Alavés-Mallorca | Mendizorroza, 21 horas

Luis García, el líder que ya triunfó en Mallorca

Luis García Plaza logró su último ascenso a Primera con el Deportivo Alavés. Un hito sonado pero que no era nuevo para un técnico experimentado en esas misiones. Ya lo había certificado en 2010 con el Levante y también en 2021 con el rival albiazul de esta noche. El técnico es uno de los hilos más firmes que une al Alavés y al Mallorca. En ambos casos, la relación entre él y la ciudad ha ido más allá de lo meramente profesional.

«Los ascensos marcan mucho», reconoció ayer en la previa de otro choque especial. El suyo en Mallorca tiene mucho en común con el logrado con el Alavés. También el club bermellón le encargó relanzar a un recién descendido y lo logró a las primeras de cambio. Aunque si en el Alavés tuvo que esperar a un agónico play off, con el Mallorca lo consiguió por la vía rápida. Su equipo terminó segundo, con los mismos puntos que el Espanyol y a nueve del tercero.

En esa plantilla ya militaban algunos futbolistas con los que se encontraría después. Salva Sevilla fue clave en el centro del campo y también lo sería en el Alavés. Los otros tres los tiene esta misma temporada a su disposición. Sedlar ya estaba en el plantel del Mallorca el curso anterior, saldado con el descenso, pero se ganó pronto la confianza de García. Aunque nunca tuvo por problemas físicos la continuidad que sí ha logrado en Vitoria, la fe del técnico en el serbio es total. Por eso se lo llevó al Alavés cuando no renovó con el Mallorca y lo convirtió en su mariscal.

Ese primer curso de los dos en los que permaneció a cargo del Mallorca también militaron en su plantilla Stoichkov y Luka Romero. Aunque su relación con el andaluz fue breve. Acababa de volver tras una cesión en el Alcorcón y, aunque tuvo minutos en las tres primeras jornadas, se marchó de nuevo a préstamo al Sabadell.

Con Romero la historia fue complicada. El argentino se había convertido unos meses antes en el jugador más joven de la historia de Primera, pero no terminaba de sellar su renovación con el club. García lo intentó, si bien no logró convencerle y se marchó a la Lazio. Disputó ocho partidos en los que marcó un gol.

El ascenso permitió a García volver a Primera, aunque la suerte no estuvo de su lado. El técnico fue cesado en la jornada 29 tras encadenar seis derrotas. Javier Aguirre se hizo entonces cargo del equipo, al que terminó salvando, y pocos meses después García se puso a los mandos del proyecto albiazul.

Ese triste final no impide que la relación entre los aficionados bermellones y el técnico sea espléndida. Muchos celebraron en redes sociales su llegada a Vitoria y los éxitos del técnico desde entonces. Él sigue agradeciendo esos gestos de afecto que hoy se mantienen. «Mallorca me mostró mucho cariño. Fue un ascenso que no se pudo celebrar por la pandemia y nos quedó algo pendiente. Viví dos años preciosos. Tengo casa allí y cada vez que voy la gente me muestra mucho cariño. Y aquí es igual», destacó.

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