El primer momento delicado del curso
La tercera derrota consecutiva, la única de la temporada en Mendizorroza, llega ante un Levante superior y deja tocado a un Alavés falto de juego y energía
Si un rival poderoso como el Levante llega con el viento en las velas y el Alavés cuaja como este lunes un partido muy discreto, escaso de juego y falto de energía, poco hay que hacer. Solo certificar la tercera derrota consecutiva de la campaña, la única hasta el momento en Mendizorroza, y advertir que la escuadra albiazul se enfrenta al primer momento delicado de la temporada. No por una cuestión clasificatoria, dado que el liderato sigue a dos puntos en una tabla comprimida, pero sí debido a que la plantilla alavesista parece llegar con la gasolina muy justa a fin de año. Olvidada la frescura del arranque del campeonato y también perdida la solidez de un tramo intermedio donde a un fútbol muy justo le acompañó una notable efectividad. Entonces, para continuar con aquella ilimitada y casi irreal suma de puntos después de una sola derrota en 17 encuentros. Ahora, el equipo de Luis García, con problemas defensivos -siete goles encajados en tres partidos- y futbolistas importantes como Rioja o Guridi lejos de su mejor momento de forma parece pedir a gritos vacaciones. Antes deberá afrontar el duelo en Málaga y la seguda eliminatoria copera.
Alavés
Sivera; Arroyo (m. 71, Jason), Laguardia (m. 57, Moya), Abqar, Duarte (m. 45, Javi López); Sedlar, Salva Sevilla; Abde (m. 57, Róber), Guridi, Rioja; y Miguel (m. 57, Miguel).
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Levante
Cárdenas; Son, Róber Pier, Vezo, Muñoz; Iborra, Pepelu, Campaña (m. 81, Pablo Martínez), Brugué (m. 71, Montiel), Bouldini (m. 86, Cantero) y De Frutos (m. 81, Saracchi).
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Goles 0-1, m. 17, Bouldini. 0-2, m. 45, Son
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Árbitro Milla Alvendiz. Amonestó a los locales Arroyo, Duarte y Sedlar y a los visitantes Muñoz, Pepelu y Bouldini. Expulsó por roja directa al albiazul Sylla
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Incidencias 10.406 espectadores en Mendizorroza
El duelo arrancó con rotaciones importantes por ambas partes para el tercer choque en apenas diez días. Siete cambios en el Alavés y seis en el Levante. Con la primera titularidad de Laguardia, el regreso de Abqar, Arroyo, Salva, Sevilla Abde, Guridi, Miguel y la ubicación de Sedlar en el eje del equipo. Las variaciones le sentaron mejor a un adversario que demostró ese profundo fondo de armario del que hablaba Luis García. La 'mejor plantilla' del campeonato se dio un paseo por Mendizorroza en la primera mitad con toda la variedad de registros posible en esta categoría. Sin que el equipo albiazul lograra mostrarse compacto sin balón ante un rival que lo mismo tocaba con precisión en posiciones intermedias que llegaba por las bandas.
Una amenaza constante a la que la escuadra levantina añadió contundencia. La que le faltó al cuadro vitoriano para defender dentro del área le sobró a su oponente para transformar su superioridad en goles. Un 0-2 demoledor al descanso con dejación de funciones defensivas de Rioja. Para el Alavés, solo la ocasional verticalidad para llegar a la portería contraria cuando aparecieron las recuperaciones y los contragolpes. Eso sí, prácticamente sin remate ni ocasiones claras. Apenas Miguel aportó cierta claridad para inquietar a un Levante solvente y cómodo sobre el césped. Con individualidades sobresalientes como Pepelu, Brugué o De Frutos, que encontraron sus momentos ante las dificultades albiazules para ajustar las líneas.
El Alavés cayó ante el Levante con justicia, ya que tras el descanso apenas consiguió el equipo vitoriano incomodar a un rival asentado. Por mucho que lo intentara el técnico con las incororaciones de Javi López por un Duarte desacertado, de Moya, Rober y Sylla. El delantero, en lo que se antoja ya una dañina tradición, acabaría expulsado por levantar el codo ante un rival. Rigurosa cartulina roja, como casi todo lo que señaló el andaluz Milla Alvendiz, al que el VAR rearbitró un penalti inexistente que señaló a Salva Sevilla. Cuestiones circunstanciales, en cualquier caso, cuando el adversario resulta superior en lo colectivo, por su buen posicionamiento, y también en lo individual. No fue una cuestión de no querer y sí de no poder hacer frente a un oponente entonado en todos los aspectos y con pólvora suficente para reventar el área de Sivera.
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Así que el Alavés afronta ya el último choque de la primera vuelta cabizbajo y con la necesidad de reaccionar en Málaga. No ha ganado la escuadra vitoriana a ninguno de los siete equipos que le rodean en la zona alta y se trata de otra cuestión de análisis. Así que tocado afrontará el equipo vitoriano la visita a la Rosaleda del próximo domingo. El crédito albiazul está en juego.
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