Alavés 3-1 Elche
El Alavés se gusta en su mejor versiónAbre la espita de los goles para vencer con merecimiento y buen juego al hasta ahora invicto Elche y deja atrás su mala racha con una victoria muy importante
El Alavés salió reforzado de uno de esos duelos espinosos donde conviene saltar para no pincharse. Tras el escuálido uno de nueve puntos que había ... emborronado la pizarra albiazul, llegaba un choque para añadir nervios o liberar tensiones. El que iba a indicar si se autorizaba a seguir mirando al frente o había que echar ya un indisimulado ojo al retrovisor clasificatorio. De este contexto, siempre complicado en lo anímico, ha salido el cuadro albiazul con nota. En la mejor versión de un equipo vitoriano que por momentos se ha gustado en la tarea de liquidar a un Elche hasta entonces invicto. Por fin se abrió la espita de los goles, también en jugada colectiva, aunque costó. Sólo a un cuarto de hora del final tomó ventaja el conjunto vitoriano, que lo había merecido ya antes del descanso. Siempre hay resquicios para voltear un partido en acciones aisladas, pero poca duda existe de que los puntos se quedaron donde por méritos futbolísticos debían.
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Coudet había sorprendido de inicio con la suplencia de Carlos Vicente, relevado por Calebe en la banda derecha. Una lesión frenó a un brasileño agitador en el desborde que sería sustituido por el aragonés, fiel a su estilo de martillo pilón y de nuevo acertado en el penalti. El técnico albiazul había recurrido esta vez a los dos delanteros, con Toni Martínez y Lucas Boyé, mientras que Abde seguía con la titularidad en el carril izquierdo. También recuperó su posición en el once Yusi, en una fórmula muy similar a la utilizada ante el Getafe. Parece que la fórmula de los dos puntas afila la figura albiazul y, al menos en casa, se antoja lo más sensato ante adversarios de similares características.
Jonny y Calebe
El Elche sólo apareció en realidad durante unos diez minutos iniciales que apuntaban a su conocido dominio de la posesión. Faltaba ajustar las piezas en la presión y echar los grilletes a futbolistas como Febas. Sivera sacó un balón peligroso a Rafa Mir y el Alavés despertó. Apretó la salida de balón rival y comenzó a sentirse cómodo. Minutos para el lucimiento de un Jonny Otto que podría enseñar bastante de este oficio. Anticipación, buenos controles, manejo del cuerpo, salida de balón bajo presión... Suya fue la primera ocasión en un disparo lejano. La banda derecha funcionaba también con un Calebe incisivo que generó la clamorosa oportunidad de Pablo Ibáñez que rebotó en un defensa.
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Era ya la primera mitad una acumulación de llegadas y acciones a balón parado sobre la meta de Iñaki Peña, sustituto ayer del exalbiazul Dituro. Los tres centrales del Elche defendían bien el área, aunque también con fortuna en varias acciones embarulladas de rechaces que nunca llegaron a botas alavesistas. Quedaba en el descanso la duda de si el Alavés había gastado ya buena parte de su energía, pero el cuadro vitoriano iba a volver con la misma intensidad. Y aún más control sobre el juego.
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Funcionó el colectivo y destacaron muchos jugadores. Toni Martínez y Boyé iban además a anotar para que la sequía goleadora se cortara con agua de los delanteros, que es la más demandada. Aunque antes, el 1-0 llegó de penalti, el tercero anotado por Carlos Vicente. Todos valen igual, pero éste, casi por la escuadra, resultó aún más estimulante. Como las apariciones de un Yusi que promete alegrías por la banda izquierda -participó en el tercer gol- y esa insolencia juvenil para hacer 'ruletas' y asombrar a la grada. No se vive de esos detalles, pero hay que recordar que también se trata de entretener.
Detonaciones sucesivas
El partido explotó en apenas unos minutos con sucesivas detonaciones. Una inocente mano de Álvaro Núñez facilitó el penalti y el gol inicial, e instantes después Toni Martínez forzó la expulsión de Affengruber. Prácticamente en la siguiente jugada el ariete albiazul culminó una contra con un zapatazo raso por el palo del portero. Denis Suárez, Guevara y Aleñá habían entrado antes del primer tanto y después iban a disfrutar con posesión, triangulaciones y hasta asistencias del último.
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Sólo el, la verdad, inexplicable tanto de André Silva cuando el Elche jugaba con diez jugadores parecía empañar levemente la tarde. La abrillantó el Alavés con otro gol rápido. No había freno para un equipo albiazul pletórico.
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