Contra el frío, chocolate a la taza

El número de adeptos al chocolate a la taza es inversamente proporcional a la temperatura que marque el mercurio. Así pues, durante el último par de semanas, cuando las calles amanecieron revestidas de un blanco impoluto, el cacao líquido ha vivido días gloriosos. Eso aseguran gerentes de cafeterías y pastelerías, que coinciden en que ahora más que nunca los golosos han invadido sus locales. Aunque el temporal se ha retirado para dar un respiro, el invierno aún no acaba. Aún estás a tiempo de disfrutar del irresistible placer de calentar las manos y el cuerpo con un buen chocolate. Nosotros te decimos dónde:

BOHEMIAN LANE

Carnicería Vieja, 3

En Bohemian Lane no se sirve nada de origen animal. Ni siquiera la leche. Los fogones de esta pastelería ubicada en el corazón de Bilbao solo producen cocina vegana. "Casera, 100% vegetal y ecológica", describen Sandra y Naiara, dos jóvenes emprendedoras al frente de este negocio pionero en Bizkaia. El chocolate también cumple con sus requisitos: "Damos a elegir entre leche de soja, de arroz o de avena, que además cuenta con sello ecológico", explica la primera -esto es, que no han recibido pesticidas durante su tratamiento-.

"Al final, el nuestro no es distinto de un chocolate convencional", prometen. Como guía, comentan que el arroz es quizá algo más dulce que los otros dos ingredientes, aunque ninguno cuenta con azúcares añadidos.

Una taza de este chocolate amable con la fauna cuesta 2 euros; 2,30 si se prefiere con sirope de avellana. Lo ofrecen también en tamaño grande, aunque aún nadie se haya atrevido aún con ello: "Yo soy muy golosa, y aún así no puedo acabármelo", cuenta Sandra. La vitrina del local expone cupcakes y tartas de cuidada decoración, también veganos, con los que poner la guinda a una dulce merienda.

PASTELERÍA NEW YORK

Buenos Aires, 15

La Pastelería New York presume de ser 'de Bilbao de toda la vida'. Abierta desde 1923, preparan chocolate desde que por primera vez levantaron la persiana. El chocolate es allí un clásico. Aunque se suele acompañar con un buen bollo de mantequilla -otro producto 'marca New York'-, de un año a esta parte los churros comienzan a tomar protagonismo.

"Elaboramos el chocolate a la manera tradicional", explican los encargados del local. "Lo importante es hacerlo con leche, no utilizar en polvo u otros productos para ahorrar -explican-, utilizar un buen chocolate y hervir todo el tiempo que haga falta".

El tazón de cacao, a 2,60 euros, triunfa aquí por las mañanas, especialmente si es invierno; más este año cuando con la nieve se acumulaba en las aceras. Para acompañar, pastas, pastelitos, carolinas, pasteles de arroz y bollería variada. Nada falta en los estantes de la Nueva York del Botxo, que a la tarde completan con una buena tanda de churros a 2,50 euros la ración. "Comenzamos a prepararlos a las 17.30 horas como muy tarde, aunque adaptamos el horario en función de lo que nos pidan. Durante el fin de semana empezamos antes y en verano más tarde", apuntan.

CAFE LAGO

Posta, 13

El Café Lago está acostumbrado a subirse al podio de los más variados concursos gastronómicos de la Villa: el mejor café, la mejor gilda "Si hubiera un concurso del mejor chocolate, seguro que también lo ganábamos", bromea Goio, encargado del establecimiento.

El cacao líquido es aquí un clásico que se sirve todo el año. "Lo hacemos nosotros mismos. Utilizamos una chocolatera, que queda más fino, y la mantenemos todo el día". Lo típico es pedirlo con churros, que también son "naturales" -"hacemos la masa y todo"-, aunque estos solo se sirven por la tarde. A la hora del desayuno, lo común es llevarse a la boca torrijas, bollos de mantequilla, tostadas O cruasanes con mermelada, otra de las joyas de la corona. "Para que se haga una idea de lo que gustan, Café Lago es uno de los mayores compradores de mermelada Bebe de todo el estado", destacan.

