Zirika retrata un mundo actual enfadado en su instalación en Zas
El artista vitoriano construye un entramado de espinas de acacia y zarza en el que pequeños capullos florales abren una vía a la esperanza
Si hay quienes repiten que por el hilo se saca el ovillo, en el caso del alavés Miguel Alfredo Hernández Busto, Zirika (Vitoria, 1960) la ... cuestión puede verse también a la inversa. Y es que el artista, que en sus comienzos apostó por una soga como material y en cuya trayectoria aparecen piezas con cicatrices cosidas, ha trabajado con toda una colección de cuerdas, ataduras y ligazones. Ahora, en su entramado vegetal 'XXI. mendeko paisaia haserretua / Paisaje enfadado del siglo XXI' los cables unen entre sí y al techo del escaparate de Zas Kultur Espazioa un entramado de púas de acacia y zarzales.
La instalación, que se inaugura a las 19.30 horas de hoy en el local de la plaza de San Antón, está formada por decenas de ramas o tallos espinosos que llenan el cubículo del escaparate. «Es una especie de bosque amenazante, que te puede hacer daño», según el autor, cuya propuesta ha sido seleccionada en la segunda convocatoria de proyectos para el escaparate, como la anterior de Edurne Herrán, 'Chan(n)el'.
Confiesa Zirika que, en un principio, su pieza «iba a hablar de la naturaleza, de nuestro hábitat», con circunstancias como el calentamiento global o las agresiones al medio natural que encajan en la visión ecológica del artista. Pero la «situación muy espinosa» abarca también lo político y lo social en la actualidad, así que también quiere hacer referencia, por ejemplo, a «gente inmigrante que se engancha en espinas». Al final «habla de muchísimas cosas».
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Y es que hay una visión de cómo «la sociedad es consciente de que vamos hacia el abismo, con autoritarismo e idolatría». No obstante, ese trozo de naturaleza agresiva encapsulada entre cuatro cristales guarda sorpresas para el observador. Entre tanta espina, hay guiños a la esperanza, en forma de «pequeñas florecillas, capullos ocultos para que el espectador los busque».
Se trata de «siemprevivas», que «no pierden el color y redondean la instalación», detalla Zirika. En lo físico, la zona del escaparate ha precisado unos refuerzos en el techo falso para sustentar las piezas vegetales, que aportarán también todo un entramado de sombras punzantes a través de la iluminación, que permitirá a los viandandantes ver la propuesta del artista hasta mediados de febrero.
Zirika inició su formaión artística en 1979 en la Escuela de Artes y Oficios de Vitoria. Desde entonces, ha investigado y trabajado de forma autodidacta para aportar a la vida cultural y social de su ciudad una mirada crítica desde el ecologismo y con piezas donde los elementos naturales tienen especial presencia.
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