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Ania Ibañez
Sábado, 19 de abril 2025, 20:58
Las vacaciones de Semana Santa ya no vacían las calles de Vitoria. Este sábado por la tarde era complicado caminar por el centro sin tropezarse. ... No sólo por los lugareños que no han hecho las maletas, sino por los turistas que han llegado para descubrir la capital alavesa. Porque cada vez se ven más mapas, visitas guiadas y ya no le sorprende a nadie que frente al rejuvenecido musgo 'green' haya cola para sacarse una fotografía. Un panorama difícil de imaginar hace apenas un lustro. Y eso que el tiempo no acompañó por la mañana, pero a la tarde dio una tregua.
Sigue siendo mayoritario ese turismo de cercanía que tanto se estila desde la pandemia (visitas de un día o menos), sino que hay gente que llega desde lejos y se sorprende de los tesoros que esconde Vitoria. Ese es el caso de Estella y Aris, procedentes de Grecia, que descubrieron la ciudad en plena ruta por el País Vasco. «Es preciosa», explicaba Estella. «Una ciudad tradicional, medieval e histórica», describía. Lo que más les gustó fueron las iglesias, los edificios antiguos y las plazas.
«Se preserva muy bien la arquitectura, es muy distinto a lo que vemos en nuestro país», alababa. La pareja no tenía quejas sobre la ciudad, sólo que la visita se les hizo corta porque sólo vinieron a pasar la tarde. «Nos gustaría mucho volver y descubrir más rincones de Vitoria», expresaba Aris, «quizás para el año que viene».
Los que no pierden la oportunidad de venir cada vez que pueden son Conchi y Paco, de Valladolid. Para ellos y sus dos hijas, «es una parada obligatoria». Sobre todo aprovechan los bares y restaurantes para «comer, tomar el café y disfrutar de un goxua».
Y es que la gastronomía es un punto fuerte para turistas como Carmen y sus hijas, Alma y Gala, que se acercaron desde Barcelona para ver a su amiga Marta y comer en el centro. Aunque han estado más veces aquí, era la primera vez que hacían el tour turístico organizado por el Ayuntamiento para descubrir la 'almendra' medieval gracias a su guía Leire. Lo que sí se mantiene en todas sus visitas es su admiración por la limpieza de la ciudad, «está muy cuidada». «Repetiremos», anunciaba Carmen. «A veces el clima te fastidia algún plan, pero tiene que llover para lo verde y bonito que está todo», remarcaba.
Para los bilbaínos Maider, Rober y la pequeña Elene, Vitoria también es una tradición que repiten todos los Sábados de Gloria. «El Casco Medieval es muy diferente al de Bilbao», explicaba Maider, alabando también el ambiente que hay en el centro de la ciudad y la cantidad de zonas verdes que existen para el disfrute de los niños pequeños.
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