Deportivo Alavés

La eficacia sostiene una producción escasa

Hacer de la carencia una virtud. El Alavés-Celta es el último ejemplo, y el más clarividente. El partido adoleció de ocasiones que levantasen al aficionado del asiento. De lances que acelerasen el pulso. De aproximaciones que amenazasen con romper la igualada final. Los números corroboran esas soporíferas sensaciones. El penalti transformado por Kike García en el minuto 5 fue el primer disparo albiazul entre los tres palos. Y el último. En los 95 minutos (con los cinco totales de descuento) los hombres de Coudet no volvieron a poner a prueba a Guaita, el guardameta celeste, que vivió una noche plácida en Mendizorroza. Algo parecido a la primera parte de Owono, sin trabajo bajo palos.

El escenario demandaba una versión más ofensiva. Los albiazules llevan tres meses (Leganés, Athletic y Girona) sin conocer la victoria en Mendizorroza, tras aquel triunfo por la mínima (1-0) frente al Mallorca el 1 de noviembre. Y el empate del Espanyol se presentó como una oportunidad para abrir una brecha con el descenso. Pero el equipo no consiguió carburar para amarrar la victoria. La clara ocasión errada por Guridi podría haber sentenciado el choque. Y de paso 'engordar' unas tímidas cifras en lo ofensivo:tres disparos, con el penalti como único entre palos.

Los albiazules llevaron al extremo una versión que ya venían mostrando desde la llegada del técnico argentino. En El Sadar, a los dos tantos firmados por el delantero conquense se sumó un tercer disparo blocado por el meta, Sergio Herrera. Contra el Athletic, el cambio táctico introducido al descanso revolucionó al equipo y consiguió superar a Unai Simón en una de las tres ocasiones que tuvieron. Rentabilizar las oportunidades.

No es algo nuevo a las órdenes de Coudet. En su etapa en el Celta, en la temporada 2020-21, su equipo también fue el segundo más eficaz de cara a gol. De hecho, un 10% de sus posesiones obtuvieron premio. Y el conjunto celeste consiguió dirigir entre palos el 41,7% de sus remates a portería, de los cuales un 6,8% acabaron en gol, según datos de la Liga.

Evolución en el juego

La pizarra de Coudet ha permitido al equipo dar un importante paso adelante en el juego, el atasco que sufrió la sala de máquinas el lunes contra el Celta tampoco debe emborronar las últimas jornadas. Unas combinaciones con las que el equipo logra asomarse con más diente al área rival. Ese «protagonismo» implantado por Coudet que le ha permitido imponerse al Betis (1-3) y hacer más que méritos para doblegar al Girona, pese a irse de vacío por un error al final.

Fruto de ese juego, el equipo consigue allanar el camino hacia la meta rival. Los 46 remates firmados en estos seis partidos al mando de Coudet avalan ese trabajo ofensivo. Sin embargo, en la mayoría de ocasiones (el 64%) los disparos no terminan entre los tres palos. El remate a las nubes de Conechny contra el Girona que desde la grada se cantó gol o el disparo desviado de Carlos Vicente contra el Celta son un ejemplo de esa prueba y error. La finura de Kike García de cara a puerta (contra los vigueses firmó su sexto tanto con Coudet) permite mantener esa renta goleadora.

El penalti transformado por el 'obrero del gol' permitió sumar un punto. Y prácticamente se calcó el guion del partido contra el Atlético de Madrid, entonces bajo los mandos de Luis García. Guridi abrió la renta desde los once metros con el único disparo que los albiazules realizaron en todo el partido. El único precedente de este tipo fue contra el Betis (0-0) en la segunda jornada, con un remate entre los tres palos que detuvo Rui Silva. La comparativa entre ambos entrenadores arroja un mayor protagonismo a las órdenes de Coudet, mientras el juego más vertical de Luis García generaba más ocasiones.