Los vitorianos viven con desconcierto su primer día de pasaporte covid para casi todo

Con el pasaporte covid en el móvil o impreso, pero visible y junto al DNI, porque desde hoy a las ocho de la mañana es exigible casi para cualquier actividad en interiores. Desde esta mañana, todos los vascos deberán acreditarlo no sólo en restaurantes y locales de ocio nocturno, sino también en cafeterías, bares, gimnasios, hospitales, residencias, centros penitenciarios y para entrar a cualquier evento deportivo y cultural que se celebre bajo techo. Afectará también a los partidos del Baskonia y el Araski en el Buesa Arena y el polideportivo de Mendizorroza y a los conciertos de música, obras de teatro, cines y las visitas a museos. Hasta el momento quedan exentos los grandes centros comerciales como el Boulevard, El Corte Inglés o la Plaza de Abastos. No será necesario tampoco para asistir a ver al Alavés al campo de Mendizorroza.

La sentencia de ayer del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) no llegó a muchos ciudadanos que amanecían hoy con un desconcierto notorio en este primer día de pasaporte para casi todo. Los ciudadanos están sorprendidos por las prisas y quienes están al otro lado de mostradores y taquillas hacen lo que pueden, con lo que tienen -el Gobierno vasco no les facilita ninguna app- y con gran escepticismo.

En Vitoria, hasta las administraciones han tardado hoy en reaccionar. Ha costado pedir el certificado en los propios hospitales de Txagorritxu y Santiago y las entradas a los centros cívicos se han realizado durante la mañana como la de cualquier otro día. Según ha constatado EL CORREO, son muchos los ciudadanos de a pie y responsables de los diferentes establecimientos los que pensaban que la aplicación de esta medida para evitar la propagación del virus y fomentar la vacunación comenzaba a aplicarse a partir mañana jueves. Las dudas se han extendido también al tipo de aplicación que es preciso descargar para escanear el código QR o si los hosteleros están autorizados para pedir el DNI a sus clientes.

No obstante, las autoridades serán algo más laxas en este estreno. Fuentes municipales informan a EL CORREO que se dará «un tiempo prudencial como en anteriores ocasiones» con el fin de que «quienes deben aplicar las medidas reciban la información necesaria y activen los medios necesarios para su control». Y aclaran, a partir de entonces, «se realizarán los habituales controles para comprobar que la medida se cumple».

Con las primeras proyecciones, los cines son los últimos en sumarse a esta primera jornada de pasaporte covid. En cines Florida, la primera película era 'Encanto'. A las 17:00 los primeros espectadores se encontraban con el control de acceso y Juanma, uno de los acomodadores, colocaba las carteles que informaban de la nueva normativa. «Si estás vacunado esto no te supone ningún problema. Tampoco me desanima. Seguiré viniendo al cine», aseguraba Ana Yolanda. «Hay que seguir apoyando a la cultura», decía muy concienciada Esti López de Briñas, que acudía acompañada por Juani Fuentes.

Menos entusiasmados estaban los propios exhibidores. «No nos dejan ni vender palomitas porque no se puede comer dentro de la sala. En un restaurante si puedes ¿Por qué no piden el pasaporte en centros comerciales o en el transporte público?», se preguntaba uno de los empleados. «Esto es un nuevo palo para los cines». Tampoco hizo gracia a aquellos despistados que acudieron sin el certificado vacunal. A Eva tuvieron que cambiarle su entrada por una invitación. «No sabía que hoy lo pedían y no lo tenía descargado. Me han ofrecido volver mañana por el mismo precio».

Si bien la orden de exigir el pasaporte covid fue publicada a las ocho de la mañana, buena parte del día la red de centros cívicos ha funcionado como hasta ayer. El Ayuntamiento ha decidido que los usuarios de instalaciones municipales deberán mostrar el certificado y el DNI al personal de ventanilla para acceder a las piscinas o alquilar algún espacio deportivo. También si se participa en un curso deportivo, en el acceso a espacios de hostelería y en los espectáculos que se desarrollen en teatros y salones de actos. No así para otros servicios como bibliotecas o salas de estudio.

