Villalibre brinda un derbi redondo
Dos goles del debutante en la media hora final permiten al Alavés sumar su tercer triunfo consecutivo ante un adversario que controló el duelo hasta el descanso y se quedó después en inferioridad numérica
A uno le han contado muchas veces aquellos tres goles de Jorge Valdano. Los que le endosó en un amistoso al Sporting de Lisboa apenas un día después de aterrizar en Vitoria como nuevo fichaje del Alavés. Algo similar por inédito, casi medio siglo después, protagonizó este sábado Asier Villalibre. Prácticamente sin cruzar el peaje de Altube, en su primera media hora como albiazul y tras salir del banquillo, le marcó dos goles decisivos al Eibar. El primero, percutiendo en el área como un tractor para cabecear de forma demoledora el centro de Rioja. Quizás con la intención de recordar que el apelativo de 'Búfalo' responde a una buena razón, que hay culturistas con menos presencia física e intimidación que el delantero de Gernika. Así que ante un adversario que había controlado y amenazado antes del descanso y que después se quedó en inferioridad numérica tras una acción forzada por Sylla, el cuadro vitoriano encadenó una tercera victoria consecutivas por primera vez esta campaña. Un Alavés en trayectoria ascendente que selló tres puntos clave en el derbi para aferrarse a la pelea por el ascenso directo. Las cuatro derrotas encajadas en diciembre demandaban una reacción similar a aquel descalabro y todo va por buen camino. Ganar, ganar y ganar. Falta volver a ganar en Zaragoza el próximo sábado para cuadrar las lecciones de Luis Aragonés y meterse en los quince partidos finales con todas las opciones.
Alavés
Sivera; Tenaglia, Abqar, Sedlar, Duarte; Blanco (Moya, min.62), Salva Sevilla (Balboa, min.75), Guridi (Villalibre, min.62); Jason (Rober, min.68), Luis Rioja y Sylla (Alkain, min.75).
2
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0
Eibar
Zidane; Venancio, Berrocal, Imanol (Ríos, min.69); Sergio, Nolaskoain, Matheus, Corpas (Correa, min.58), Javi Muñoz, Rahmani (Chema, min.69); y Stoichkov.
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Goles 1-0, m.70: Villalibre. 2-0, m.92: Villalibre.
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Árbitro López Toca (Comité Cántabro). Expulsó al visitante Álvarez con tarjeta roja directa (min.57). Amonestó con tarjeta amarilla a los locales Blanco (min.20), Sylla (min.40), Tenaglia (min.53) y Rioja (min.81)y a los visitantes Corpas (min.7), Muñoz (min.52) Nolaskoain (min.94) y Stoichkov (min.94).
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Incidencias Partido correspondiente a vigesimosexta jornada de LaLiga SmartBank disputado en el estadio de Mendizorroza de Vitoria ante 16.375 espectadores, más de 1.000 del equipo visitante.
Luis García Plaza había optado por repetir el once que la pasada semana se impuso en Miranda. Funcionó la escuadra albiazul en Anduva y el técnico alavesista insistió. Con Sedlar en el eje de la zaga (por delante de Maras y Laguardia) y Jason en una banda diestra que en esta última fase de la temporada parece haber ganado a Alkain. También con Antonio Blanco asentado ya en la alineación inicial. Frente a un Eibar donde el exalavesista Garitano debía de tapar los huecos por las ausencias en su zona derecha de la zaga del capitán Arbilla y Tejero. Finalmente se decantó por Venancio en el eje de la defensa y recurrió al mediocentro Sergio Álvarez, reubicado como lateral. Su buen hacer acabó en grave problema cuando un mal control y la presión de Sylla acabó en expulsión directa. El duelo giró por completo para beneficio albiazul.
Antes, desde el pitido inicial, el Eibar se adaptó mejor a uno de esos duelos intensos y donde cualquier jugada podía decidir. Había apuntado el preparador alavesista la necesidad de repetir los inicios intensos de los duelos anteriores, pero el equipo que amaneció realmente despierto en el derbi fue el visitante. Sobre todo a través del franco argelino Rahmani en el extremo zurdo. En apenas dos minutos la escuadra de Ipurua rozó el tanto. No resultó una superioridad clara, pero sí logró el adversario minimizar al Alavés a través de una certera presión adelantada y de buscar el golpe certero en ataque sin que llegase a aparecer. Con cierta continuidad en el área de Sivera y ese tipo de acciones no demasiado claras pero con amenaza insistente.
A cambio, el Alavés carecía de recursos futbolísticos para superar el orden y el despliegue físico del Eibar. Apenas había noticias de Salva Sevilla y Antonio Blanco y solo alguna aparición aislada de Rioja ofrecía salidas. En una de ellas, muy clara para el cuadro vitoriano, Guridi remató y Luca Zidane salvó bajo palos con la cara. Lo del mediapunta albiazul con el gol -todavía no ha marcado- empieza a convertirse en una cuestión de estudio después de 26 jornadas. En el inicio del ejercicio vio cómo dos tantos se le anulaban y algunos de sus remates chocaban con los palo. La pasada semana el guardameta del Mirandés -que después falló con estrépito- le negó el gol con una gran parada. Este sábado, tampoco le acompañó la fortuna. Igual que al Alavés en otra acción aislada antes del descanso que pudo decantar el choque. Un penalti señalado por López Toca debido a una mano de Mateus tras un cabezazo de Sedlar que fue anulado por un milimétrico fuera de juego anterior.
El Alavés no encontraba el ritmo y se jugaba demasiado a lo que pretendía el Eibar. Sin continuidad en el centro del campo alavesista y con permanentes duelos individuales y faltas que apuntaban a una repetición del 0-0 de Ipurua en la primera vuelta. Allí también el equipo visitante (los albiazules) fueron mejores hasta el descanso sin lograr tomar ventaja. Después apretaron los locales sin romper la igualdad. Este sábado, en un duelo de tres puntos y golaverage, el cristal se rompió con una expulsión. El cuadro albiazul y Luis García la aprovecharon con buenas decisiones. No sin un susto, con el remate de Stoichkov a las manos de Sivera, pero con capacidad para mover el balón con rapidez, la búsqueda de las bandas -los extremos volvieron entonces a sus posiciones naturales- y la pólvora incendiaria de Villalibre. También con la volatilidad e insistencia de un Rioja que a base de insistir, con mejores y peores decisiones, acaba por provocar situaciones de gol.
El primer tanto ante un adversario en inferioridad numérica resultó devastador. Suficiente para quebrar esa racha de ocho duelos sin perder de los guipuzcoanos. Igual que había caído una semana antes la de cinco triunfos en casa consecutivos del Mirandés. Si se trata de aprovechar las dinámicas, el Alavés se ha metido ya en la mejor de esta temporada y toca estirarla al límite. Este sábado, no fue necesario siquiera sufrir debido a que un preciso pase de Moya permitió el doblete de Villalibre. Dentro de un tramo final de control alavesista y sin apenas sobresaltos, aunque con cierta tensión sobre el césped. No era ninguna cuestión oculta que se trataba de uno de esos duelos sin vuelta atrás en la pelea por seguir la estela de los mejores. Nada hay garantizado, pero sí la sensación de que el Alavés va a más.
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