Borrar
Hasta ahora, los paquetes pequeños eran muy difíciles de controlar por los agentes fronterizos.

Un 'trolex' que puede salir muy caro

La UE permite ya la destrucción express en la aduana de pequeños envíos postales de productos falsificados

María José Tomé

Domingo, 23 de noviembre 2014, 02:05

Si ha tenido la tentación de adquirir ese Rolex falso que ha visto por internet y quedar como un señor rey mago bajo el árbol de Navidad, quizás sea mejor que vaya cambiando de idea; su regalo podría ser triturado en la misma aduana y usted quedarse compuesto y sin 'trolex' y, lo que es peor, con unos cuantos euros menos en la cartera. La Unión Europea ya permite la destrucción express de pequeños envíos de productos falsificados, hasta ahora muy difíciles de controlar por los agentes fronterizos, sin necesidad de iniciar un largo procedimiento judicial contra el comprador. Dos son, en realidad, los objetivos de esta regulación: frenar al gran gigante oriental de las falsificaciones y poner coto a la tendencia que se está imponiendo en la importación de copias, como es el envío postal.

El informe anual de incautaciones elaborado por la Unión Europea lo deja claro: China y Hong Kong son ya el origen de casi el 80% de las falsificaciones aprehendidas en las aduanas europeas. Y una tendencia cada vez más afianzada por el auge del comercio electrónico: el método de entrada con el que más productos falsos se detienen en la frontera es ya el correo postal, con un 72% de las incautaciones. Esta modalidad ha experimentado un espectacular aumento en los últimos años: en 2009, la vía postal apenas representaba el 20% de las requisaciones en las aduanas.

Definición de pequeño envío

La nueva reglamentación define 'pequeño envío' como aquel efectuado por correo postal o servicio de mensajería que contenga tres unidades o menos o que tenga un peso inferior a los dos kilogramos. Se trata de paquetes hasta ahora muy difíciles de controlar, ya que no sobrepasaban los límites de lo que puede ser inspeccionado por los agentes fronterizos. Según el nuevo procedimiento, las aduanas notifican la retención del paquete a su destinatario -sin necesidad de contactar con el titular del derecho de propiedad intelectual o industrial-. El comprador tendrá a partir de ese momento un plazo de 10 días para consentir su destrucción; en caso de que se opusiera, los agentes contactarían entonces con la marca original y arrancaría el procedimiento obligatorio; es decir, de una u otra manera, el pedido acabará triturado. Y al comprador, el presunto chollo le puede acabar resultando muy caro.

Con estas medidas, la UE pretende acabar con la impunidad del comercio pirata en internet, que se ha consolidado en los últimos años como un auténtico paraíso de la falsificación. La web ha desplazando incluso a los 'manteros' que hasta no hace mucho acaparaban el mercado de la copia. A un golpe de 'ratón' es posible encontrar cualquier lujoso artículo que en su versión original se escape a nuestras posibilidades: bolsos, zapatos, relojes, 'smartphones'... y de tal calidad que casi es imposible diferenciarlos del auténtico. Las propias marcas remiten a las aduanas información muy concreta y específica para que los agentes puedan diferenciar la copia del modelo original.

En 2013, las autoridades aduaneras de la Unión Europea (UE) se incautaron de 36 millones de productos falsificados. España, con 3,5 millones (un 12 % más que el año anterior) es ya el tercer país donde más falsificaciones se interceptaron, tras Italia y Malta. Prendas de vestir (el 12 %) y ¡ojo! los medicamentos (el 10 %) fueron los artículos fraudulentos que más se decomisaron en las fronteras.

En el supuesto de que el 'trolex' lo haya adquirido personalmente en un viaje a China, su regalo y su prestigio de rey mago quedan a salvo: la normativa comunitaria excluye aquellos objetos falsos contenidos en el equipaje de un viajero, siempre y cuando la aduana considere que su propietario no tenía la intención de comerciar con ellos.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcorreo Un 'trolex' que puede salir muy caro

Un 'trolex' que puede salir muy caro