. 81, Róber).
2
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1
Real Oviedo
Nadal; Lucas, Tarín (m. 62, Calvo), Costas, Aceves; Viti (m. 62, Obeng), Montoro, Luismi, Rama (m. 62, Marcelo; Enrich (m. 76, Bretones) y Borja Bastón.
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Goles 1-0, m. 16, Abqar. 1-1, m. 71, Borja Bastón. 2-1, m. 99, Salva Sevilla.
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Incidencias 14.209 espectadores.
En realidad, lo importante llegó en las acciones a balón parado. De ahí, de las faltas, emergieron los tres goles del encuentro y también otro anulado a los albiazules. Duarte y Montoro protagonizaron un duelo al sol en los lanzamientos al área. Casi siempre acertados, a las zonas donde duele a defensas y porteros. Primero anotó Abqar -¡qué alguien renueve a este joven ya!- y después el exalbiazul Borja Bastón. El marroquí aprovechó un rechace del meta rival tras remate de Guridi y el delantero del Oviedo una desatención albiazul en la salida al fuera de juego. Tras otra falta que acabaría en penalti llegó el tanto definitivo. Hubo incluso más. Porque los asturianos bien pudieron colocarse en ventaja y virar el duelo hacia el acantilado. No acertó Tarín en el inicio tras otro córner ni Bastón en un cabezazo cruzado ni tampoco tras una indecisión entre Sivera y Duarte. El conjunto de Álvaro Cervera facturó más ocasiones que juego, aunque en el tramo final, después del 1-1, amenazó con querer más.
La reacción
Ahí emergió el Alavés para volver a la contienda. Sobre todo a partir de la entrada de un Róber que enganchó con calidad entre líneas para evitar la presión rival y abrir el juego con sencillez y eficacia. La victoria no llegó por ahí, pero sí la reacción. La de un Alavés que ante la acumulación de partidos en pocos días volvió a introducir cambios importantes en el once. A la ausencia de Benavídez, siempre aguda, se unió el cambio de laterales para el retorno de Tenaglia y Duarte y sobre todo la entrada de Jason y Taichi Hara. El primero arrancó bien para diluirse después y al segundo no le cuadró el contexto. El Oviedo, salvo en momentos aislados, consiguió presionar en zonas intermedias y vivir con cierta tranquilidad lejos de su área.
De hecho, los méritos asturianos en la segunda mitad resultaron evidentes. Un equipo con más futbolistas de calidad de lo que dice la clasificación. Salvo en un pequeño tramo, poco después del descanso, el Alavés no encontró la forma de llegar con peligro hasta la meta de Tomeu. El tanto de Bastón se produjo después en una acción extraña, aunque no pareció en absoluto injusto, incluso si hubiera servido para sellar el resultado final.
Luis García recurrió entonces a los cambios, con Balboa, Alkain, Miguel... y después Róber. Al vitoriano Imanol Baz, que ya preparado no pudo saltar al césped por el tumulto final, le deben una. No al Deportivo Alavés, que se cobró un triunfo muy importante y apunta ya desde el brillante coliderato a una semana plena de fútbol.