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Domingo, 11 de mayo 2014, 01:46
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Expertos de la Policía Nacional y de la Guardia Civil van a analizar durante las próximas horas los focos de la excavadora que provocó el pasado jueves el accidente en el que fallecieron cinco niños de entre 12 y 15 años al volcar un autobús en una carretera secundaria de Badajoz. Los peritos tratan de dirimir si el conductor del vehículo agrícola, que ha ingresado en prisión tras dar positivo en las pruebas para detectar hachís y cocaína, activó los intermitentes y si lo hizo a tiempo antes de iniciar la maniobra que desencadenó el siniestro. Las víctimas fueron despedidas ayer en un multitudinario funeral celebrado en su pueblo natal, Monterrubio de la Serena. Tres de los quince heridos que dejó el suceso siguen ingresados, aunque su vida no corre peligro.
El accidente ocurrió sobre las 21.30 horas del jueves. El minibús que devolvía a casa a dos equipos de fútbol sala del Club Deportivo Monterrubio tras jugar un torneo se salió de la calzada al intentar adelantar a la retroexcavadora en una larga recta. En plena maniobra, el conductor del vehículo agrícola intentó girar a la izquierda para tomar un camino rural sorprendiendo al chófer del autobús en el que viajaban 18 personas 15 menores. No está claro si llegaron a chocar, pero el transporte más grande acabó volcado en la cuneta con funestas consecuencias.
Las pesquisas policiales tratan de aclarar también si el conductor de la retroexcavadora huyó del lugar de los hechos sin prestar ayuda a los accidentados. El atestado inicial no aclara este extremo y algunas fuentes señalaban ayer que el implicado, de 37 años, fue localizado por la Guardia Civil en una finca cercana en la que lleva trabajando «toda la vida». Un segundo estudio toxicológico precisará además si el detenido consumió drogas el mismo día del accidente o si lo hizo en jornadas precedentes. Como mínimo tendrá que hacer frente a una imputación por cinco homicidios imprudentes, un delito de lesiones graves y otro contra la seguridad vial.
«Todos tenemos ya una idea bastante aproximada de lo que ha pasado», señaló ayer el ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, tras las exequias de los jóvenes fallecidos. El polideportivo municipal de Monterrubio 2.700 habitantes, en el que instalaron 240 sillas para velar y despedir los cuerpos, se quedó pequeño para acoger a las más de mil personas que participaron en la ceremonia religiosa.
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