Vitoria: el último reducto de la grajilla en Euskadi
Tras un drástico decenso de su población en Euskadi, este peculiar córvido se refugia en la ciudad, donde se va a hacer el primer censo
La población de grajillas, esos ruidosos córvidos grises que se mueven en parejas o grupillos por los tejados y fachadas de Vitoria, merma año a año. Esta ave ha pasado de ser una reproductora habitual de numerosas zonas rocosas y pueblos del territorio en los 80 a estar sólo presente en la ciudad. La grajilla occidental ha experimentado un drástico declive en toda Euskadi que ha hecho de la 'Green Capital' sea el último reducto de la especie en la comunidad autónoma, según el Atlas de Euskadi de Aranzadi y el de España de SEO/Birdlife. Por eso la asociación Txepetxa con financiación del Ayuntamiento y de Electra Orona quieren implicar a la ciudadanía en un bonito gesto para salvarla: realizar el primer censo.
Aunque se confunden con los cuervos, las aves que normalmente se pueden observar en el casco urbano son grajillas occidentales ('Coloeus monedula'), el córvido más común tras las blanquinegras urracas, explican los especialistas de Txepetxa. Su plumaje intercala tonalidades negras con grises ceniza, sobre todo en la zona de la cabeza y cuello y el iris del ojo es también gris claro. Hace su nido en edificios, roquedos y huecos de árboles y es muy gregaria. En invierno son frecuentes las grandes agrupaciones en dormideros. En principal lo tienen en la calle Pintor Teodoro Dublang, donde se contabilizaron 66 ejemplares en diciembre de 2021. Cuando llega la época reproductora, se reparten por la ciudad.
Son omnívoras y buscan su alimento en zonas abiertas, con presencia de herbazales, matorrales, cultivos, explotaciones ganaderas extensivas y bosques adehesados. «Por tanto, la presencia de hábitats naturales abiertos y que combinan la agricultura tradicional puede ser otro factor que condicione la supervivencia de esta especie», reflexionan los ornitólogos.
Entre las causas más probables del descenso de su población, agregan, se halla la intensificación agrícola, lo que ha podido reducir la disponibilidad de semillas de plantas silvestres e invertebrados, así como aumentar las probabilidades de intoxicación por contaminantes fitosanitarios. Aunque en Álava no se puede cazar, sí está permitido en otras regiones. Y a todo ello se suma que los nuevos edificios ya no tienen huecos en los que anidar.
Para saber qué medidas de protección se deben adoptar para preservar esta especie, «es imprescindible conocer, en primer lugar, la población con la que contamos, su estado de conservación y las necesidades ecológicas que la especie tiene en nuestro entorno». Txepeta se propone cuantificar el número exacto de parejas reproductoras de grajilla en Vitoria. La primera fase del proyecto consiste en localizar y describir las características de los nidos de la especie. Para complementar este trabajo se solicita la participación ciudadana. Es por ello que se hace un llamamiento para que todas las personas que realicen cualquier observación de grajillas en Vitoria y sus alrededores durante el próximo año (hasta el 31 de mayo de 2024) la comunique a la asociación Txepetxa (txepetxateam@gmail.com / Twiter: @Txepetxa_org/ Instagram: @txepetxaring). También a través de las plataformas ornitho.eus y eBird.
A la hora de comunicar una observación, es importante indicar la fecha y hora, quien hace la observación, número de parejas, tipo de observación, actividad de las aves, localización y a poder ser, una foto del lugar del posible nido. En una segunda fase del proyecto, se abordará el estudio del uso del espacio de las grajillas para tratar de identificar sus áreas preferidas de alimentación y descanso. Se plantea colocar emisores de seguimiento remoto en varios ejemplares.