Alavés 2-1 Levante
El Alavés sonríe con la traca finalUn gol de Tenaglia en el descuento concede una merecida victoria que gana tranquilidad en un convincente estreno liguero
Poco o nada cambia el Alavés, que abrió la temporada con otra novela de suspense. La que sólo terminó de escribir Tenaglia con un gol ... en el descuento. Ya es tradición que la escuadra albiazul viva en el alambre y que casi todos sus encuentros acaben entre sobresaltos. Esta vez de forma feliz para lograr una merecida victoria en el estreno liguero en Mendizorroza. Cierto es que delante estaba un tierno Levante al que posiblemente se debió despachar antes si el cuchillo alavesista fuera afilado.
Cierto también que sólo un arreón final con acierto y fortuna a partes iguales sirvió para lograr el merecido triunfo. Tres puntos y un convincente arranque colectivo, en cuanto a entrega y solidaridad, que permitió someter a un adversario que, si no se demuestra lo contrario, será directo en la pelea por la permanencia. Tranquilidad para seguir con los necesarios y obligados ajustes.
Ya se sabe que las pretemporadas resultan tan fiables como un político en campaña electoral. Sólo así cabe entender que el Alavés lograse tres goles en cinco duelos veraniegos y ante los valencianos consiguiese dos y pudiese hacer varios más. Nada puede darse por sentado cuando se trata de duelos que huelen a arena de playa. El colmillo y los riesgos en las disputas solo salen a relucir cuando hay puntos en juego. Y cualquier victoria, como la de ayer, va al granero albiazul. Ese de donde come el equipo cuando llegan los tiempos complicados.
Alavés
Sivera, Jonny, Tenaglia, Garcés, Parada (Yusi, min. 91), Blanco, Ibáñez (Abde, min. 76), Guridi (Mariano, min. 76), Carlos Vicente (Calebe, min. 87), Aleñá (Guevara, min. 91) y Toni Martínez.
2
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1
Levante
Campos, Toljan, Dela, Elgezabal, Cabello, Manu Sánchez (Pampín, min. 78), Rey, Pablo Martínez (Moreno, min. 84), Víctor García (Morales, min. 54), Brugué (Carlos Álvarez, min. 84) y Romero (Lozano, min. 78).
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Goles: 1-0. M. 38. Toni Martínez; 1-1. M. 67. Toljan; 2-1 M. 92. Tenaglia.
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Árbitro: Miguel Sesma.
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Incidencias: 12.837 espectadores en Mendizorroza.
El Alavés se había presentado en esta jornada inicial sin su goleador de la pasada temporada (Kike García), sin su sustituto natural (Panichelli) y sin su defensa con mayor proyección (Mouriño). Con cierta continuidad en la plantilla (Jonny Otto, Parada y Pablo Ibáñez fueron los únicos debutantes en el once), pero de nuevo obligado a reinventarse por la desaparición de algunas de las vigas maestras que sujetaban el edificio albiazul. Nada extraño. La ley del mercado y la política de club se combinan desde hace años para alumbrar cada agosto una criatura alavesista balbuceante. Esa que necesita aprenderlo casi todo y que suele recitar sus mejores versiones futbolísticas en las segundas vueltas. Esa a la que teóricamente aún le faltan jugadores importantes.
Ante el Levante Coudet apostó por el esquema habitual, con la sorpresa de Parada en el lateral zurdo. La realidad es que el futbolista cedido la pasada campaña en el Mirandés había hecho méritos de sobra en la pretemporada para hacerse un hueco en el once de esta primera jornada. Algún pecado de juventud cometió, pérdida peligrosa, pero también demostró que es uno más. Jonny, sólido, ejerció de lateral diestro, con Tenaglia y Garcés como centrales.
Con unos u otros, el Alavés siguió de inicio el camino marcado al final del pasado ejercicio. El de vivir con la idea de conceder muy poco al rival. Ser consciente, en definitiva, de que el primer mandamiento pasa por asfixiar al adversario. Alejarlo del área propia y aprovechar las recuperaciones rápidas para crear problemas. En realidad, apenas existieron errores, aunque uno de ellos, casi el único de Garcés, acabó por facilitar el empate visitante.
El cuadro albiazul pudo aumentar su ventaja antes del descanso
Aunque haya bostezos, como en el primer tramo del duelo, el Alavés sabe que si no suceden demasiadas cosas sobre el césped suelen ser buenas noticias. Que lo suyo es el ritmo alto y la insistencia. Que no sobra la calidad cerca del área rival, aunque siempre aporten gotas de ella Carlos Vicente, Pablo Ibáñez y Blanco, o Aleñá. A base de forzar situaciones y acumular faltas y córners a favor, acabó por encontrar el premio la escuadra vitoriana. Después de una segunda jugada tras el saque de esquina. Tras una indecisión del meta visitante en el despeje, notable centro de Aleñá y testarazo cercano de Toni Martínez.
El ariete no responde al perfil de nueve que se fabrica las ocasiones, pero sí al de hombre de área que tiene gol. El 1-0 espoleó a los albiazules y descubrió las debilidades de un tierno Levante. Pero no acertó Carlos Vicente para aumentar el marcador ni el equipo en varias llegadas peligrosas más. Sigue siendo complicado convertir las situaciones de ventaja en ocasiones claras.
El arreón de los últimos minutos sirvió para no desperdiciar un buen partido
Injusto resultaría después el empate de un Levante que dio un pequeño paso adelante, pero apenas inquietaba de verdad. De un lío salió su tanto, que bien pudo valer un punto. Coudet movió el árbol con Mariano y Abde. El primero respondió con un remate que sacó con apuros el meta Campos y el segundo con agitación. Buenos minutos del extremo, como también los de un Calebe que generó problemas desde la banda derecha.
Era complicado, pese al control del juego, pensar en el triunfo, aunque esta vez apareció. De nuevo sin demasiada claridad. De nuevo por ir a buscar una y otra vez. Como Tenaglia en el segundo palo a un balón de Blanco intencionado, pero envenenado por un defensa. Así son las cosas. No siempre, pero a veces se encuentra cuando se intenta.
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