En el caso concreto del Europa y el palacio Villa Suso, solo se pedirá la acreditación vacunal para conciertos, obras de teatro y eventos con catering. La red de teatros municipales devolverá el importe de las entradas adquiridas antes de la entrada en vigor del decreto a los que no puedan demostrar que están vacunados.

A la entrada del Hospital de Santiago, muchos usuarios, sobre todo mayores, se encuentran con problemas a la hora de presentar el pasaporte covid. «Estamos ayudando a muchas personas a descargarlo. También hay otras que vienen con una foto y esto da problemas a la hora de leer el QR», dice uno de los trabajadores de Osakidetza encargados el control de acceso. Por suerte, este no ha sido el problema de José Luis Ortiz y su mujer, que acudían a consulta. «Nuestra hija ya nos lo había descargado en casa y veníamos preparados».

Mientras en el edificio de Consultas Externas el pase era libre, en el interior de los hospitales comenzaron a pedir el certificado hacia el mediodía. En la entrada principal de Txagorritxu hubo hasta cierta cola. Pero las visitas estaban preparadas. «Me parece fenomenal. Antes sólo pedían el DNI y la tarjeta de visita. He visto a mucha gente que no llevaba ni eso y se hacía la vista gorda», se felicitaba Margarita Oti.

Los usuarios que se han acercado a nadar a las piscinas del centro cívico Aldabe, en el Casco Viejo de Vitoria, han podido acceder al equipamiento sin mostrar su pasaporte covid. «Me han dicho que ahora mismo no sabían nada; que les dirían algo a lo largo del día; por lo que he podido entrar con normalidad solo con la tarjeta municipal», ha explicado Iñigo, un abonado de las instalaciones municipales. Desde el Ayuntamiento, han explicado que, por ahora no se está pidiendo el certificado. «Se están coordinando los diferentes departamentos para poner en marcha las nuevas medidas. Se informará a lo largo del día de hoy de forma conjunta».

«Es un poco rollo», confesaba Ainhoa Hernando, «pero si es necesario para salir de esta lo veo bien. A lo mejor no es la única medida, pero sí es un medio más para parar los contagios». Una decisión que le da «seguridad», pero que sí ve que llega tarde, al menos para los gimnasios. «En el vestuario casi nadie lleva mascarilla», comenta mientras espera a que le sirvan en el bar Wonders.

Algunos hosteleros lo pedían con muchas dudas. En el Triskari, junto a la plaza de la Provincia, Manoj Dhungana lo reclamaban a los clientes con muchas dudas. «¿Quién soy yo para pedir el carnet o el pasaporte covid?», se preguntaba. «Al final, es un marrón. Tengo dos entradas. ¿Dónde me pongo a pedirlo? Si estoy solo trabajando...», comenta.

En Body Chronos, Miguel Ángel Arcos ha pensado una manera de no estar todos los días pidiendo el pasaporte. «Vamos a adjuntar a su ficha del gimnasio su certificado y así comprobamos que todos los clientes se han vacunado». Un método que vio en un hotel, durante un viaje a Canarias, que le evitará tener que dedicar a una persona a vigilar el acceso. «Creo que es mejor, si estoy 11 horas vigilando, a cada hora que pasa es más fácil que levantes la guardia y se te cuele alguno que no está vacunado».

En el bar Camerino, Jonathan Mendia, uno de los camareros, lo tenía todo perfectamente preparado. Había incluso dibujado un rectángulo en el metacrilato de su barra para colocar el móvil con el QR. «Tendría que haber estudiado para ingeniero», bromeaba.

Otros se lo tomaban con humor. «¿Más segura? Si este QR se lo puedo pasar a mi colega», reía Sonia, que desconocía que con el pasaporte pedir el DNI también es obligatorio, tal y como aclaró el Gobierno vasco el lunes.

Los vitorianos estrenan el pasaporte covid con sorpresa. Algunos todavía no sabían que empezaba a ser obligatorio hoy. En el bar Mallory, los más madrugadores tomaban el preceptivo cafe de la mañana. «No me da mucha más seguridad, me la da más la mascarilla», decía Mari Carmen, una de las primeras clientas, con su certificado de vacunación en papel y en el móvil. «No me siento insegura, al final, a tomar algo a las 8 solo estamos cuatro».

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