Pollitos de huevo, salchichas-pulpo y otras recetas con formas divertidas para niños
La imaginación y un poco de maña son condimentos indispensables para disfrutar de los platos más ocurrentes, y ya de paso, inculcar hábitos saludables en los más pequeños de la casa
Marta Madruga
Miércoles, 22 de octubre 2014, 20:24
Mezclar colores y combinar diferentes formas e ingredientes puede transforman un plato de "¿otra vez esto?" en "¡qué rico mamá!". La receta apenas varía, igual de sencilla: arroz con tomate, una tortilla francesa, algo de fruta, un bocadillo para la merienda... la diferencia está en el emplatado. Jugar con la imaginación puede hacer que nuestros retoños se lleven a la boca -de motu propio y con una sonrisa- el mismo bocado que en ocasiones hemos de hacer tragar con la consabida argucia del avioncito o el "esta por mamá". Para ello proponemos divertidos platos con los que además, podremos disfrutar cocinando con los pequeños pinches de la casa.
Publicidad
1. Fruta de una isla tropical
La lucha de cada día: que los más pequeños se acostumbren a comer fruta. Pues bien, para convertir una simple y aburrida macedonia en el escenario de una película de piratas, solo necesitaremos un plátano, una naranja o una mandarina y un kiwi.
Pelamos la fruta y cortamos el plátano por la mitad, a la larga, dejando dos mitades semiplanas, que se convertirán en el tronco de dos enormes palmeras de película. A continuación rebanamos el kiwi en forma de gajos y los colocamos sobre los troncos de plátano, a modo de hojas de palmera. Los gajos de naranja conformarán la base de nuestra isla y ¡listo!, una buena opción para la merienda, el desayuno o el postre.
2. Un zoológico en tu bocadillo
Para pasar de un insulso bocata para la merienda a toda una excursión zoológica, tan solo necesitamos ser un poco diestros con las tijeras. Cangrejos, pequeños roedores o erizos pueden saltar al plato de la merienda de nuestros hijos sin dedicar demasiado tiempo. Puede ser una opción perfecta para sorprender también en los cumpleaños y hacer que dejen la piñata de lado -y con ello las caries- y acercarse ilusionados al plato de los bocatas. Para tal menester, tan solo necesitaremos bollitos de leche o medias lunas, chorizo de Pamplona, jamón york, lonchas de queso de fundir y algunas aceitunas negras.
- Cangrejo: abrimos el bollito por la mitad y lo rellenamos con chorizo de Pamplona. Con unas tijeras, extraemos un pequeño triángulo de una de las rodajas, la parte restante conformará una pinza de nuestro cangrejo. Repetimos la operación con la otra pinza. Cortamos otra rodaja en tiras y las colocamos en la parte trasera, a modo de patitas. Rebanamos una aceituna por la mitad y con ellas tenemos los ojos del animalito.
Publicidad
- Ratón: De nuevo, abrimos el bollito por la mitad y lo rellenamos con jamón y queso, dejando que una parte del relleno sobresalga por uno de los extremos. A continuación, con unas tijeras, recortamos en forma de triángulo lo que sobresale y colocamos una aceituna en el vértice. Para los ojos cortamos dos pequeños triángulos de jamón de york y colocamos sobre ellos media aceituna.
- Erizo: En esta ocasión, en lugar de abrir el bollito por la mitad, hacemos tres incisiones en la parte superior y en ellas introducimos las lonchas de jamón y queso que, previamente, hemos recortado en formade zig-zag. En una de las extremidades enroscamos una loncha de queso a modo de cucurucho y colocamos las aceitunas para conformar la nariz de forma similar al ratón- y los ojos.
Publicidad
3. Salchichas-pulpo
Preparar una divertida reunión submarina no nos llevará más que unos minutos con las tijeras, lo que tardamos en cortar una salchicha, primero por la mitad, y luego la parte inferior dejando ocho flecos que se convertirán en los tentáculos. Tras utilizar un palillo para hacer dos agujeritos a modo de ojos, podemos meter los pulpitos en el microondas -para cocinarlos de forma más rápida -o introducirlos unos segundos en agua hirviendo, ya que de este modo los tentáculos se rizarán aún más.
4. Arroz a los dulces sueños
El único problema que entraña esta elaboración es la posible sensación de culpabilidad a la hora de hincar el tenedor en tan enternecedora estampa: un osito que duerme plácidamente sobre el plato. Nada de remordimientos, la receta es tan sencilla que podemos servir el arroz de esta forma cada vez que queramos, incluidos los chefs de dudosa maña. El truco está en lavar previamente el arroz para eliminar el almidón y poder, más tarde, manejarlo de una forma más sencilla sin que se desmorone.
Publicidad
Tras la cocción, lo dejamos enfriar unos minutos, en lo que preparamos una fina tortilla (con un huevo sirve). A continuación, elaboramos una bola del tamaño de una mandarina con el arroz y la colocamos a un lado del plato, sobre ella situamos con cuidado las orejas y un poco más de arroz a modo de brazo. Después, servimos otra pequeña cantidad de arroz a un lado de la cabeza y lo cubrimos con la tortilla. Un poco de jamón york y queso en lochas harán el resto, es decir, el hocico y los ojos.
5. Pollitos en su cascarón
De una simple huevera, a un nido de pollitos. El truco está en cocer los huevos con la zona más puntiaguda de la cáscara hacia abajo, para evitar que la yema se desplace hacia el fondo o a los laterales, y así nos quede lo más centrada posible.
Publicidad
Con el huevo ya cocido y pelado, y con mucho cuidado de no romper la yema, recortamos en círculo la parte superior y extraemos la yema entera. Para hacer que la clara parezca un cascarón roto, nos hacemos con unas tijeras y seccionamos en zig-zag los bordes. Volvemos a introducir la yema, y tan solo restan los ojos y el pico, para lo hemos utilizado dos bolitas de pimienta y unas briznas de zanahoria rallada.
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión