Vitoria concentra en cuatro 'puntos negros' sus más de 11.000 alegaciones al soterramiento
El TAV se atasca en un aluvión de reparos institucionales y vecinales que añaden incógnitas al proyecto que ahora debe revisar Fomento
Existen pocas situaciones más frustrantes que esperar un tren que nunca llega, pero no deja de ser una estampa desagradable y demasiado habitual. El viajero ... mira a las vías desiertas desconcertado, inquieto por desconocer los motivos de su retraso, mientras su paciencia se consume a medida que el silencio lo envuelve todo y se traga el tiempo. Vitoria es hoy ese viajero que se ha cansado incluso de mirar al reloj, harto de que le prometan puntualidad, de escuchar una avalancha de explicaciones tan abrumadora que ni siquiera sabe con cuál quedarse. La capital alavesa se encuentra bloqueada en su particular paso a nivel, esta vez por una infinidad de discrepancias con un estudio informativo que considera impreciso.
La recurrente declaración del «proyecto estratégico» que emplean todas las formaciones políticas contrasta de manera frontal con las miles de alegaciones que ha recibido ya el documento del Ministerio de Fomento, que retratan una ciudad preocupada por el notable impacto que producirá el plan que transformará su movilidad. El Gobierno municipal, la Diputación de Álava y el Ejecutivo autónomo fueron las primeras en presentar sus reclamaciones, que coincidían en algunos puntos y señalaban algunas deficiencias en el estudio informativo. Después llegó el turno del resto de partidos y las asociaciones vecinales, que superan con creces las 11.000 alegaciones.
Puntos clave
Las notables diferencias en la estación de Eduardo Dato, donde el Gobierno vasco confía en ahorrarse 80 de los 170 millones que espera reducir del nuevo presupuesto de la obra (872,2 millones), las molestias por ruidos y vibraciones de los vecinos de Salburua y Zabalgana, la posible brecha que podría separar a estos dos barrios del resto de la ciudad, el «drástico impacto ambiental» en el entorno del humedal de Salburua, la necesidad de una mayor infraestructura para garantizar el transporte de mercancías... Todo ello forma parte de la barrera que no termina de rebasar el TAV para despegar por fin hacia su ejecución, y que ha comenzado a detener el reloj vitoriano en materia de transporte de vanguardia.
En su contexto
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872 millones de euros es el presupuesto del proyecto del soterramiento, según el último estudio informativo. El Gobierno vasco, no obstante, confía en reducirlo en unos 170 millones.
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Cuatro enclaves Además de diferentes matices técnicos, las preocupaciones se centran en la estación de Dato, Zabalgana, Castilla Sur y Salburua, al que hay que sumar el nudo de Arkaute. Además de las alegaciones institucionales, se esperan miles de reclamaciones vecinales, cuyo plazo expira hoy.
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2024 es el año para el que está prevista la llegada soterrada del TAV. Los continuos retrasos y el rechazo que ha generado el último estudio informativo, sin embargo, cuestionan esta fecha.
El proyecto se enfrenta ahora a miles de peticiones, que sobre todo hacen referencia a cuatro puntos clave de la ciudad: la entrada en superficie de Zabalgana, el túnel de 18 metros bajo el paseo de la Senda, la «icónica» nueva terminal del centro de Vitoria y la salida hacia Salburua y Arkaute, con grandes condicionantes ecológicos, convierten el último estudio informativo en un terreno minado, cuya resolución se presenta lejana.
El proyecto que está llamado a transformar por completo la capital alavesa, por lo tanto, se encuentra todavía en una especie de debate, a la que seguirá sin duda la cuestión presupuestaria, donde los últimos cálculos de Fomento (872,2 millones) han puesto en alerta a las instituciones vascas y alavesas. Vitoria aún debe superar varios capítulos para rebasar su particular paso a nivel.
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Salburua, Castilla Sur, Zabalgana y Estación Dato
Los cuatro puntos calientes
Evitar la brecha entre barrios y proteger el medioambiente
Además de las molestias de ruido y vibraciones, compartidas en su mayoría con Zabalgana, Salburua cuenta con el componente ecológico, esencial por su ubicación y su patrimonio natural. El Ayuntamiento de Vitoria ha transmitido su preocupación al abordar las alegaciones de esta zona de la ciudad y del nudo de Arkaute. «La afección que la infraestructura genera en su trazado hacia el este compromete críticamente la viabilidad ecológica del medio natural afectado», asegura el Consistorio, que añade que «el impacto es drástico en lo referente a los humedales de Salburua». De hecho, la Corporación solicita que se «revise la valoración de impactos ambientales y se planteen soluciones constructivas a la fragmentación ecológica que genera, que no queda en absoluto corregida con las medidas». Además, advierte de que «la estructura elimina directamente parte del robledal y los humedales de Maumea».
Preocupación por el nuevo túnel y la afección al tráfico en La Senda
Además de las zonas estratégicas de la ciudad, como los accesos de Salburua y Zabalgana y la construcción de la nueva estación, existe preocupación en la zona de Castilla Sur y El Prado. Es más, en pleno periodo de alegaciones, un grupo de vecinos decidió crear una nueva asociación en la que desaprobaban el proyecto de soterramiento, cuyos cuatro carriles de tráfico emergen desde el túnel alrededor de sus casas. Además de considerar esta fórmula como la «última alternativa», se mostraban preocupados por los «problemas de tráfico y contaminación» que podía generar el nuevo túnel de 18 metros de profundidad bajo el paseo de la Senda, cercano a las casas de Carmelo Bernaola, el Paseo Fray Francisco y Teodoro Dublang. Asimismo, advierten de que en algunos puntos se sustituirán zonas verdes por carreteras. Y creen que la rotonda de Portal de Castilla se transformará en una nueva América Latina.
Nuevas alternativas para minimizar ruidos y vibraciones
A pesar de que el estudio informativo del TAV incluya la instalación de pantallas de aislamiento acústico para corregir las molestias por ruido, tanto las instituciones como los vecinos han criticado la medida por insuficiente. El Gobierno vasco, por ejemplo, señala en sus alegaciones que los materiales de las barreras metálicas de doble absorción se fabriquen con materiales que permitan una mayor integración paisajística, como el metacrilato o elementos vegetales. Además, solicita que se incorporen viseras en la parte superior de las pantallas, siempre sin superar el valor límite admisible en relación a las plantas de los edificios residenciales cercanos a las vías. El Ayuntamiento, por su lado, aporta como solución limitar la velocidad en el trazado urbano, instalar amortiguantes en los carriles y pantallas de baja altura próximas al ferrocarril. Los vecinos recogieron miles de alegaciones.
Ajustar el sobrecoste a un edificio «icónico» en el centro urbano
La estación de Dato es sin duda uno de los puntos más sensibles del proyecto por las diferencias que ha suscitado entre las instituciones vascas y el estudio informativo. Además de los 83 millones de euros que Lakua espera ahorrar en la nueva terminal, el vestíbulo proyectado mostraba algunos retoques inesperados. La estación perdía un volumen considerable y el parking veía duplicado su tamaño hasta los 22.600 metros cuadrados. El Gobierno vasco, en este sentido, solicitó que se recuperase el edificio original, ya que quiere convertir la estación en un elemento «icónico» de la ciudad; algo que contrasta con la alegación del Colegio de Arquitectos de estudiar su derribo. Además, el Ayuntamiento insta a cambiar el acceso al aparcamiento, ya que según se contempla ahora se realizaría por una calle peatonal (Dato), lo que contrasta con las medidas para fomentar el transporte público.
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