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La sombrerera vasca que convirtió a Naty Abascal en el ejemplo de invitada perfecta

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Instagram: @natyabascal

La sombrerera vasca que convirtió a Naty Abascal en el ejemplo de invitada perfecta

Pese a lo que muchos pusieron en duda, la sevillana cumplió el protocolo en la boda de Pilar Rubio y Sergio Ramos, gracias a un diseño fucsia que contaba con la aprobación de los novios y a un impecable tocado, obra de Mariana Barturen

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Jueves, 20 de junio 2019, 10:22

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Llamar un día cualquiera al atelier de Mariana Barturen es poder encontrarse con respuestas como estas al otro lado del teléfono: «Mariana se acaba de ir. Ahora mismo está en el Museo Thyssen-Bornemisza, donde inauguran una exposición sobre la obra de Balenciaga en la que ella ha colaborado», nos comentaba Helena Hernández, su mano derecha en el taller. Nunca una frase pudo decir tanto acerca de la relevancia de nuestra entrevistada. ¡Balenciaga! ahí es nada. «He prestado un tocado antiguo de Balenciaga que compré hace muchos años y me han invitado como prestadora. Ha sido un lujo poder ver la exposición 'Balenciaga y la pintura española' de la mano del comisario Eloy Martínez de la Pera», nos explicaba Barturen cuando, amablemente, contactó con Álava Dmoda al día siguiente. Con permiso del maestro, Mariana es una de las grandes diseñadoras de nuestro país. Concretamente, es una reputada sombrerera que lleva 25 años de impecable trayectoria profesional. Además, comparte raíces vascas con el de Getaria. Aunque su estudio se encuentra en la madrileña calle Príncipe de Vergara, su apellido la delata. «Nací en Bilbao, aunque me fui pronto a vivir a Madrid. Sin embargo, todos los veranos y vacaciones vamos a Bakio. Además, mi madre y mi abuela eran de Plentzia y tengo familia en Bilbao, por lo que me resulta muy cercano».

Cortesía: Mariana Barturen

Se licenció en Diseño Gráfico por la Escuela de Arte Parsons de Nueva York, donde también tuvo la oportunidad de cursar materias de diseño de moda. «En las universidades de Estados Unidos puedes elegir clases que no tienen que ver con tu carrera. De este modo, me formé en sombrerería y en confección de flores de seda, pero no con la intención de que fuera mi profesión, sino como un 'extra' a mis estudios». Todo ese conocimiento profundo de las estructuras en tres dimensiones, de las líneas, los volúmenes y los colores, unido a una afición por la costura que llevaba perfeccionando desde los 9 años, hizo que, tras más de un lustro viviendo al otro lado del charco, el curso natural de su vida le llevara a abrir un estudio en pleno centro de Madrid. Allí, junto a su equipo, además de sombreros y tocados, también hacen velos, zapatos, bolsos, guantería y, desde hace un año, vestidos de novia.

«Da igual que sean las 12 de la mañana que las 5 de la tarde, el protocolo asume que en las bodas por la Iglesia hay que 'tocarse' la cabeza en señal de respeto»

Reconoce que sus diseños son gráficos, lineales, limpios y muy estudiados, que solo utiliza hilo Gutermann de bovina pequeña y que cose escuchando música de los años 50 y radios americanas. También cree que las vizcaínas tienen una luz especial bañada por el mar Cantábrico y un estilo afrancesado que tiende a los tonos azules, grises y topos. «En Madrid atiendo a mucha gente del norte que vienen en busca de diseños para bodas especiales», admite. En contraposición, asegura que las mujeres del sur visten colores muy brillantes como el turquesa, el amarillo o el fucsia. Precisamente, este último fue con el que Naty Abascal alcanzó la gloria una vez más, reafirmándose como icono indiscutible de elegancia en la boda de Pilar Rubio y Sergio Ramos. Con un 'Oscar de la Renta vintage' del año 86 y un impresionante tocado de Mariana Barturen, la sevillana cumplía a rajatabla un protocolo que muchos pusieron en duda. A pesar de llevar un color prohibido por los novios, Naty contó con el beneplácito previo de la pareja, quienes no pusieron pegas a su 'total look'. En cuanto a la polémica por llevar tocado en una boda de tarde, Barturen asegura que «da igual que sean las 12 de la mañana que las 5 de la tarde, el protocolo asume que en las bodas por la Iglesia hay que 'tocarse' la cabeza en señal de respeto, independientemente del horario de la boda o de la época del año». Por eso, las sombrereras como ella solo trabajan para eventos en los que haya una Iglesia de por medio.

