Alavés 2-1 Málaga
A trompicones hacia la batalla final en Las PalmasEl Alavés ascenderá si es capaz de ganar el próximo sábado a un rival directo después de salvar con un tanto in extremis de Moya un duelo discreto y de muchos nervios
Ya se sabe que lo de ser albiazul exige altas dosis de serenidad ante las dificultades y fe para no desfallecer. Todo se puso a ... prueba en un Mendizorroza desatado. Con un Alavés que a trompicones en las últimas jornadas y también este sábado, al vencer de forma agónica con un gol salvador de Moya a pocos minutos del final, llega a la jornada final dependiendo de sí mismo. Un triunfo en Las Palmas ante un rival que igualmente se la juega le devolvería el próximo sábado a la Primera División. Nadie que viera el duelo frente a los andaluces aseguraría que el cuadro vitoriano es un aspirante a todo. Tampoco, es verdad, han dado la talla los adversarios en unas últimas semanas de locura clasificatoria y servicios mínimos de los favoritos. La ensalada de nervios se sirvió desde hace tiempo y ante la escasez de fútbol se aliña todo con el corazón en la boca.
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Deportivo Alavés
Sivera, Tenaglia (Arroyo, 70'), Abqar, Sedlar, Duarte, Blanco, Sevilla (Moya, 70'), Rober (Alkain, 62'), Guridi, Abde (Miguel, 79'), Villalibre.
2
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1
Málaga CF
Yáñez, Delmas (Calvo, 45'), Ramalho, Juande, Cristian, Febas, Escassi (Castro, 50'), Muñoz, Villalba, Chavarria y Lago Junior (Appiah, 60').
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Goles. 1-0 M. 46 Villalibre. 1-1 M. 77 Muñoz. 2-1 M. 87 Moya.
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Árbitro. Trujillo Suárez. TA: Tenaglia (45'), Moya (73'), Blanco (83')/Escassii (9'), Delmas (39'), Muñoz (69').
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Incidencias. Partido disputado en el estadio de Mendizorroza ante 19.450 espectadores.
Como este sabado un cuadro vitoriano que penó antes del descanso y al que más tarde no le dio tampoco con todo a favor para sentenciar ante un oponente desorientado. Sin embargo, acabó por reaccionar tras el empate visitante. Como hace siete días en Albacete sobre el pitido final. Como casi toda la temporada, sorteando obstáculos o más bien apartándolos a dentelladas y cabezazos. Lo suyo es la tenacidad, el famoso 'nunca se rinde'. Visto lo visto y las plantillas de los tres conjuntos que le rodean en la tabla, podría hablarse ya de éxito. Y así, tratando de que una buena temporada se convierta en gloriosa, llegara al estadio de Gran Canaria. Con el objetivo de que las Islas Afortunadas saquen un boleto albiazul hacia la máxima categoría. Ante 32.000 espectadores amarillos tocará reventar el 'Carnaval'.
'El partido del año', como lo había bautizado Luis García Plaza, dejará paso a la madre de todos los partidos. Un 'mata-mata', que dirían los brasileños, donde solo puede quedar uno. Existe todavía alguna posibilidad de que pueda colarse el Levante o caerse del trono el Granada, aunque se antojan remotas. La cuenta albiazul solo es ganar. No hay otra. Y eso que la tarde de los transistores o más bien de los móviles deparó de todo. Por minutos al Alaves le valía el empate para depender de sí mismo, pero finalmente el gol de Moya resulto vital.
Un Alavés sin Rioja por sanción. Es decir, sin el futbolista que todos los adversarios quitarían de la alineación albiazul si les dieran el comodín para elegir. Un equipo vitoriano que llegaba con solo tres victorias en los últimos doce partidos. Exigido ante un Málaga que certificó su descenso en Mendizorroza, aunque mantuvo el pulso del duelo. Con una defensa de cinco que se atragantó a los alavesistas en una primera parte de encefalograma plano. Ante un adversario replegado, no hubo capacidad para combinar con velocidad y apenas desborde individual. Abde, eso sí, volvió a demostrar que siempre es peligroso. Aunque se enrede en ocasiones en aventuras individuales. En una plantilla limitada en el aspecto técnico, es una baza interesante.
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Villalibre abre la lata
Casi nada había ocurrido hasta el descanso en un Alavés donde Salva Sevilla regresó al eje junto a Antonio Blanco y Guridi ocupó la mediapunta. Así que un cuadro albiazul que había anotado seis goles en la última docena de partidos acabó por adelantarse casi por inercia. Una carrera de Abde que se llevó el balón con cierta fortuna, un despeje de la defensa que rebotó en otro zaguero y un Villalibre que anotó a placer. Hace una semana el Albacete se marcó en propia puerta y este sábado llegó uno de esos tantos peculiares que aparecen por pura insistencia. El preparador alavesista había solicitado goles de los delanteros -en blanco desde hace meses- y el vizcaíno cumplió.
Fue, en realidad, la mejor baza alavesista. Para forzar situaciones con su juego de espaldas. Más aún cuando el Málaga sustituyó a Escassi, su central más corpulento, para sacar al goleador Rubén Castro y los andaluces tiritaron. Ganó el centro del campo el Alavés y ahí se desperdició la opción de la tranquilidad. Otra vez demasiadas situaciones de ventaja clara que ni siquiera llegaron a oportunidades importantes, sobre todo desde la banda izquierda. No es novedad que el cuadro vitoriano sufra para poner precisión cerca del área.
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Se rumiaba ya en las gradas otro de esos finales que secan la garganta. El Málaga abrió líneas, el Alavés resultó incapaz de castigarle y, sin embargo, los visitantes encontraron una vía de agua por el centro de la zaga para el golazo de Muñoz. Antes había entrado Alkain por un Róber asfixiado, así como también Arroyo y Moya, al final determinante. Pero el 1-1 dejó el partido en el limbo. E incluso Sivera tuvo que estirarse para sacar un balón envenenado antes de la explosión final. Otra de esas jugadas embarulladas cerca del área que acabaron en magnífico golpeo de Moya. Uno de los goles de la temporada, porque la igualada hubiera condenado a los alavesistas a dejar la posibilidad del ascenso en otras manos.
Evidentemente, no es que ganar en Las Palmas sea precisamente sencillo ante los Viera, Moleiro, Sandro y compañía, pero también es cierto que la presión será aún mayor para una escuadra amarilla que se ve con todo a favor para regresar a Primera División. El Alavés, ya se sabía después de algunos pinchazos en los últimos tiempos, buscaba una heroicidad. Ya la tiene delante. Firmar uno de los partidos que se recuerde en la historia del club y volver a Mendizorroza solo en agosto, para dar la bienvenida a la máxima categoría. Que así sea.
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