Ruta hasta el Astxiki, el pico más modesto de la cresta del Anboto

El resultado de los estudios in situ no dejó lugar a las dudas: El Astxiki acogió una fortaleza cuyos muros se extendían a las dos cimas: Astxiki, la principal; y Artxua ( 790 m.), la antecima noroeste. No está tan claro su función, ya que queda lejos de las rutas comerciales de la Edad Media, ni su época, aunque los indicios lo sitúan en el bajo medievo. Dudas que no hacen más que alimentar el interés en su visita, que aprovecharemos para completar un recorrido circular a la montaña y conocer así su cara más agreste.

Comenzamos la caminata el el aparcamiento de Atxarte, bajo la cantera. Seguimos la pista que se adentra en el desfiladero y pasa junto a la ermita de la Santa Cruz. Obviando el desvío que cruza el río (poste de señales) seguimos por el cemento hasta llegar a un pequeño rellano habilitado como aparcamiento. Un poco antes hay un desvío (izd.) indicado con un poste de señales (0h.10). Subimos por ese sendero, aunque cuando tuerce a la derecha lo abandonamos para seguir, hacia la izquierda, un sendero algo difuso al principio que recorre la ladera Oeste del Astxiki mientras asciende suavemente hasta situarse al pie de la pared (0h.20), donde hay algunas vías de escalada.

Continuamos pegados a la tapia hasta una gran laja, desde la que bajamos por una pedrera para bordear la base de la cresta oeste de la montaña. Cruzamos una alambrada. Superada la arista, la senda sube ahora en diagonal hacia un paso en el siguiente espolón (0h.30), inconfundible por la pequeña pedrera que tiene en su base.

Superado el paso, desembocamos en la vertiente norte de la montaña. El sendero está aquí mucho más definido y se sigue sin dificultad, aunque más adelante, ya entre hayas, prácticamente desaparece. Es el momento de buscar, un poco más abajo, un camino más amplio (0h.45) que viene de la carretera de Atxarte. La senda lleva hasta una gran oquedad en la base del espolón norte (1h.00). Hacia la izquierda, una trocha bordea la peña y atraviesa un modesto arco natural, uno de los pequeños tesoros escondidos del Astxiki.

Superado este nuevo espolón, ante nosotros se eleva el caos de rocas de esta parte de la cara norte, en el que el sendero se difumina y es fácil de perder. Así que lo mejor es buscar el terreno más cómodo para progresar entre la caliza, en la que nos tendremos que ayudar con las manos más de una vez. El objetivo es alcanzar la torre de alta tensión visible en las alturas (1h.15). Una vez alcanzada, el desnivel y la dificultad se modera para llegar sin más problemas al collado de Artola (1h.25, poste de señales), que separa el Alluitz y el Astxiki.

Ya solo queda un esfuerzo final para remontar el tortuoso sendero de la cara sureste que nos llevará hasta el pequeño rellano cimero (1h.45), donde estuvo el castillo. Unos metros antes cruzaremos una barrera estratificada de roca natural que en realidad es el muro más recio del fortín.

De vuelta al collado de Artola, completamos la vuelta a la montaña descendiendo (dch.) por la senda que recorre la más civilizada vertiente sur del Astxiki hasta retornar a la pista cementada, y de allí al aparcamiento de Atxarte (2h.30).