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Urdaibai: desde el mágico Bosque Pintado a la bella playa de Laida

Un recorrido por Kortezubi plagado de secretos y tesoros arqueológicos para disfrutar en familia

Sábado, 30 de Agosto de 2014

No es de extrañar que Urdaibai sea una parada obligatoria para las aves migratorias, la Reserva de la Biosfera es un rincón en el que sus generosas tierras guardan las más bellas historias. Desde el bosque pintado de Agustín Ibarrola hasta el arenal de Laida, una ruta mágica para disfrutar en familia. A orillas del Golfo de Bizkaia, en el corazón de la comarca de Busturialdea, están las marismas de Urdaibai, un gran paraje natural y el mejor conservado de Bizkaia. La ruta comienza en el valle de Oma, donde su arroyo, nada más nacer se encauza y desvela que no hace mucho tiempo las palas de un antigua ferrería y de una turbina generaban la luz para todo el barrio. Siguiendo el mismo río se llega hasta el sendero escondido que desaparece entre las frondosas encinas. En ese mismo punto, el cauce que parecía manso, cambia para mostrar su lado más salvaje. A su orilla, dos viejos molinos de trigo y maíz bien escondidos desvelan que en tiempos de hambre y posguerra, eran los únicos de la comarca que llegaron a pasar desapercibidos y gracias a ello, trabajaron sin ser descubiertos por la autoridad. El valle de BasondoLos caseríos expandidos por el camino encaminan la ruta a seguir. El fondo del valle, con una forma semicircular, es de un tapiz de hierba verde que se extiende hasta los 500 metros de anchura y deja a su paso una poblada vegetación. El caserío Lezika es el punto de partida antes de entrar en la ladera del monte Santimamiñe y el Bosque Pintado. El Bosque Pintado de Oma se trata de una plantación de pinos transformada por el artista Agustín Ibarrola, un mágico lugar lleno de contrastes y fusiones de luces y colores, ojos que nos observan, rayos, y siluetas entrecortadas que toman formas según nos acercamos a ellas. Un paraje que pasa a ser habitado por una serie de fuerzas enigmáticas.La mitología y la magia continúan en el monte de la comarca: San Miguel de Ereñozar. En su cima, la ermita guarda a un santo armado con una espada dispuesto a luchar contra el demonio que dicen que habita en el interior de la ladera. La leyenda dice además, que quién se lava con el agua que cae en el sarcófago de piedra que hay en la iglesia y después toca la campana ahuyentará al diablo. Cierto o no, lo asombroso del monte es el balcón natural sobre el que se puede vislumbrar el paisaje hermoso de toda la comarca de Urdaibai. KortezubiAl bajar de nuevo a las marismas se llega a Kortezubi, el sitio estratégico donde el agua hace posible el navegar por ella, de hecho, es la mejor manera de desplazarse por estos canales. Al final del canal está el embarcadero de Kanala, ubicado entre unas antiguas casas. Al pie de su Iglesia, hay un viejo sendero que desciende hacia la playa que marca el final de las marismas. Aquí, dos veces al día, justo cuando las mareas bajan, quedan al descubierto las llanuras de Arketas, repletas de organismos vivos que solo uno pocos privilegiados pueden pescar. El área de Urdaibai ofrece la posibilidad de alquilar cualquier tipo de embarcación sobre la que remar por la zona y llegar así hasta la duna que marca el fin de ésta ruta. Un final que invita a descansar y relajarse en la bella y tranquila playa de Laida.

 

 

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