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A la izquierda de la imagen, la zanja que se está construyendo en la que se erigirá la nueva valla.
Marruecos comienza a levantar en Melilla una valla paralela a la española

Marruecos comienza a levantar en Melilla una valla paralela a la española

Desde hace 20 días las autoridades de Rabat trabajan discretamente para crear un obstáculo de cinco metros de altura y con concertinas

JESÚS BLASCO DE AVELLANEDA

Martes, 13 de mayo 2014, 10:03

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El Gobierno marroquí ha comenzado a levantar de manera muy discreta una valla fronteriza entre la provincia de Nador y la ciudad española de Melilla para dificultar aún más las posibles llegadas e intentos de entrada de inmigrantes a suelo europeo. Chakib al Khayari, presidente de la Asociación Rif de Derechos Humanos (ARDH), confirmó que estas obras empezaron hace unos 20 días y pasan por alzar en paralelo a la valla española otro obstáculo metálico que alcanzaría los cinco metros de altura y estaría repleto de concertinas de cuchillas.

El Ejecutivo de Rabat rechaza oficialmente comentar este asunto. Incluso se niega a confirmar las informaciones pero lo cierto es que, desde hace días, varias asociaciones e instituciones marroquíes han demandado oficialmente una respuesta al Gobierno de Abdelilah Benkiran. Hoy la oposición presentó una pregunta en el Parlamento pidiendo a la administración norteafricana que facilite los detalles sobre este obstáculo.

Aunque las autoridades alauís guardan un mutismo absoluto, el ministro del Interior español confirmó hoy oficialmente el inicio de los trabajos. Es más, Jorge Fernández agradeció al país vecino el «levantamiento» de una nueva valla y un foso en su territorio.

Marruecos ha construido, por el momento, una carretera perimetral alrededor de la valla española que está llenando de maquinaria pesada como camiones, hormigoneras y excavadoras. Además, entre esta carretera y la valla española, está adecuando un antiguo foso de tierra para levantar allí el nuevo vallado fronterizo de más de once kilómetros de longitud, que podría estar terminado para antes del mes de septiembre y del que ya han comenzado a colocar los cimientos en el límite norte, cerca de los pinares de Rostrogordo.

Según Al Khayari, el Gobierno de Rabat no ha informado de esta medida ni al Parlamento ni a la sociedad civil para evitar la reacción de dos grandes grupos de poder: los defensores de los derechos humanos y aquellos marroquíes que no creen que se deban proteger las fronteras de una ciudad que ellos consideran «ocupada».

Las organizaciones no gubernamentales a ambos lados de la frontera hispano marroquí denuncian que esta nueva valla está «cofinanciada y consentida» por España y la Unión Europea y que no solo va a estar coronada por cuchillas sino que se va a levantar «íntegramente con concertinas cortantes».

«España ha sufrido muchas presiones para quitar las cuchillas y ahora tiene la excusa para hacerlo ya que Marruecos va a colocarlas por ellos. España dará una buena imagen ante Europa y nosotros seguiremos haciéndoles el trabajo sucio y cometiendo crímenes e ilegalidades en la frontera», asegura el presidente de la ARDH marroquí.

Las organizaciones defensoras de los derechos humanos en Melilla van más allá y no solo avisan de la posible vulneración de derechos con esta nueva alambrada, sino que advierten de que, en la mayoría de los tramos, esa futura valla estaría construida en suelo español, ya que los límites reales de Melilla llegan más allá del vallado español, según confirmó el propio ministro del Interior.

Antecedentes

No es la primera medida que se toma desde el país vecino para endurecer las condiciones de entrada a través del vallado o para mejorar la vigilancia de la frontera con España. Ya en el año 1999 se levantó una doble alambrada de espino, de poco más de un metro de altura, para dificultar la inmigración ilegal y el contrabando de tabaco y sustancias estupefacientes con la ciudad autónoma.

En noviembre de 2005 comenzaron a edificarse garitas de vigilancia y se construyó un foso alrededor de la valla española, que durante los últimos meses se ha limpiado y se ha hecho más profundo y pronunciado, quedando ahora una zanja de tierra de unos dos metros de profundidad y cuatro de anchura que, hasta ahora, servía para ralentizar la llegada de los inmigrantes a la zona española, y que ahora serán los cimientos sobre los que se levante el nuevo vallado.

Además, desde el pasado año, Marruecos ha erigido edificaciones cada 500 metros que, además de tener un puesto de vigilancia y unos calabozos, están dotadas de medios para que las Fuerzas Auxiliares puedan vivir en ellas durante días.

Del mismo modo, se está terminando de acondicionar una carretera perimetral que circunvala toda la línea fronteriza y que sirve para unir las ciudades limítrofes con Melilla y facilitar el trasiego de vehículos militares y el tránsito de la Gendarmería alrededor de la valla.

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