Los vitorianos quieren velatorios cortos y uno de cada cuatro pide ya funeral laico
Proyectores de vídeo, música en directo, oradores, jardines de cenizas, recordatorios digitales, urnas biodegradables... Las funerarias se reinventan
Un total de 2.222 vecinos de Vitoria fallecieron el pasado año, según el anuario estadístico del Ayuntamiento. Este sábado, día de Todos los Santos, ... alguien se acordará de ellos y miles y miles de alaveses más. Salvo excepciones, sus cuerpos pasaron por alguno de los tres tanatorios que operan en la ciudad –Lauzurica, Albia y Virgen Blanca-Mémora– donde sus profesionales los dejaron a punto para la despedida final. A la carta. Porque los gustos de los vitorianos han cambiado en las dos últimas décadas y ya no hay dos entierros iguales, coinciden en relatar para EL CORREO los gerentes de las tres funerarias.
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Velatorios cada vez más cortos, un espectacular auge de las ceremonias civiles o laicas y la inclinación mayoritaria por la incineración frente a la inhumación clásica son ya el pan de cada día para estos profesionales que han tenido que adaptar sus servicios a los nuevos tiempos con innovaciones digitales y hasta oradores especializados en acompañar a las familias en este trance.
«Hay un cambio de enfoque: los familiares en lugar de centrarse en la pérdida, celebran la vida de la persona fallecida», comenta Natalia de Miguel de Juan, gerente de Virgen Blanca-Mémora. En las despedidas hay ahora música en directo, se proyectan imágenes con los mejores momentos de la persona fallecida, se recitan poemas, se ponen sus canciones preferidas, incluso con música en directo, se habla mucho, se ríe y hasta se brinda. Sobre todo cuando las ceremonias son civiles, algo que ya ocurre antes de uno de cada cuatro entierros que se organizan en tanatorios vitorianos, según los cálculos de los especialistas.
2.222 Personas
Vitorianos que fallecieron el pasado año, según la estadística municipal. Salvo excepciones, su despedida se organizó en alguna de las tres funerarias que operan en la ciudad.
70% Incineraciones
Frente a un 30% de inhumaciones. Son las cifras que manejan las funerarias. Los entierros de cuerpo entero están a la baja.
Familiares y amigos se encargan de recordar al fallecido, normalmente con la ayuda de oradores. Son personas contratadas por las funerarias y que se han especializado en acompañar a las familias en este trance. «Hablan con ellos, les preguntan por la vida de su ser querido, les ayudan en el caso de que quieran intervenir...», indica Salvador Uranga, gerente de Albia. Algunas de estas ceremonias son íntimas pero las hay también multitudinarias y recuerda en este sentido una reciente en el jardín de sus instalaciones en Gamarra con cerca de 300 asistentes.
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Y esto llega después de un velatorio cada vez más corto en el tiempo. Mientras en algunas provincias de España aún se reza junto al finado durante toda la noche, en Vitoria se opta por velar la víspera del entierro y no todo el día. «Las familias deciden que van a atender unas horas por la mañana y otras por la tarde y ponen los horarios en la esquela», comentan Nahia y Luis Lauzurica, al frente de la funeraria decana de la ciudad, fundada en 1850.
La despedida se alarga si el fallecimiento es en viernes y no hay enterradores hasta los lunes
Luis recuerda que hubo un tiempo en que se velaba en las casas o en salas de Txagorritxu y Santiago y en el que no había despedida sin su libro de firmas. Hoy prima lo digital y, señala, hasta los recordatorios tienen su formato pantalla. Es más, incluso velas se pueden poner on line en recuerdo del fallecido.
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Los velatorios eso sí, se alargan cuando la persona fallece en viernes y quiere ser inhumada, ya que en Vitoria no se entierra los fines de semana. Aunque los sepelios de cuerpo entero empiezan a reducirse. Las empresas calculan que entre el 65% y el 80% de las personas que fallecen en Vitoria a día de hoy es incinerada. Y hasta ese momento de la cremación se adapta a los tiempos. Además de ataudes de madera sostenible y urnas biodegradables, empresas como Virgen Blanca proyectan imágenes durante las incineraciones acompañadas «de sonido emotivo que acompaña la escena».
Además han creado espacios para el depósito de cenizas. Albia opta por un columbario provisional donde las familias pueden tener guardadas las urnas hasta que sepan dónde depositarlas definitivamente y Lauzurica tiene un jardín del recuerdo para los clientes que no quieren llevarse las cenizas de sus seres queridos.
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Las empresas calculan que entre el 65% y el 80% de las familias eligen incinerar a su ser querido
Los alaveses, dicen los gerentes, conservan el gusto por enviar flores. Y aunque ya no hay coronas como antes, señala Luis Lauzurica, las capillas, salas de ceremonias o las iglesias se llenan de ramos. Esto nos diferencia de los vecinos vizcaínos y guipuzcoanos a la hora de afrontar las despedidas. Son menos de flores y más de invertir en un buen ataud, ya que allí es habitual que se alce en hombros y se pasee unos metros antes del funeral de cuerpo presente en las iglesias.
Los empresarios apuntan que en su plan de atención al cliente no faltan gestos hacia otras religiones y culturas. Los imanes musulmanes disponen de sitios para realizar el ritual de lavado a los fallecidos de su religión y también saben que a las familias asiáticas les gustan los velatorios largos.
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La capilla de El Salvador, otro año cerrada por riesgos
La capilla del cementerio de El Salvador, el segundo de Vitoria después del de Santa Isabel, sigue cerrada y de nuevo no habrá misa de difuntos el 1 de noviembre. El Consistorio la precintó hace ya cuatro años por motivos de seguridad «debido al riesgo de desprendimiento de parte del techo». «Entendemos que hay personas que desearían poder utilizarla, pero en este momento debemos ser prudentes y mantenerla clausurada hasta que pueda garantizarse plenamente la seguridad», señalaron responsables de Cementerios.
Creen que hay necesidades más perentorias y urgentes pero no bastante han solicitado que se presupuesten las obras dentro del recinto religioso «con el fin de conocer el alcance de los trabajos que habría que realizar y valorar la inversión requerida».
Esa prioridad está ahora en los niños. El cementerio de El Salvador, 'el nuevo' para los vitorianos más veteranos, va camino del medio siglo de vida y sus calles y parcelas acusan el paso de tiempo y, sobre todo, las filtraciones de agua. Una mala impermeabilización ha hecho que con los años, las sepulturas y las fachadas sufran de desprendimientos, grietas, humedades... Entre el año pasado y este, Espacio Público ha invertido más de 850.000 euros en arreglar 1.424 nichos de las parcelas 234 y 244 del cementerio de las afueras.
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