Una persona accede al tejado de la grada de La Vitoriana desde la torreta de iluminación E. C.

Zaramaga denuncia que jóvenes se cuelan en los campos de La Vitoriana y causan daños

Usuarios de las instalaciones aseguran que desconocidos escalan al tejado de los vestuarios para robar balones y ponen en riesgo las placas fotovoltaicas

Lunes, 29 de septiembre 2025, 00:19

En Vitoria no es extraño ver instalaciones deportivas municipales, principalmente las que cuentan con campos de fútbol, llenas de gente cuando realmente se encuentran cerradas ... para el uso público. En la mayoría de los casos son grupos que acceden fuera de horario a estos recintos, sobre todo las tardes de los domingos o los días festivos, para practicar algún deporte. Pero también hay quienes aprovechan la falta de vigilancia para entrar a estos complejos y deteriorarlos con usos inadecuados o comportamientos incívicos. Esta es la denuncia que trasladan muchos usuarios de La Vitoriana, en el barrio de Zaramaga, que aseguran que hay muchos jóvenes que aprovechan esos horarios de cierre para colarse y provocar desperfectos en los distintos elementos de que consta la instalación.

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Este recinto municipal abre de lunes a viernes (de 17.00 a 22.00 horas), sábados (de 8.30 a 20.30) y domingos y festivos (de 9.00 a 15.00) –los únicos con unos rangos más amplios son los de Lakua 03 y San Martín, que son considerados parques públicos– y en esos tramos horarios hay en el interior responsables de su vigilancia y cuidado. Pero cuando las puertas están oficialmente cerradas, mucha gente se cuela aprovechando que saltar la valla resulta relativamente sencillo por su escasa altura.

Las claves

  • Fuera de horario Los usuarios denuncian que muchos grupos acceden a La Vitoriana cuando el complejo está cerrado y que algunos de ellos tienen comportamientos incívicos y dañan el edificio o elementos como el césped o las redes.

  • Balones encajados Hay grupos de jóvenes que trepan hasta el tejado del vestuario para robar las pelotas que se quedan atascadas en la zona, lo que supone un riesgo para los paneles fotovoltaicos que se han instalado recientemente.

Por ejemplo, las tardes de los domingos o durante los meses de julio y agosto, cuando tampoco estuvo operativo, es habitual que los campos estén llenos de grupos jugando a fútbol u otras disciplinas deportivas.

Pero así como hay quienes hacen un uso adecuado aunque fuera de horario, también los hay quienes entran y no respetan las instalaciones causando daños en el césped artificial –hay quien ha visto a personas andando en bicicleta por encima de estas moquetas de compuesto sintético–, las redes de las porterías o el edificio que alberga los vestuarios.

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Aprovechando la ausencia de vigilancia, hay quienes beben alcohol, rompen el mobiliario o ensucian el interior del complejo

Y, sobre todo durante las noches de los fines de semana, muchos chavales se juntan dentro y consumen alcohol dejando desperdigados los 'restos' de estas fiestas y llegando a protagonizar incluso alguna pelea.Unas intrusiones que incrementan las necesidades de limpieza por la basura que dejan y también por la acumulación de orina en todo el perímetro del edificio central.

Riesgo para los paneles

Pero también hay quienes van más allá y aprovechan los periodos de tiempo en los que la instalación no está vigilada para subirse al tejado del bloque que alberga vestuarios y gradas y robar los balones que se quedan encajados tras los entrenamientos de los equipos de fútbol o sus partidos. Aprovechando la cercanía al edificio de las torretas de iluminación, trepan por su armazón exterior que se asemeja a una escala para así acceder a las cubiertas y sustraer las pelotas que se acumulan y que pueden pasar allí un tiempo antes de que sean rescatadas por la persona encargada.

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Más allá del riesgo de caídas desde una altura elevada de esas personas que trepan hasta los tejados, en estos espacios se ha colocado recientemente una instalación fotovoltaica de 270 paneles. Quienes acceden al techo pueden dañar estas placas o el sistema eléctrico de La Vitoriana y, en el momento en el que entren en funcionamiento, también podrían sufrir una electrocución.

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