La combinación de chocolate con churros se cotiza a 3,60 euros en barra y a 4,50 si se toma en una mesa. "Cuarenta y picos años" de experiencia avalan su buen hacer en el fuego. Otra veintena, en el arte de amasar harina.

TXOKO TINBO

Plaza Nueva, 10

Tienen solo un añito -celebraron su primer aniversario el 19 de diciembre-, pero al equipo de Txoko Tinbo no le va nada mal. 'Chocolate, churros y algo más', reza su lema, y cierto es. Pintxos, potes, cafés, gin tonics premium... Pero es que chocolate como el de Txoko Tinbo no lo hay en toda la ciudad. "Está hecho para nosotros. Lo pedimos a Gorrotxategi, en Tolosa, y tiene un ingrediente secreto. Como el nuestro, no lo tiene nadie", cuenta Carlos, el gerente de este local con amplia terraza entre los arcos de la Plaza Nueva.

Un ingrediente secreto que no impide que sepa al chocolate de toda la vida, "como el de casa". "No es dulzón, ni está mareado de dar vueltas", explica Carlos.

Lo típico para acompañar, cómo no, son los churros, que aquí también son artesanos. "Una señora taza" de chocolate caliente cuesta solo 1,90 euros; 3 euros si pide la ración de estos dulces. Sin embargo, desde el fin de semana pasado la golosa merienda puede ser redonda con las tostadas de carnaval que, por cierto, se hicieron con el 2º premio a las mejores tostadas de las fiestas el año pasado. El local se disfrazará para la ocasión, y su personal también. "¿De qué?", pregunta quien escribe. "Eso también es secreto", contestan.

COFFEE BREAK

Plaza Nueva 12 y Ercilla 26

El Starbucks bilbaíno, que le llaman. Especializados en cafés y batidos, cuentan con dos 'sucursales' en el Botxo (la de Ercilla es solo para llevar). Ahora que ha llegado el invierno, son los chocolates los que destacan en la carta. Hasta diez sabores se ofrecen en esta cafetería, a degustar entre menta, naranja y chocolate blanco, por mencionar algunos.

No solo cuentan con una amplia variedad de sabores; también hay opción a 'toppings', a elegir entre remate de nata, leche condensada (con uno de estos cuesta 2,30 euros) o bola de helado (2,60 euros). El chocolate a palo seco cuesta solo 2 euros que, además, se puede pedir con leche de avena. A disposición del cliente queda coronar el vaso con virutas de chocolate, de colores, canela, cacao en polvo, lacasitos...

Si se quiere llenar el estómago, las irresistibles palmeras de chocolate de la pastelería Goizalde acaban de llegar a Coffee Break. Para los más 'modernos', 'cupcakes', 'cookies', 'brownies' o 'doonies'. Tampoco falta la repostería de toda la vida con grandotas tartas y bizcochos.

CAFÉ DEL ARENAL

Calle del Arenal, 5

Cual estrella de Oriente, unas letras de neón muestran el camino hasta el ansiado destino: 'Chocolate con churros', reza el Café del Arenal en brillantes letras mayúsculas. Es su especialidad, y por ello son conocidos.

No se deje engañar por la decoración algo antigua del local. En cuestión de chocolate son los primeros de la clase. El que sirven es aquí es espeso, de esos que son más de tomar a ccharadas que de beber al trago. Se resisten a contar cómo lo preparan, "no vaya a ser que nos roben la receta", bromean. Los famosos churros que lo acompañan son una delicia, crujientes y en su punto justo de aceite.

La situación de la cafetería es un plus, con vistas al Arenal que le da nombre desde su ventana y con la iglesia de San Nicolás justo enfrente. Visita obligada tras un día de compras por el Casco Viejo o cuando se celebra la Feria del Libro.