Vitoria, el paraíso de las alcachofas
La hortaliza protagoniza en la capital alavesa desde las recetas más sencillas a propuestas más arriesgadas que la dotan de originalidad y nuevos sabores
Sostienen los expertos que son ricas en fibra, lo que ayuda a que el sistema digestivo funcione mejor. Son muchas las virtudes de las alcachofas y tantas o más sus formas de cocinarlas. Algunos llegan a considerarlas planta medicinal y sus hojas de utilizan en algunos lugares con fines terapéuticos. Y en cuanto al sabor, la hortaliza puede cocinarse asada, frita, en tempura, al horno, en forma de chips…
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En Kobatxa (Mateo Moraza, 20) las ofrecen con chantilly de aguacate, tomate asado, jamón y piñones y el cóctel es sabroso y muy original gracias a las diferentes texturas. Carpaccio de alcachofa con ensalada y aceituna negra es la increíble propuesta de El Clarete (Cercas Bajas, 18). En este templo gastronómico las aplastan y las arropan con costrones de pan, jamón, cebollino y aderezos de soja.
Para saber si una alcachofa está fresca el tallo debe crujir al doblarlo, advierten los que saben y buscan las mejores para sus fogones. Siempre cuadran y aportan salud al plato. Como las de Tudela que salpican los spaghetti o fettuccine de Pizzería Dolomiti (Ramón y Cajal, 1), aderezados con espárragos trigueros, tomate seco, tomate natural, champis salteados y un toque de pesto de albahaca. Para chuparse los dedos, literalmente. Y en el mismo espacio proponen, en temporada, las alcachofas salteadas con jamón ibérico que tampoco están nada mal.
Es una delicia saborear las alcachofas que elabora con mimo Maribel de Juan en el Berenjenal (San Prudencio, 11). Crujientes y sabrosas, las hortalizas son uno de esos bocados de autor que nunca deben faltar en el menú del céntrico local. Son muy ricas las alcachofas con jamón que aparecen en el menú habitual del Mesón Restaurante Ali (Avenida de los Huetos, 23) o las que sugieren en A Fuego (Abendaño, 31) acompañadas con cremoso de foie y panceta cristal, que se convierten en tentaciones difíciles de rechazar. Y en el Kobijo (Dato, 25) las ofrecen a modo de rico pintxo, dándole un toque personal. Se trata de una tosta de pan de cristal con una alcachofa que descansa sobre un exquisito jamón ibérico. Para comerla de un bocado.
Cada vez hay más restaurantes que se prestan a trasladar sus creaciones a tu hogar. Es el caso del Txertena (Fueros, 28) donde disponen de unas apetitosas alcachofas confitadas con foie que se pueden pedir a domicilio y, por supuesto, pueden disfrutarse también en el local. Las del PerretxiCo (San Antonio, 3) son una delicia. Las ponen fritas embozadas en mahonesa trufé y acompañadas de panceta de Euskaltxerri.
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Una auténtica joya es la sugerencia del Zaldiaran (Avenida de Gasteiz, 21). En tempura y con una deliciosa salsa de pistacho es su recomendación. Se nota que les encanta el producto y lo trabajan con mimo porque utilizan la alcachofa en diferentes recetas. También está, por ejemplo, la flor de alcachofa con velo ibérico y yema de huevo.
¡Ah! Y para el que prefiera cocinarla en casa, nada mejor que acercarse a Conservas Victofer (Cuchillería, 14). Allí se pueden conseguir corazones de alcachofa de sabor suave, entera, categoría extra y variedad clara. «Cerraditas y compactas, increíblemente sabrosas», apuntan los artesanos del lugar.
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