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Cualquier dirigente político con cierto bagaje sabe que si quiere acabar su mandato con una agenda repleta de actos inaugurales, ha de tener los estudios, ... proyectos de ejecución, pliegos y planes de financiación encarrilados en la primera mitad de legislatura. El primer año, uno toma el pulso a su equipo de gobierno, a la oposición y a la propia ciudad, pero en el segundo empieza la cuenta atrás. A partir del ecuador de legislatura, la cosa pública coge carrerilla (si la coge) porque hay que llegar a la meta con material tangible que presentar al electorado. A la alcaldesa Maider Etxebarria y a su equipo de gobierno PSE-PNV ese final de la cuesta arriba le llega en mayo. Este 2025 se presenta con retos de calado, algunos más acuciantes que otros.
Vitoria, como todas las capitales de su entorno, tiene graves problemas de vivienda y debe hacer frente a la emergencia climática con cambios drásticos en su movilidad, pero hay cosas que no les pasan a las demás. O no a todas. El Casco Viejo necesita ya un plan de rescate, el comercio y la vida del centro de la ciudad languidecen, el Iradier Arena está desaprovechado, el TAV se planta 'pronto' a las puertas de la ciudad y nadie sabe qué va a pasar con el corredor ferroviario que quedará en desuso, los delitos no bajan mientras la Policía Local mantiene su huelga de celo y toca sacar a concurso el megacontrato de limpieza.
Y para cualquier decisión de calado, Etxebarria debe pactar. Lo ha hecho con Elkarrekin, con el PP y, sobre todo, con EH Bildu. Habrá que ver si estos grupos siguen con la mano tendida conforme se vaya acercando la fecha de final de mandato o deciden marcar distancia.
El Gobierno del PSE-PNV logró un acuerdo con Elkarrekin que permitirá a Vitoria contar por fin con un nuevo Plan General de Ordenación Urbana y dar por amortizado el anterior, diseñado hace 20 años. Se prevé que quede aprobado definitivamente en verano, lo que garantiza las ampliaciones de Mercedes, Michelin y Basquevolt. Y no sólo eso. Contempla 24.000 nuevas viviendas en los barrios, promociona la rehabilitación de edificios y de polígonos consolidados como Gamarra y Betoño y entierra la Ronda Sur y los chalés de Uleta. Ahora bien, nace con defecto de fábrica. Falta suelo industrial. O mejor dicho, parcelas XXL en polígonos como el de Júndiz para que puedan implantarse en la ciudad nuevos proyectos de gran envergadura. Es un clamor de los empresarios y el guante lo han cogido el PSE y el PNV tanto en el Ayuntamiento de Vitoria como en la Diputación. Pero para ello, al día siguiente de la entrada en vigor del nuevo planeamiento, el Gobierno municipal debe proponer una revisión, un proceso costoso ya que requiere de recalificaciones, expropiaciones y apoyos políticos.
Problemas de accesibilidad, casas antiguas, angostas y con problemas estructurales, vulnerabilidad social, falta de servicios, ordenanzas nada flexibles, un centro de salud obsoleto, unas rampas descacharradas, inspecciones de edificios inexistentes, ausencia de fibra óptica... La lista de problemas que acumula el Casco Viejo de la ciudad es larga. Un plan de revitalización del barrio pasa por una nueva ordenación urbanística. Ya está en marcha el proceso de redacción del nuevo PERI o plan especial de reforma integral de la zona. Se adentra en la fase de participación ciudadana con la apertura de una oficina de información en la calle Pintorería 45. Pero no será coser y cantar, la redacción y tramitación durará al menos 3 años. Se trata de ordenar, recuperar y conservar y de que el barrio cuente con espacios públicos que den calidad de vida a sus habitantes. Cada vez más voces piden la reapertura de la agencia de rehabilitación Arich.
Aunque Ensanche 21 se va a convertir en casero de jóvenes con las ocho viviendas que construirá en Nueva Dentro, esta medida se queda muy corta para ayudar a esas 13.000 personas que están en lista de espera para encontrar un piso de alquiler a precio asequible en Vitoria. El Ayuntamiento trata de poner vivienda en el mercado vía recargo del IBI, un acuerdo al que llegó con EH Bildu durante la negociación de las ordenanzas fiscales, pero el resultado de la medida se prevé incierto. Al pacto con el Gobierno vasco para hacer 960 viviendas de alquiler social en Salburua Vitoria sumará ahora al sector privado. Ensanche 21 ha sacado a la venta tres parcelas más en Salburua para que las constructoras levanten 462 domicilios en la capital: 183 viviendas tasadas y 279 VPO. Y además el Ayuntamiento tendrá en marzo un diagnóstico sobre la situación de la vivienda barrio a barrio y pueblo a pueblo que será la base para definir qué zonas serán declaradas tensionadas a fin de tratar de contener los precios.