  1. Normas básicas a tener en cuenta si te invitan a una boda por la Iglesia

Mariana nos concede toda una lección de estilo al ponernos en relieve unas normas básicas que parecen haber quedado relegadas al olvido. Según afirma, «la gente está muy confundida. Para las bodas en España nos vestimos de fiesta. En el resto de Europa, en las bodas se visten de boda». Y es que, según dictan las normas, si el hombre viste chaqué, las mujeres deben ir tocadas y con un traje de día de un único color, con algo de manga, sin mucho escote y un largo que va entre la rodilla y el tobillo. Por el contrario, no se deberían llevar colas de arrastre, ni gasas, ni transparencias, ni tirantes finos, ni escotes en la espalda. Eso sería, en todo caso, para fiestas, en las que el hombre debería ir de esmoquin. Sin embargo, en bodas que se celebran por lo civil no hay normas de 'dress-code', ni para novios ni para invitados. La sombrerera recomienda aplicar 'el sentido común' y defiende la validez del look de la consultora de moda, argumentando que iba tapada hasta el cuello, con manga larga, sin marcar la silueta, con un largo hasta el tobillo y un tejido de crepé nada transparente. «Era totalmente un vestido de día». Por su parte, el tocado tenía forma de ojo con estructura interior, estaba forrado con ciertos pétalos en crepé de chine y organza de seda flúor, y se remataba con un penacho de plumas alambradas. Un look perfecto para «una percha perfecta», tal y como describe la bilbaína a esta maniquí española. «Todo lo que se pone Naty se multiplica por tres. Hago muchas cosas para ella y, normalmente, definimos juntas el colorido, pero las ideas que ella me da siempre funcionan. Tiene un don especial para la combinación de colores y texturas», afirma.

Instagram: @natyabascal

«Tu cabeza es mi reino»

Aunque Naty Abascal pueda parecer un caso único, Mariana Barturen asegura que todas las mujeres del mundo pueden defender un tocado o un sombrero, tan solo hay que buscar, atreverse y contar con la opinión de un experto que pueda sacar a tu belleza todo su potencial. «Tu cabeza es mi reino» es la frase que la sombrerera dice a sus clientas. Lo primero que hace es estudiar las facciones, el cráneo, el óvalo… para poder hacer un patrón básico de esa estructura. Lo segundo, es definir el peinado. «Muchas mujeres piensan que cuando te pones un tocado o un sombrero no te tienes que peinar, y es totalmente al contrario». A continuación, Mariana tratará de ser fiel a sus principios y buscará, sobre todo, que estés guapa, que los accesorios fluyan y que cada pieza conviva bien con el resto del conjunto. Te sorprenderá saber que cualquiera de sus diseños pueden ser capaces de realzar el color de un traje, hacer que tengas una mirada más profunda o que parezcas más alta. También pueden afinar tus rasgos o esconder aquello que no quieres que se vea. «Si hiciera un sombrero espectacular que cuando entraras a una boda solo se viera el sombrero, estaría haciendo mal mi trabajo». Por eso, su atelier es una especie de maquinaria perfecta con un engranaje capaz de hilar tu look a través de los complementos. Aprovechando que junio es el mes de los tocados, que vayan tomando nota en Ascot.

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