El Alavés mejora su conexión ofensiva

Tres goles, más que en las seis jornadas anteriores. Un salto cuantitativo derivado de una mayor presencia en el área rival. Casualidad o causalidad, han sido las dos jornadas en las que Asier Garitano ha apostado decididamente por el 4-4-2. También lo utilizó de inicio ante el Sevilla, pero entonces el dominio hispalense cambió los planes del técnico albiazul, que a los quince minutos ya había desplazado a Lucas Pérez a la izquierda para centrar la posición de Wakaso y recuperar el triángulo en el eje del equipo.

El delantero gallego andaba disgustado. Había llegado a Vitoria para ser un futbolista importante y no lo estaba siendo. Había jugado todos los partidos, pero solo tres como titular, aquel del Sevilla, frente al Espanyol en casa y en la revolución frustrada de Anoeta. Y no le estaban saliendo las cosas en un ecosistema ofensivo complicado para un delantero, escaso de balones en un trabajo desagradecido en punta.

Hasta hace ocho días, frente al Mallorca. Empezó en el banquillo. Garitano recuperó el 4-4-2 y apostó por Guidetti y Joselu en ataque. Lucas salió en el minuto 57 y cambió el partido. Su primer boceto del delantero que puede ser. Aquel del Deportivo. Dinámico y enfocado a la portería rival. Asumió la responsabilidad para marcar un penalti de mucha tensión, con empate a cero en el marcador, rozó otra diana e inició con calidad la jugada del tanto de Joselu, que culminó en boca de gol un buen pase de Burke.

El punta coruñés se ganó el puesto en la alineación de Mestalla, donde Garitano, convencido por la segunda parte ante el Mallorca, volvió a confiar en el 4-4-2. Con Lucas y Joselu esta vez. Una asociación interesante. El ariete de Silleda ejerce de referencia, se empeña a fondo en los duelos aéreos; ahora con un compañero cercano que pelea las caídas, las prolongaciones, se mueve entre líneas y cae a bandas. Más móvil. Dos perfiles diferentes que, a priori, casan bien.

Lucas marcó su segundo tanto en Mestalla, aprovechando un despeje de Cillesen a potente disparo de Joselu. Gol de olfato realizador, de delantero. Pero dio muchas cosas más, alternativas ofensivas que le estaban faltando al equipo y dos buenos pases para habilitar al hispano-germano, que, aunque no acertó en Valencia ya suma tres. Cinco entre los dos, todos los del Alavés.