Ahora que el Gobierno vasco tiene ya encomendada la ejecución de las obras del nudo de Arkaute, uno de los últimos tramos pendientes para la llegada de la alta velocidad a la capital alavesa, los más incrédulos podrán cambiar el paso. Veinte años después de que se iniciaran en Arrazua -Ubarrundia los primeros trabajos del nuevo medio de transporte que unirá las tres capitales vascas y estas con Madrid en menos tiempo, las máquinas rodearán la capital alavesa. Para 2029 se calcula que estén rodando los primeros convoyes del TAV, pero en el caso vitoriano sólo en superficie y sólo los de mercancías, ya que los de pasajeros deberán esperar a que se soterre la estación de trenes de Dato y todo ese corredor ferroviario que discurre entre el Este y el Oeste de la ciudad. No hay fechas para tamaña obra, de la que también se ocupará Eusko Trenbide Sariak por encargo del Gobierno central, aunque se habla de inauguraciones allá por 2033.
Será sin duda una de las mayores transformaciones de la ciudad. Sobre el TAV soterrado caben todo tipo de proyectos. Se ha hablado de casas y equipamientos y también de que esa pueda ser la solución definitiva para descongestionar el tráfico en el Sur. El dibujo de ese futuro le corresponde al Ayuntamiento. Mientras tanto, el nudo de Arkaute permitirá agilizar la variante del norte de Vitoria y garantizar la fluidez del tráfico en un eje estratégico. La variante, además, persigue reducir las afecciones de los trenes en la ciudad, al evitar que atraviesen la trama urbana de Zabalgana a Salburua, que se quedan con las vías en superficie. En paralelo, la infraestructura aumenta la capacidad del tráfico de mercancías, que sería más difícil de lograr en caso de que el túnel del soterramiento se quedara pequeño. Transportes ya ha puesto sobre la mesa un posible trazado para las mercancías. Arranca en la zona oeste de Júndiz y después rodea Vitoria por el norte de Lopidana y Gamarra Menor, y por el oeste de Zurbano. Ambas líneas (mercancías y pasajeros) vuelven a reunirse junto al nudo de Arkaute.
Este año Eusko trenbide Sarea (ETS) tiene que dejar ya diseñado cada metro de los 6.000 que dará vida a la extensión del tranvía a Zabalgana para que las obras de estos anhelados ramales arranquen en 2026. Antes se verá si la rotonda de Lovaina debe cambiar de fisonomía y está pendiente también la reforma de la reforma de la saturada General Álava. Esto en el año en que acaban de llegar diez buses eléctricos nuevos para la Línea 4 de Tuvisa y se espera la llegada de otros diez que permitirán ir mandando al desguace poco a poco a los viejos urbanos de diésel. El otro reto de la movilidad local viene heredado de la anterior legislatura. Siguen los atascos en el Sur en horas punta y una vez descartada la autovía por Lasarte se desconocen planes nuevos. En teoría se va a explorar la posibilidad de abrir de nuevo al tráfico ordinario la calle Zumaquera, reservada ahora sólo para el Bei, taxis y vecinos. En marzo empieza el ensayo de las zonas de bajas emisiones con una primera área acotada reducida sólo al Casco Viejo y a una parte pequeña del Ensanche. Y siguen sin resolverse las conexiones eficaces con Júndiz y Miñano. Tuvisa no logra evitar que miles de trabajadores cojan cada día el coche para ir al primero de los dos polígonos. Está en ciernes un nuevo plan de movilidad que debe hincarle el diente a algunas de estas cuestiones.
Es el primer año de programación completa para el Izaskun Arrue Kulturgunea-Gasteiz Antzokia, que abrió al fin sus puertas el pasado verano. Su impulso obliga a repensar el futuro de Montehermoso. También está por ver qué pasa con el Iradier Arena. Es una promesa de legislatura del Gabinete Etxebarria. Convertirlo en multiusos real obliga a mejorar toda su acústica. El equipo de gobierno dice que trabaja con «discreción» y que visita ciudades del entorno para ver qué han hecho con plazas de toros similares. No es este coso por tanto alternativa para un Teatro Principal cerrado por obras hasta mediados de 2027. El teatro, la danza y los conciertos de pequeño formato se reparten entre los centros cívicos y el Europa. Este Palacio de Congresos deberá dar el do de pecho en otoño, porque será sede de la novena Cumbre Global de la Alianza para el Gobierno Abierto, una cita internacional en la que participarán más de 2.000 expertos y líderes gubernamentales de todo el mundo.
