Una vitoriana cruzará el Atlántico a vela por las chicas de Pakistán
«Como Colón». La vitoriana Begoña Alday, ex 'Conquis', cruzará el océano y usará lo recaudado para que las niñas de Hutsé vayan a la universidad
elena jiménez
Domingo, 20 de noviembre 2022, 01:10
Siddiquia vive a 2.400 metros de altura en el valle de Hutsé, Pakistán. Vista su apariencia, puede estimarse que tiene unos diecinueve años, aunque ... es imposible afirmarlo con certeza porque, en su cultura, no apuntan los días de alumbramiento ni celebran los cumpleaños. De cualquier forma, Siddiquia tiene cuerpo y vida de mujer. Igual que el resto de niñas de las que se rodea. Eso implica que, dentro de poco, se verá abocada a un matrimonio concertado, a pesar de que su padre, «una persona muy moderna», quiera retrasarlo al máximo. Con todo, su sueño es ir a la universidad y trabajar de médico. Para mudarse a la capital, Islamabad, y conseguirlo, necesita 3.000 euros.
Begoña Alday nació en Vitoria hace veintiséis años. Cuando alcanzó los dieciocho, se mudó a Tenerife a vivir en un velero mientras estudiaba la carrera de Ingeniería Náutica.
Fue a la universidad porque en su familia «era lo normal» y nunca se planteó que había personas que se quedaban apartadas de esa institución hasta que conoció a Siddiquia y le contó su deseo, que ahora es compartido. Por eso, durante un mes, atravesará en un velero (para no contaminar) el Atlántico -irá «como Colón», desde Gran Canaria hasta Barbados pasando por Cabo Verde- y, a través de un 'crowdfunding' (una recaudación vía 'online'), conseguirá el dinero y la llevará a la facultad. Un euro es una milla. 24 horas después de lanzar el proyecto, ha recolectado 1.578 euros. No obstante, Alday todavía «ni ha mirado» la cifra. «Me da vértigo», confiesa en una conversación en la que atiende a este diario.
Después de participar en el concurso 'El Conquis' de ETB en dos ediciones, la marino mercante tuvo la oportunidad de ir este verano al valle de Hutsé a grabar -junto con la Fundación Sarabastall, el director Sebastián Álvaro y la marca Ternua- un documental sobre alpinismo femenino, inspirado en la figura de Abdul Karim, una leyenda del alpinismo pakistaní, quien antes de morir dejó una petición: «Que mis nietas vayan a la montaña, que sean alpinistas y libres».
«Con esa frase les incita a subir al monte, pero no por las vacas o la agricultura, sino por placer», transmite Alday, «algo que, por lo general, queda reservado a los hombres». Por el momento, Amina, una de sus nietas, está más cerca de cumplir sus ruegos y ha empezado este año la universidad. No obstante, todavía permanecen en Hutsé muchas otras personas (en su mayoría, mujeres) que no pueden alcanzar la financiación necesaria para salir de esta sierra.
De esta forma, a partir de los 3.000 euros -que se prevén con un recorrido de 3.000 millas-, lo que se plantea es que «las chicas puedan sostener el proyecto a largo plazo». «El motor del cambio tienen que ser ellas», pero «ese dinero no les puede separar de la vida que les espera».
Para embarcarse en esta aventura, Begoña Alday ha dejado su trabajo en un yate privado de Dubái
Para embarcarse en esta aventura, Alday ha dejado su trabajo fijo en un yate privado de Dubái. Lo cuenta con la boca pequeña, pero la emoción se le escapa al revelar que va a cumplir un sueño. «No me agobia porque, de lo mío, hay un montón de trabajo, pero el que yo tenía no me motivaba», expresa, antes de admitir que, a pesar de haber estado muchas horas navegando (seis meses seguidos en la pandemia), «nunca me he enfrentado a algo tan duro».
Alday no le teme a lo psicológico porque «en eso estoy preparada». Ahora bien, estos últimos días está revisando la lista de 'imprescindibles' porque «te pones en el peor caso». «Durante un mes no vas a poder acceder a nada que no tengas en el barco. Hay un montón de cosas en las que no puedes fallar. Si algo se estropea o no cuentas con ello, vas a tener que improvisar, a lo MacGyver. Es un escenario más o menos seguro, pero cualquier pequeña cosa puede ser un desastre a mayores», transmite.
Y es que, poniéndose en situación, se imagina un mes dando tumbos «como dos astronautas del espacio» (irá acompañada de Xabier Rubio, otro exconcursante de 'El Conquis') y con una incertidumbre a nivel meteorológico «porque dependes del viento, y las condiciones últimamente son impredecibles». Todo esto, teniendo que cocinar, comer y dormir. Aun con todo, «estoy preparada», se reafirma.
Su experiencia en el 'reality show' vasco -otra prueba de aspereza y fortaleza- le sirvió para formar una marca personal. «Al principio no sabía cómo encajar eso en mi vida. Me apuntó una amiga sin avisarme e iba sin expectativas». Pese a que mira este proyecto a largo plazo (piensa en financiar más formaciones o en un intercambio con España) asegura que tenía miedo. «Es algo personal. Yo me he expuesto a miles de personas en 'El Conquis', pero cuando tú creas algo, tienes pánico de que no haya nadie detrás apoyándote», se sincera.
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