Vitoria reactiva la construcción con 200 pisos en Armentia, Aretxabaleta y Borinbizkarra

Los nuevos pisos de Armentia, que se yerguen entre las calles Hospitaleros y Compostela, retrotraen a otro tiempo por el volumen de los trabajos. A diferencia de las promociones de una sola parcela o de edificios aislados, comprende seis inmuebles que darán como resultado medio centenar de viviendas. Cuatro de ellos constituyen una urbanización cerrada, mientras que los dos restantes estarán más pegados al bosque de Armentia, cuyas vistas han actuado como uno de los principales reclamos para los nuevos propietarios.

A pesar de que las diferencias en el precio oscilan en función de la altura, la superficie y la orientación (los pisos que den a la arboleda serán algo más caros), cuestan entre 400.000 y 550.000 euros. Los bajos, por ejemplo, cuentan con 140 metros cuadrados, 23 de terraza y 400 de terreno adicional. Aunque la fecha de entrada está fijada para finales del próximo año, tanto los constructores como los propietarios confían en acceder antes por la rapidez que han alcanzado los trabajos en los últimos meses.

Pero las viviendas de Armentia no serán las únicas que se levanten en el extremo Sur de la capital alavesa. Los pisos protegidos de cooperativa construidos en Aretxabaleta han colgado ya el cartel de 'vendido'. Se trata de 110 hogares edificados en diferentes fases, y que se han ofertado entre los 137.000 y los 181.000 euros, más IVA. El extremo meridional de la capital alavesa es, a día de hoy, el que más actividad de construcción experimenta. Y es que a las citadas promociones hay que sumar los chalés de Ciudad Jardín (cerca de Lehendakaritza) y los cuatro nuevos bloques de la Avenida de Olárizu, a los que se unirán dos más. Al margen de este recuento se encuentran los pisos que el Ayuntamiento plantea levantar una vez concluido el desalojo de los okupas de los números pares de la misma calle.

No obstante, el sector también ha retomado cierto pulso en el entorno de los denominados nuevos barrios. En el último trimestre del presente año, Salburua estrenará 39 viviendas, también de protección oficial. Para esas mismas fechas está prevista la finalización de las ocho del Paseo de la Música, que rematan la zona de Castilla Sur y que están valoradas en torno a los 600.000 euros. «Es el resultado de cinco o seis años en los que apenas ha habido construcción. Hay mucha demanda embalsada», aseguran fuentes del ramo, quienes aseguran que el reciente parón ha provocado una «mejora en las calidades de la vivienda» frente a la voracidad de la primera década de 2000.

Pero más allá de los proyectos que supondrán una nueva expansión de la ciudad, en especial hacia el Sur, existen promociones que contribuirán a la consolidación de las parcelas que se encuentran vacías entre San Martín y Zabalgana. Lo que los urbanistas denominan «crecer hacia dentro». En una de ellas, en la que confluyen las avenidas de Zabalgana y del Mediterráneo, acaba de comenzar a levantarse un edificio con 27 viviendas, que rondarán los 300.000 euros. Según los plazos marcados, estarán culminadas en los próximos 18 meses; es decir, para la segunda mitad del próximo año. En una parcela próxima del mismo terreno, que acumulaba varios años de espera, se edificará otra promoción, aunque el proyecto está todavía por definirse.

Según reconocen fuentes de la propia actividad inmobiliaria, las actuales promociones alientan en cierta medida al sector, que todavía desconoce el impacto que tendrá la crisis económica derivada de la pandemia en los próximos años.

Vitoria se ha postulado como una ciudad propicia para trabajar la rehabilitación de viviendas en los próximos años por la antigüedad de algunos de sus barrios y la falta de eficiencia de numerosos edificios. De hecho, esa es la rama del sector que se presenta como la más factible para recuperar parte de la actividad perdida en la última década.

Sin embargo, buena parte de los proyectos relacionados con la regeneración de inmuebles se encuentran pendientes de las ayudas que la Unión Europea anunció durante la crisis, que estaban llamadas a financiar actuaciones para mejorar el rendimiento en materia energética hasta 2030. Al margen del escepticismo generado por la confusión que ha acompañado a las ayudas, los constructores aguardan la inyección para convertir la rehabilitación en la nueva especialidad principal de su área. El propio Ayuntamiento de Vitoria, de hecho, la consideran ya como una de las actividades más favorables a la reactivación económica, por los numerosos gremios que se ven implicados en un proceso de regeneración. El propio Gabinete Urtaran se encuentra pendiente de los fondos comunitarios para llevar a cabo un plan de regeneración de diferentes barrios valorado en cerca de 500 millones de euros entre la inversión y el retorno económico que generaría.

Pero a la espera de que el tiempo concrete las consecuencias reales de la crisis derivada de la pandemia, los expertos del sector advierten de que la obra civil se verá «mermada» en los próximos años. En el caso del Ayuntamiento, hay que recordar que las grandes inversiones, como el Auditorio y la ampliación de Mendizorroza, se han visto aplazadas sin fecha por los ajustes presupuestarios. Se trata de una tónica que se extenderá a todas las administraciones hasta que las cuentas recuperen el músculo previo a la emergencia sanitaria.