En las comisarías vitorianas de la Policía Local y de la Ertzaintza se abren cada día 48 expedientes por la comisión de delitos. La cifra la engordan el aumento de los robos, cada vez con más violencia, y el incremento de denuncias por agresiones sexuales. Además, está el problema de las lonjas okupadas por jóvenes en situación de desarraigo y la cada vez mayor tendencia de portar armas blancas. Esto ocurre mientras los agentes de ambos cuerpos denuncian falta de medios para patrullar las calles. El Ayuntamiento y el Departamento vasco de Seguridad han anunciado para este año el «patrullaje conjunto» de Ertzaintza y Policía Local en las «zonas de calor» (con más delitos) para tratar de dar caza más efectiva al delincuente. Habrá que ver con cuántos guardias municipales pueden contar ya que pese a que esta prevista la incorporación de 52 agentes al Cuerpo en cuestión de año y medio las centrales sindicales policiales siguen en pie de guerra en demanda de un aumento de plantilla, el desarrollo de la carrera laboral y otras mejoras. Sus medidas de presión son la huelga de celo y la negativa a realizar refuerzos voluntarios. Los carnavales están ya a la vuelta de la esquina.
El comercio en el centro de la capital alavesa ya no es lo que era. Al elevado precio de los alquileres de las lonjas se suma la falta de relevo generacional en las tiendas más tradicionales, sobre todo en el sector de la alimentación. Se han puesto en marcha ayudas a emprendedores y ahora se estudia la manera de incentivar el relevo. A pie de calle hay esperanza, pero devolver su antiguo esplendor a las primeras galerías comerciales (Dendaraba, Itaca o el Pasaje Postas) es más complicado. La manzana de Urteim está ya más activa, pero no es la revolución esperada. El panorama es más negro en los barrios de oro. En las calles de algunos ya no hay ni panaderías.
La gestión de residuos urbanos es una de las prioridades ambientales de todos los ayuntamientos. Europa apremia y hay deberes por hacer. Los vitorianos generamos unos 390 kilos de desperdicios por habitante al año y sólo reciclamos el 39% de ellos. Los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) marcan que para este 2025 se deben reutilizar el 55% de estos desechos; el 60% en 2030 y un 65% en 2035. El nudo gordiano está en los restos de comida. El 47% de lo que se tira en un hogar es biorresiduo y sólo se recoge bien un 5%. El Ayuntamiento regala bolsas para incentivar este tipo de recogida selectiva. Este año, en el que el recibo de las basuras ha subido más de un 50%, entran en funcionamiento las nuevas bonificaciones por hacer bien los deberes. También es el año en que hay que sacar a concurso la nueva contrata de limpieza, una de las de mayor cuantía de Vitoria. Se habla ya de nuevos vehículos y de cerrar el contenedor de resto (el gris) algunos días. Es uno de los contratos más cuantiosos de cuantos adjudica el Ayuntamiento de Vitoria. La recogida de basuras se asignó en 2021 a la UTE formada por Ferrovial y la firma local Onaindia por 103,1 millones de euros, lo que supone más de 25 millones al año y expira a final de este 2025.
El equipo que lidera la socialista Maider Etxeberria suma 12 de los 27 concejales del pleno municipal. Para cualquiera de las grandes decisiones, el tándem PSE-PNV necesita pactar con alguno de los tres grupos de la oposición. En lo que va de legislatura, la alcaldesa y su teniente de alcaldesa, Beatriz Artolazabal, han llegado a entendimientos con todos. A Elkarrekin se lo han ganado para la aprobación inicial del Plan General de Ordenación Urbana, de la mano del PP se va renovando poco a poco la flota de autobuses eléctricos de Tuvisa, y con EH Bildu se han acordado las grandes cuentas. La coalición soberanista pactó el presupuesto de este año y las ordenanzas fiscales y es la que parece llevar posición de ventaja para acordar con el Gobierno local el plan económico de 2025. De esta manera Vitoria contaría con presupuesto por segundo año consecutivo.
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