Louis Vuitton se pone torera

Las grandes firmas del mundo de lujo siempre están prestas a rematar una gran faena. Sin ir más lejos, el gigante Louis Vuitton se ha ido de feria y encontrado inspiración en la tauromaquia para inundar de color y pasión el invierno de 2021. Nunca los trajes de luces de los toreros habían alcanzado semejante eco. Acorralada por un amplio arco político que no le pasa una en España, la fiesta de los toros ha saltado de las plazas a las pasarelas internacionales.

La Semana de la Moda de París, recién concluida, le ha tributado un sentido homenaje con un desfile que llenó de olés los mejores asientos del 'front row'. Hubo que esperar al final, pero a las modelos solo les faltó encajarse la montera y coger el capote. Ahora es el turno de Vuitton, pero no es la única marca que ha puesto sus ojos en los ruedos y astados a lo largo de la historia.

Antes lo hicieron otros 'popes' del diseño mundial, como Moschino, que también rescatará el próximo verano chaquetillas toreras, Dolce&Gabbana, Jean Paul Gaultier o Ralph Lauren. ¿Qué tiene el mundo de los toros para que periódicamente modistos y creadores de todo tipo recurran a su ética y estética?

Nicolas Ghesquière, director creativo de la 'maison' fundada en 1854, hizo del derroche y exceso toda una declaración de intenciones al sacar a escena a más de 200 músicos vestidos con estilismos barrocos. De entre los más de 40 diseños que subió a la pasarela destacaron tres toreras futuristas con las que cerró el desfile. La traca llegó muy al final, cuando ya casi nadie lo esperaba. Pero llegó. Y se dejó notar. Se vieron una torera nazareno y oro, otra blanco y azabache, y una tercera en verde y negro. Las tres con licencias en los cortes. El museo del Louvre, donde se exhibió la colección, no eran Las Ventas ni Vista Alegre. Y, sin embargo, la revista taurina 'Aplausos' vitoreó la colección. No podía ser menos.

Vuitton interpreta estas chaquetas como un viaje en el tiempo, aunque tampoco descubre nada nuevo. El maestro Balenciaga recurrió en más de una ocasión a un mundo que siempre ha seducido a artistas e intelectuales como Picasso, Dalí, Miró o Borges. Su discípulo Ghesquière sigue en la misma línea con boleros adornados con intrincados bordados barrocos que contrastaban sobre prendas de diseño futurista.

Es lo que tienen la moda y los toros: entremezclan pasado y futuro sin renunciar a un presente que rara vez deja indiferente incluso a sus más confesos incondicionales. Pero que el lujo más exclusivo del mundo, y nadie lo es más que Vuitton, encuentre inspiración en los toros es el mejor apoyo que puede ofrecer a la fiesta en uno de los momentos más bajo de esta, por mucho que moleste a los antitaurinos.