El alavesismo llora a José Antonio Naya, el entrenador que quiso plantar ajos en Mendizorroza
Con fama de técnico ascensor, estuvo a punto de devolver al Alavés a Segunda en la temporada 1983-1984
José Antonio Naya Mella, entrenador del Deportivo Alavés en la década de los ochenta, ha fallecido en Valencia a los 90 años. De marcado carácter supersticioso, el gallego se ganó también la fama de técnico ascensor, algo que estuvo a punto de lograr con un Alavés que purgaba sus problemas económicos Segunda B.
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Nacido en A Coruña en abril de 1934, su carrera como técnico se extendió a lo largo de tres décadas. Fue, sobre todo, un entrenador de fútbol modesto, pero que llegó a dirigir 313 partidos en la categoría de plata. Incluso selló un ascenso a Primera con el Real Burgos, del que sin embargo no pudo disfrutar en el banquillo.
Naya llegó al Deportivo Alavés en la 1983-1984 con Javier Martínez Balza en la presidencia de una entidad que acababa de caer de Segunda. Pero lejos de estar instalado en la parte alta de su grupo, apenas había logrado escapar de la zona baja con Emilio Quílez ni Luis Antonio Sánchez Martín. Pero Naya dio con la tecla. Ganó trece de sus veinte partidos y el Alavés se quedó a un punto del ascenso.
Ese verano hubo cambios en la directiva, llegó Julián Ortiz Gil y Naya dejó la entidad. Pero tras once jornadas sin fortuna con Mané el Alavés volvió a llamar al gallego. Solo los problemas económicos de un club que poco después sería descendido de forma administrativa a Tercera impidieron la vuelta del técnico con mejor porcentaje de triunfos de la historia del club (68,18%).
A su solvencia en el banquillo sumó algunas ocurrencias marcadas por un carácter muy supersticioso. Tanto, que llegó a pedir plantar ajos tras las porterías de Mendizorroza para espantar a las meigas. O que abroncaba al doctor Miguel Gay-Pobes por su 'ocurrencia' de entrar al vestuario con un jersey amarillo augurio de mala fortuna.
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