Deportivo Alavés

Panichelli se va al Estrasburgo

En cualquier caso, la venta, que se encontraba ya «muy avanzada» desde hace días y quedó sellada este domingo, es la segunda mayor venta de la historia del Alavés. Sólo está por detrás de los 18 millones ingresados por el defensa chileno Guillermo Maripán en 2019. Un montante considerable también dado el hecho de que el futbolista argentino aterrizó en Mendizorroza en enero de 2023 sin mediar traspaso.

La fuerte oferta presentada por una entidad que cuenta con el refuerzo económico de pertenecer al mismo grupo empresarial que el poderoso Chelsea inglés hizo al jugador y al Alavés replantearse el escenario. La primera intención de ambos era seguir de la mano en Primera, donde Panichelli apenas ha jugado. Le quedaban aún cuatro temporadas más de contrato en el Alavés, hasta 2029, tras haber sellado la renovación hace poco menos de un año, cuando ya empezaba a destacar durante su cesión en el Mirandés. Con el Estrasburgo su vínculo se extenderá hasta el 2030.

Esa apuesta del club francés, que ya tanteó al jugador y al Alavés antes incluso del cierre de la pasada campaña, cambió por completo el decorado. Al proyecto deportivo propuesto por una entidad que disputará la previa de la Conference League en unas semanas se sumaba la mejora de sus condiciones económicas contractuales que lleva aparejada la potente inversión realizada para lograr su fichaje. Por eso, el jugador comunicó al club su deseo de salir traspasado antes de comenzar los amistosos de pretemporada. Eso le llevó a no jugar contra el Athletic en Laguardia el martes -aunque estuvo presente a pie de campo- y a ni siquiera viajar con el equipo un día después a la concentración de Girona.

Entonces ya estaba a punto de cerrarse una operación económicamente muy rentable para el Alavés, pero que también le sitúa ante la obligación de fichar un delantero de plenas garantías. Los planes tanto del club como de Coudet pasaban por apostar fuerte por Panichelli, pero ahora solo quedan las opciones de Toni Martínez y Villalibre. Diferente es la situación de Mariano, bigoleador el sábado ante el Castellón pero que ni siquiera se encuentra a prueba como tal. Su futuro es una tarea que, de momento, el club no tiene pensado cerrar e independiente de incorporar otro delantero, algo seguro.

El Alavés dispondrá de músculo económico para acometer ese fichaje, pero los gestores albiazules también son conscientes de que se trata de una de las posiciones más complicadas. Los buenos arietes con pocos y, sobre todo, caros. Dar con uno en el que la relación entre su desempeño inmediato y un coste que encaje dentro de los parámetros no es tarea sencilla. La parcela encabezada por Sergio Fernández busca un jugador que cumpla esos requisitos desde que Panichelli comunicó su deseo de salir.

El delantero apenas ha permanecido dos años y medio en la disciplina del club. Llegó de puntillas sin ni siquiera haber debutado con el primer equipo de River Plate y el día del ascenso contra el Levante se rompió el ligamento cruzado de la rodilla. Tras un año de transición, la apuesta por irse cedido al Mirandés no pudo salir mejor. Sus 21 goles, pero sobre todo ese amplísimo abanico de virtudes, le situaron en un escaparate demasiado jugoso para un Alavés que ha visto imposible retenerlo.