Un Alavés lleno de contrastes

(2-0) y frente al Barcelona (0-3) sin poner un dique a los recibidos. Aunque las cifras están distorsionadas por sus recientes enfrentamientos con el Real Madrid y los azulgranas en los últimos 12 días, el «equilibrio» se ha roto encadenando tres derrotas.

«El calendario era muy complicado. Tenemos que saber vivir con algunas rachas sin puntuar. No debemos perder el foco de quiénes somos», confesó el entrenador madrileño después de perder ante el líder. El primer borrón del curso y del último medio año en Mendizorroza vino acompañado del segundo encuentro consecutivo sin marcar para los babazorros. Una situación inédita en una campaña en la que su arsenal ofensivo ha crecido en número y calidad, aumentado su efectividad. Con un trío de '9' –Toni Martínez, Kike García y Villalibre– con poderío y una segunda línea –Conechny, Romero, Stoichkov, Carlos Martín, Vicente y Abde– con «más gol» que en la 2023-24, el Alavés está navegando por la temporada con más 'mordiente' arriba. Un ataque coral en el que ya han 'mojado' ocho jugadores diferentes. Sin embargo, cuando los cañoneros no derriban las defensas rivales, su muro se resiente. «Nos queda la sensación de que en ataque pudimos hacer más daño, con algunas ocasiones clarísimas», reflexionó el madrileño, al que el 0-1 de Lewandowski le dolió «mucho». Recuperar la solidez defensiva que tantos puntos ha aportado al Alavés se ha convertido ahora en la mayor prioridad, sin olvidar la necesidad de ser «más fuertes a balón parado».

En las primeras cuatro jornadas, el Alavés recibió tres goles y dejó dos veces su meta a cero. En las cinco siguientes han encajado 12 tantos, ocho de ellos en sus últimos tres duelos. Problemas atrás, a pesar de los paradones de Sivera, alimentados también por las dolencias musculares de sus zagueros, que estiraron la incógnita de la defensa titular hasta la víspera de recibir al poderoso Barcelona. Mouriño y Abqar fueron «duda» hasta la previa. Y los dos salieron de inicio a pesar de que no trabajaron a lo largo de una «semana caótica en defensa». Sedlar sufre una rotura muscular, mientras que Hugo Novoa y Tenaglia se han alternado las sobrecargas, 'rotando' en el lateral derecho. El gallego, además, tuvo una luxación en el hombro derecho en pretemporada y una dolencia en el talón izquierdo que le han impedido tener continuidad.

La retaguardia albiazul sigue «en cuadro» y obligará al equipo a «adaptarse». Y más ahora, cuando las convocatorias de Abqar y Mouriño en la ventana internacional también condicionan la preparación del duelo ante el Valladolid: «Siempre que hay parón nos toca jugar en viernes. No tengo ningún central hasta el día antes del partido», dijo el madrileño, quien confía en que el rompecabezas se resuelva en invierno: «Hasta que llegue Garcés en enero y seamos uno más hay que echarle narices y multiplicarnos».

Contrastes en un Alavés que, a pesar de las últimas tres derrotas, descansa cómodamente en mitad de la tabla. Cuatro puntos les separan tanto de Europa como de la zona roja. Suman un punto más que en la 2023-24 a estas alturas. Ahora son decimoterceros. Hace un año, bordeaban los puestos de descenso, con tres unidades sobre la quema. Habían marcado menos (7 goles) y encajado un tanto más (13). Y ya han pasado a los «dos 'bicharracos'», como calificó el técnico a Real Madrid y Barcelona disputando, además, cinco de nueve partidos fuera de casa.

El punto de partida es prometedor, pese a contar con una docena de jugadores «empezando en Primera». Eso sí, la próxima jornada ya está «marcada» en el calendario de Luis García. «Sabemos que si lo sacamos adelante iremos genial en puntuación», concluyó.