Alavés 1-0 Betis

Un Alavés dominador invita a otra ronda

Luis García Plaza había diseñado una alineación mixta. Lógicamente lejos de los experimentos de las eliminatorias anteriores ante el amateur Deportivo Murcia y el Terrasa. Fuera del once, por baja o decisión técnica, quedaron titulares como Sivera, Gorosabel, Marín, Guridi y Samu. Pero dentro estaban otros indiscutibles como Guevara (excelente junto a Benavídez en el eje) o Rioja. En la jornada donde Carlos Vicente, tras sus minutos en el Reale Arena, se estrenó como titular con buena nota.

Un equipo con la novedad de Sola en el lateral diestro, su puesto habitual en las últimas temporadas, y donde mostró sus mejores cualidades. También se estrenaba un curioso dúo de centrales de emergencia: Tenaglia y Duarte. Lo del argentino resultó espectacular. Raro será que deje el puesto a corto plazo. Dentro de un Alavés soberbio en lo coral y donde solo desentonó Hagi. Ante la anemia ofensiva la escuadra albiazul busca jugadores que hagan algo diferente en tres cuartos de campo y en el caso del rumano parece difícil que simplemente haga algo. Cuando Giuliano le sustituyó solo fue para mejorar. Simplemente por puro sentido futbolístico.

El Alavés ha destacado esta campaña por sus toques de corneta en el inicio de los partidos y este sábado no resultó diferente. Acorraló al Betis en el comienzo y Tenaglia rozó el tanto en un cabezazo al palo. A Carlos Vicente pudieron hacerle un penalti igual que Guevara tocó un balón con la mano dentro del área. Pero había licencia para casi todo sin el VAR, que no se ha implantado en esta ronda. Pudo pagarlo el Alavés cuando a escasos minutos para el final Mendy cometió un penalti sobre Giuliano que se fue al limbo. Tras una fase donde el Alavés anulaba a un rival con Fekir, Isco, Ayoze y William José sobre el césped. El aguacero lavaba la cara de los albiazules para despertarlos mientras ahogaba las ideas béticas.

La escuadra sevillana apenas dispuso de cierto empaque en el tramo final de la primera parte. Cuando el cansancio limitó el oxígeno albiazul y los visitantes combinaron en campo alavesista. Con cierta inseguridad de Owono bajo palos, después subsanada con buenas salidas y su notable juego con los pies. Marc Roca y Ayoze tuvieron lo más parecido a ocasiones. Poco más para un adversario superado. Rebasado por ese Alavés compacto y sin fisuras. El equipo físico que debe ser. El que gana duelos ante oponentes tibios como el de este sábado y percute una y otra vez. Antes del descanso por el carril de Javi Löpez y Rioja, después también con una banda diestra de Carlos Vicente y un desatado Sola. Benavídez recuperaba, Guevara guiaba, Tenaglia se convertía en un central inexpugnable.

Otra cuestión es marcar. Lo acarició el esforzadísimo Kike García con un cabezazo que rozó el palo antes de que llegase el tanto decisivo. Un gol que define también a los alavesistas. Con varios remates y rechaces antes de que Benavídez acertara con calidad y sangre fría. Lo que define, en realidad, es esa necesidad de insistencia para conseguir el botín. Levantaba los brazos Luis García Plaza con sensación de alivio tras el tanto. Y es que veía otra vez que los méritos podían quedar en solo eso. A la cita ante el Betis, no hay que olvidarlo, el cuadro albiazul comparecía con un gol anotado (el penalti de Rioja en Donosti) en cinco encuentros. Pocas casualidades.

Había entrado Giuliano por el desacertado Hagi y más tarde Gorosabel y Abde en busca de renovar el oxígeno grupal. Todo funcionó esta vez ante un Betis desbordado que apenas se acercaba al área de Owono. Llegaban salidas peligrosas del Alavés al contragolpe y también combinaciones de mucho mérito para dar brillo al juego. Restaba esa sentencia que no apareció. Aunque nadie es ajeno a que Mendizorroza y vértigo son sinónimos. Así que se llegó a otro descuento. Para por fin frenar la maldición y mantener con cierta comodidad el resultado. Ya con Alkain y Blanco sobre el césped como última ayuda.

Así se certificó una clasificación que garantiza otros dos duelos coperos en enero. Un calendario cargado, pero atractivo. También esa sensación de que servirá para enganchar al ritmo competitivo a algunos de los futbolistas con menos minutos en la plantilla. Que se lo digan a Benavídez, Giuliano Simeone o Carlos Vicente. Que se lo cuenten a un Luis García Plaza que necesita añadir ropa de calidad al fondo de armario.