James descarta la oferta de renovación del Baskonia y se enrola en el Panathinaikos

El timonel estadounidense se enrola en el gigante heleno después de descartar la propuesta de renovación trasladada desde las oficinas de Zurbano. Nadie le puede negar al Baskonia el esfuerzo de intentar mantener en nómina a James, pero, una vez más, la ley del mercado hace que la balanza caiga hacia el lado del más fuerte. A diferencia del verano pasado, en el que el equipo ejerció sobre el jugador de Portland una cláusula unilateral de renovación, la despedida se produce sin que medie vínculo alguno. El base de Oregon se convirtió en un jugador libre el viernes pasado y no ha terminado demasiado en cerrar un acuerdo con el Panathinaikos que se había ido madurando desde hace varias semanas.

El jugador que, junto a Darius Adams, ha contribuido a reconducir la tradición de bases en el Baskonia dice adiós sin necesidad de afrontar peaje alguno. La entidad azulgrana se ha beneficiado de la electricidad y la osadía de su juego durante campaña y media, pero no recibe cantidad alguna en concepto de traspaso.

El club ateniense hizo pública su contratación pasado el mediodía de ayer. James se convierte en el segundo fichaje estival del equipo del trebol después de la adquisición del interior Chris Singleton, proveniente del Lokomotiv Kuban, otro club expuesto a la desmantelación después de su exitosa campaña, en la que estuvo presente en la Final Four de Berlín.

El acuerdo entre James y el Panathinaikos cuenta, además, con una cláusula de salida a la NBA que el jugador puede hacer efectiva este mismo verano. En caso de recibir un contrato garantizado por parte de alguna franquicia estadounidense, el base todavía podría cambiar de destino, siempre que la oferta llegue antes del 5 de agosto.

A sus 25 años, el estadounidense se asienta en la élite europea, sobre todo en términos salariales. Se gana un contrato alto después de llegar al Baskonia en diciembre de 2014, en plena convulsión de una temporada en la que recién había caído Marco Crespi del puesto de primer entrenador para dar paso a la promoción de Ibon Navarro. Por aquel entonces, la marcha de Thomas Heurtel al Anadolu Efes y la incorporación de Adams transformaron el timón azulgrana en una maquinaria anotadora, más volcada en la iniciativa individual que en la organización de juego.

Con la experiencia de sus primeros meses en Vitoria, la pareja se asentó durante el curso a las órdenes de Velimir Perasovic, decidido a respetar la naturaleza fogosa de ambos jugadores y que supo equilibrar su ímpetu con contrapesos más cerebrales como Fabien Causeur y Ioannis Bourousis. Durante la pasada campaña, James caminó de inicio rezagado ante la eclosión superlativa de Adams, pero logró asentar su juego hasta ponerse a la altura de su compatriota. Su magistral último cuarto en el tercer choque de cuartos de Euroliga en la cancha del Panathinaikos bien pudo hacer que su nombre quedara anotado en la agenda de futuribles del club griego, que acaba de decir adiós a un guía de los de antes, Dimitris Diamantidis.

Vistoso y productivo

James deja una buena colección de estampas rotundas gracias a una explosividad que lo ha convertido en jugador vistoso, pero también productivo. Su maduración continuará la próxima temporada lejos de la disciplina de un Baskonia en el que siempre se defendió su estilo, quizás consciente de que el mercado del futuro pasa por el caladero estadounidense, con precios más asequibles y con más variedad donde elegir.

El Panathinaikos se lleva una pieza que el Baskonia quería mantener en su plantilla para un proyecto futuro en el que aún no hay entrenador definido. Pero el club ateniense sigue también atento a Ioannis Bourousis, al que ha trasladado una oferta millonaria en caso de que no logre cumplir su principal anhelo, que no es otro que encontrar acomodo en la NBA.