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Las últimas siete horas de Allende

El cine, especialmente a través del género documental, ha retratado en múltiples ocasiones la figura del presidente Salvador Allende y de los acontecimientos que condujeron al golpe militar de 1973. El chileno Miguel Littin acaba de rodar una película sobre su última mañana con vida

David López

Miércoles, 24 de septiembre 2014, 15:00

Chile conmemoró el pasado 11 de septiembre el 41º aniversario del golpe de Estado perpetrado por las fuerzas armadas para derrocar al presidente socialista Salvador Allende, líder de la coalición de izquierdas Unidad Popular. Su mandato de tres años finalizó abruptamente aquella mañana. La conspiración puso fin a un gobierno reformista, el primero de orientación marxista en Occidente, cuya singladura estuvo marcada por la polarización social y una lacerante crisis que sacudió los pilares económicos del país. Mucho se ha escrito ya sobre la junta militar capitaneada por Pinochet, la implicación del Ejecutivo estadounidense de Richard Nixon y Henry Kissinger, o la sistemática violación de los derechos humanos durante la dictadura. Hoy nos interesa repasar las películas (pasadas, presentes y futuras) que han intentado esclarecer los hechos que rodearon uno de los capítulos más oscuros de la historia de Latinoamérica, a veces aproximándose a la utopía y al romanticismo, otras incidiendo en la cruda realidad. Hace una semana el director chileno Miguel Littín terminaba el rodaje de su película 'Allende en su laberinto', un filme que retrata las últimas siete horas del mandatario socialista.

La aventura de Miguel Littin

A finales de mayo de 2012, en el marco del Marché du Film de Cannes, el veterano Miguel Littin (Palmilla, 1942) buscaba financiación para un nuevo proyecto, 'Tu nombre me sabe a hierba' (ya saben, la canción de Serrat con versos de Antonio Machado). Para convencer a posibles inversores, presentó un teaser trailer que mostraba escenas ficcionalizadas del ataque al palacio presidencial. Un montaje que también incluía fragmentos de archivo y pruebas de storyboards. El filme, que protagonizaría el actor chileno Daniel Muñoz, suscribiría una tesis que Littin había barajado en otros hitos de su filmografía: Allende fue asesinado por terceros el día del golpe militar, descartando la idea del suicidio, como sostiene una sentencia judicial.

Dos años después, el rodaje se acerca a su fin, con otro título ('Allende en su laberinto'), pero con las mismas pretensiones: perfilar las últimas siete horas de vida del líder socialista a partir de las crónicas de Miria 'La Payita' Contreras, su secretaria personal. Littin, que colaboró estrechamente con Allende para diseñar la imagen de sus campañas y estrenó en 1970 el documental 'Compañero presidente' para dar la bienvenida al Gobierno socialista, aguarda con impaciencia su desembarco en las salas locales, en teoría, el próximo mes de noviembre.

Empero, la verdadera aventura de Littin comenzó tiempo atrás. En plena dictadura, abandonó su exilio para retornar con otra identidad a Chile y, de este modo, filmar un documental sin levantar sospechas. Regresó como hombre de negocios uruguayo y cumplió con su propósito en la clandestinidad. Esta increíble historia, que Gabriel García Márquez narraba en 'Las aventuras de Miguel Littin, clandestino en Chile', quedó reflejada en 'Acta general de Chile' (1986) con la ayuda de Fernando Quejido, uno de los grandes profesionales de la televisión en España.

La batalla de Chile

De inusitado interés para la cinefilia de nuevo cuño gracias a la multipremiada 'Nostalgia de la luz', estrenada en la sección oficial del Festival de Cannes en 2010, la obra del documentalista Patricio Guzmán (Santiago, 1941) ofrece una profunda reflexión sobre las huellas de la memoria histórica, la amnesia política y el tiempo recobrado. El chileno, que entró en contacto con el séptimo arte a través de las piezas de no ficción que firmaron durante la década de los cincuenta algunos directores franceses de futuro renombre, como Resnais o Clouzot, siempre consideró que "un país sin cine documental era como una familia sin álbum de fotografías". Sin embargo, la suya no es una mirada objetivista, sino poética: la realidad, a fin de cuentas, "es también una ilusión".

Formado en la Escuela Oficial de Cinematografía de Madrid, donde estudió a las órdenes de realizadores como José Luis Borau o Luis García Berlanga, Guzmán comenzó a filmar en 1973 'La batalla de Chile', un monumental trabajo de cinco horas de duración sobre la última etapa del Gobierno del líder de Unidad Popular, hoy considerado el mejor documental chileno de todos los tiempos. Su equipo registró durante meses asambleas sindicales, concentraciones masivas en las grandes avenidas de la capital y actos oficiales del Ejecutivo. Entrevistó a personalidades de todos los sectores políticos y sociales, independientemente de su ideología. Tras el ataque al Palacio de La Moneda y amenazado de muerte (los militares le retuvieron durante dos semanas en las dependencias del Estadio Nacional), se vio obligado al exilio, viajando entonces por Cuba, Francia y España. Será en el extranjero, en torno a 1979, donde logrará finalizar y montar este gran fresco dinámico sobre la situación chilena en su globalidad. Presentado como una trilogía ('La insurrección de la burguesía', 'El golpe de Estado' y 'El poder popular'), rehuye de lo épico para mostrar sin tapujos las entrañas de la debacle democrática.

No sería su última película inspirada por el infausto legado de la patria que le vio nacer: 'La memoria obstinada' (1997), que medita sobre los recuerdos de los que sobrevivieron al golpe militar y sus consecuencias directas, obligados por la corrección y la transición pacífica a borrar el pasado y mirar al futuro; 'El caso Pinochet' (2001), en torno a la decadencia pública del dictador tras su detención en Londres; y 'Salvador Allende' (2004), una biografía íntima y emotiva que recoge el ideario del derrocado dirigente socialista.

Isabel Allende, amor y muerte

Hija del diplomático Tomás Allende Pesce (primo hermano del presidente chileno), sobran las presentaciones para glosar la trayectoria de Isabel Allende, un auténtico fenómeno editorial a escala planetaria. Sus dos primeras novelas, que indagaban precisamente en las sendas perdidas de la dictadura y las revoluciones sociales, fueron adaptadas a la gran pantalla, eso sí, con poca fortuna.

En 1993, Bille August, director de la oscarizada 'Pelle el conquistador' (esta semana compite por la Concha de Oro en el Zinemaldia), trasladó al medio audiovisual el realismo mágico de 'La casa de los espíritus', el retrato de la familia Trueba a lo largo de cuatro generaciones, marcada para siempre por el golpe de Estado. La acción dramática estallaba cuando Esteban, severo patriarca y conservador convencido, se veía traicionado por sus camaradas de filas, enfrentándose en soledad a la sinrazón de las fuerzas militares que habían secuestrado a su hija, pareja de un militante comunista. Lo más sorprendente es que la cinta se filmó en suelo danés(tierra natal de August) con un reparto repleto de estrellas hollywoodienses: Meryl Streep, Glenn Close, Jeremy Irons, Winona Ryder y un Antonio Banderas cuya carrera en Estados Unidos empezaba a despegar.

Aunque no funcionó bien en taquilla, un año más tarde Betty Kaplan hizo lo propio con 'De amor y sombras', nuevamente con Banderas en el cartel, bien secundado por Jennifer Connelly. Un relato romántico sobre la búsqueda de la libertad y la verdad que no ignoraba las atrocidades del régimen dictatorial.

Los que no olvidan

En su exilio parisino, Helvio Soto rodó 'Llueve sobre Santiago' (1975), "una película de propaganda" que intentaba concienciar a los ciudadanos europeos sobre la barbarie que trajo consigo el golpe militar. Jean-Louis Trintignant y Annie Girardot participaron en este proyecto, en el que el búlgaro Naicho Petrov interpretaba a Salvador Allende y el francés Henri Poirier encarnaba a Augusto Pinochet. Contra todo pronóstico, fue un éxito de taquilla en países como Japón.

En 'La ciudad de los fotógrafos' (2006), Sebastián Moreno otorgó el protagonismo a los reporteros gráficos que documentaron la época de Pinochet. Profesionales que aprendieron su oficio a marchas forzadas, inmersos en el clima de agitación que azotaba las calles del país, y concibieron un nuevo lenguaje político, una herramienta de denuncia contra las tropelías de la dictadura. Un testimonio que décadas más tarde impulsaría los primeros procesos judiciales que pusieron en jaque a los represores del sistema.

Otro caso particular es 'Desaparecido' (1982), la primera película que rodó con presupuesto estadounidense el cineasta franco-griego Constantin Costa-Gavras. En esta ocasión, la perspectiva es novedosa y se basa en un hecho real: Charles Horman, un joven periodista norteamericano, desaparece en Santiago de Chile tras el golpe militar, situación que obliga a su padre (Jack Lemmon) y a su mujer (Sissy Spacek) a trasladarse al país latinoamericano para descubrir su paradero en un infierno de obstáculos burocráticos.

El futuro Allende

Aunque alcanzó la fama imitando a todo tipo de personalidades del ámbito de la cultura y la política, el gran reto del humorista Juan Carlos 'Palta' Meléndez ha sido prestar su voz y su rostro al biopic que dirige el uruguayo Adrián Caetano, un viejo conocido del Festival de Cannes y los espectadores de la HBO. Su caracterización es extraordinaria, tal y como reflejan los primeros materiales promocionales. 'Allende', esta coproducción argentina, canadiense y chilena, que relata, según sus artífices, el lado más humano y solitario del expresidente, debería estrenarse el próximo año tras innumerables retrasos (estaba prevista para el cuarenta aniversario, en septiembre de 2013). Como curiosidad, el propio Meléndez solicitó a los productores que contratasen al legendario Ennio Morricone para componer el score del filme. Por otro lado, el madrileño Miguel Martí llegó a trabajar en otro proyecto con Daniel Brühl encabezando el elenco, pero nunca más se supo del mismo.

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