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La inactividad puede generar ansiedad a las personas activas.
Aprenda a veranear

Aprenda a veranear

El vicepresidente de la Asociación Española de Psiquiatría Privada aconseja que, de vez en cuando, seamos un poco egoístas: necesitamos tiempo solo para nosotros y crear hábitos individuales

P. Manzanares

Viernes, 27 de junio 2014, 16:36

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Así dicho suena bastante raro, pero muchas veces no sabemos veranear. Hay a quienes sus vacaciones solo le sirven para contarlas después, otros que intentan convertirse en ese Indiana Jones que admiran pero que en realidad no quieren ser y muchos solo cambian de escenario para llevar casi la misma vida que el resto del año.

Y esto último, además de que no permite desconectar como se debería, tiene el problema añadido de que estas personas se han pasado el resto del año deseando hacer otras cosas para las que no tienen tiempo y a las que siempre les buscan excusa: cuando no es el trabajo es la familia

Por tantos motivos el doctor José Antonio López Rodríguez, vicepresidente de la Asociación Española de Psiquiatría Privada (ASEPP), afirma que hay que tener claro que los fines de semana y las vacaciones «deben ser para vivir, disfrutar y hacer aquello que nos produzca placer y bienestar».

Para este fin, asegura el experto, no es necesario realizar un largo viaje o utilizar los lugares «ideados por el imaginario popular, existe un truco bastante sencillo, recordar la última vez que uno se sintió a gusto, feliz, satisfecho y repetir dentro de las vacaciones lo que estuviéramos haciendo en ese momento», añade.

Una habitación 'con vista'

Es cierto que elegir nuestras vacaciones al gusto no es una tarea sencilla. La familia, el trabajo y la economía nos condicionan. Pero sstos factores son «relativamente» salvables, tal y como señala el psiquiatra, pues no es tan importante el dónde sino el tipo de actividades que se realizan durante el periodo vacacional.

«Debemos ser, de vez en cuando, un poco egoístas y buscarnos algo de tiempo para tener nuestros momentos propios en los que realizar actividades que redunden en el beneficio personal», afirma el experto.

Siempre es necesario tener un espacio donde tengamos calma, serenidad y tranquilidad. Un lugar donde en determinados momentos no hagamos nada, simplemente pensar. Necesitamos una habitación.

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«Es necesario crear hábitos individuales para la estabilidad mental del individuo y es ahí donde entra el concepto de tener nuestra propia habitación, nuestro tiempo, nuestro espacio, exclusivamente para nosotros, no para nuestros hijos, ni para nuestra mujer, marido, ni para el jefe», matiza el doctor López Rodríguez.

En este sentido, «es vital en nuestra vida tener nuestra propia habitación, el lugar en el que uno entra solo y tiene todas sus cosas íntimas. Las vacaciones son el momento ideal para desarrollar este espacio personal. Todo individuo, necesita un momento, un espacio, un lugar, que sea solo para él».

En vacaciones es «fundamental», según el doctor López Rodríguez, dedicar un tiempo a la reflexión: «En un ambiente distendido, sin presiones de ningún tipo, es el momento perfecto para reflexionar sobre nuestra vida, en lo que hacemos a diario, ¿Es lo que nos gusta? ¿Nos hace felices? ¿Queremos cambiar algo? ¿Podemos cambiar algo? Traer de las vacaciones un propósito y llevarlo a cabo nos hará sentir que realmente han sido unas vacaciones descansadas, aprovechadas y meditadas».

Cómo desconectar: perfil activo

Las vacaciones han de adaptarse a la personalidad del individuo. Es decir, aquellas personas de naturaleza muy activa y con un trabajo muy estresante, «bajo ningún concepto han de seguir aquellos consejos bienintencionados de sus familiares y amigos que les instan a no hacer absolutamente nada durante las vacaciones, pues lo más seguro es que dicha inactividad acabe generándoles un cuadro de ansiedad».

Por el contrario, han de mantener, si así lo desean, su nivel de actividad, ahora bien, practicando una actividad que nada tenga que ver con su actividad laboral.

Como norma general, a estos individuos les cuesta mucho desconectar de su actividad laboral, algo que solo es posible si encuentran una actividad «muy motivadora y placentera» que les permita dejar a un lado las cuestiones relativas al trabajo: «Si tras probar con diversas actividades la persona no es capaz de relajarse, es probable que estemos hablando ya de algún tipo de problema relacionado con el estrés y sería conveniente que aprendiera a vivir de otra manera con ayuda psiquiátrica», concluye el doctor.

Vida contemplativa, los pasivos

Existe otro perfil de individuos que son mucho más relajados y tranquilos, a los que las vacaciones de hamaca y la vida contemplativa durante el periodo vacacional «les vienen perfectas para desconectar y cargar pilas de cara a la vuelta al trabajo», agrega el psiquiatra.

«El objetivo de las vacaciones es darle un descanso a nuestro cuerpo y a nuestra mente, sobre todo a nuestra mente, de modo que lo recomendable es cambiar de ritmo y de actividad y permitirnos tiempo y espacio para hacer aquellas cosas que siempre queremos hacer y que no hacemos», asegura el experto, quien añade que por eso hay tantos tipos de vacaciones como individuos.

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