La 'generación Z' elige su futuro, ¿qué deben tener en cuenta?

Llega el momento de la elección vocacional para los y las adolescentes de la 'generación Z', nacidos a partir del año 2000. El fin del reinado de juventud millennial está dando paso a la 'generación Z'. Como era de esperar, ya abundan multitud de etiquetas y descripciones que tratan de ofrecer un perfil de este grupo heterogéneo de jóvenes que, nacidos ya en plena era digital, no pueden concebir el mundo sin internet.

Tienen una 'cabeza 100% digital': no consideran la posibilidad de ningún trabajo sin la incorporación de esas herramientas.

«Son jóvenes muy creativos, con una alta adaptabilidad a nuevos entornos. Saben que tendrán que adaptarse muchas veces a nuevas realidades laborales y tener mucha movilidad geográfica en un mundo cada vez más global. De hecho, algunos autores aseguran que estos jóvenes ya están inventando sus propios empleos», comentan Nuria Vilanova e Iñaki Ortega.

El marco que recibe a estos chicos y chicas es complejo, ya que el mercado laboral atraviesa una profunda transformación. La 'generación Z' de este siglo accede a la formación superior en un contexto de profunda modificación del mercado laboral. Nuevos avances tecnológicos, cambios socioculturales, profesiones que aún desconocemos y tareas que van a desaparecer, crean incertidumbre a esta generación, así como a sus padres y madres acerca de cuáles son los trabajos que van a tener más potencial en el futuro.

Dentro del proceso de elección vocacional, el periodo de la adolescencia se considera como el más destacado de la conducta vocacional, puesto que es donde se comienza a forjar la identidad personal, el proyecto de vida y la futura elección profesional. Se les exige que en este periodo de edad tomen las primeras decisiones vocacionales. Esto puede generar conflicto y ansiedad al adolescente, en la medida en que no se encuentre preparado o preparada, no tenga claro qué decidir o sus valores choquen con los de sus referentes (familia, profesores, etc.).

Con independencia de esta problemática, llegado el momento, se le exige tomar decisiones relacionadas con elegir qué asignaturas debe cursar, qué modalidad de Bachillerato realizar, seguir estudiando o pasar al mundo laboral, estudiar Bachillerato o Formación Profesional, escoger el tipo de estudios universitarios a realizar, estudiar en su ciudad o desplazarse a otra distinta, etcétera. La elección vocacional se convierte en un tema familiar.

En nuestra práctica diaria, en Ipace, observamos que hay expectativas, miedos, inseguridades que involucran tanto a padres y madres como a chicos y chicas que tienen entre 15 y 20 años, y que no expresan una vocación definida. Muchos no saben ni lo que quieren, ni lo que les gusta. Se genera en ellos y ellas un gran dilema a la hora de decidir qué profesión elegir o qué trabajo u oficio emprender. Una minoría, lo tiene claro. Otros y otras, simplemente, optan por estudiar la carrera que siguieron su padre o su madre, o algún otro familiar. Y otros deambulan de una a otra carrera porque no logran descubrir su vocación.

Una serie de dudas se desencadenan también en las familias en esos momentos: «qué va a hacer en el futuro», «cómo se ganará la vida», «que elija algo nuevo», «que elija una carrera tradicional», «que estudie cualquier cosa, pero que estudie»… son comentarios frecuentes entre muchos padres y madres.

En último término, la cuestión que se les plantea es, ¿cómo podemos acompañar a nuestros hijos e hijas en la elección vocacional, cuando nuestra experiencia del mercado laboral es totalmente diferente a la que van a transitar ellos y ellas en el futuro?

Desde Ipace somos conscientes de todo esto. Vivimos en un mundo globalizado e hiperconectado que avanza y cambia a pasos agigantados cada día. Y es que teniendo en cuenta este contexto, tomar la decisión de qué estudiar o en qué trabajar se vuelve más crítica para los jóvenes y sus familias.

Los padres y madres, por miedo al futuro, quieren que sus hijos e hijas sigan carreras tradicionales porque piensan que van a tener asegurada la salida laboral o, por el mismo motivo, hay otros adultos que prefieren que los jóvenes sigan las orientaciones consideradas más innovadoras. Pero no siempre el éxito laboral está garantizado por la carrera que estudie.

Es clave que padres, madres y profesionales colaboremos en la construcción del proyecto personal de vida de nuestros jóvenes. Colaborar no significa entrometerse, ni manipular, sino que lo entendemos como un proceso de construcción compartido.

Para Ipace, esta elección vocacional no es exclusivamente un hecho puntual o el fruto de una decisión que se debe de tomar en un momento determinado por las exigencias impuestas desde el entorno académico y profesional, ya que desde este punto de vista situaríamos el problema exclusivamente en el momento crítico de la elección, dejando en un segundo plano todo el proceso de toma de decisiones anterior a esa elección. Es por ello que consideramos necesario un trabajo previo a esta elección, con el fin de evitar que el adolescente y la adolescente decida llevado o llevada por las influencias externas de última hora.

Desde Ipace queremos ofrecer a las familias un recurso de acompañamiento a los y las jóvenes para que descubran su vocación, quiénes son y qué sentido quieren darle a sus vidas. Les proporcionamos herramientas para un mayor autoconocimiento y responsabilidad personal, cultivando su autoconfianza y desarrollando todo su potencial. Todo ello con un enfoque personalizado y dirigido a evitar que realicen su elección llevados o llevadas por los acontecimientos y las influencias externas de última hora.

El Programa de Coaching Vocacional es un proceso de acompañamiento para jóvenes que persigue ayudarles a descubrir su vocación real, sus pasiones y sueños y así, alinear su elección profesional con su sentido de vida. Queremos propiciar en ellos y ellas claridad para que su decisión esté sustentada sobre bases firmes que les lleven a desarrollar su vida profesional de manera satisfactoria.

Los chicos y las chicas tienen acceso a un gran escaparate de carreras, centros educativos, ofertas de estudios… que a veces confunden más que ayudan. Deben tener muy presente que la elección final siempre será de ellos y ellas. Las personas de alrededor sólo podemos apoyar y acompañar en el proceso y comprometernos con su decisión, pero nunca decidir por ellos y por ellas. Pero al mismo tiempo ello implica una responsabilidad. No son pocos y pocas quienes escogen una carrera porque 'se gana mucho dinero' o 'porque es más fácil acceder a ella'. Ante estas razones, recordamos que se trata de una decisión que marcará su futuro, ya que con esa formación se enfrentará al mundo EL o ELLA, no su familia, ni sus amigos…

Partiendo de esta premisa fundamental pretendemos que cada joven mire hacia sí mismo o hacia sí misma. Que tome conciencia de qué se le da bien, en qué es más competente, cuáles son sus valores, qué le motiva, qué estilo de vida desea…

Así, a lo largo de las sesiones buscamos que los chicos y chicas se conozcan mejor y ese autoconocimiento personal les ayude a tomar una decisión académica más acertada, al elegir una profesión que sea compatible con su situación personal real.

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