Ardoaraba 2023
«En el vino, siempre es mejor primar la calidad frente a la cantidad»Sérgio Nicolau | Experto en viticultura regenerativa ·
El especialista portugués apuesta por prescindir de los químicos en el viñedo y apostar por variedades autóctonas para luchar contra el cambio climáticoVendimias cada vez más adelantadas, plagas, granizadas inesperadas, sequías... El campo, en general, y el viñedo, muy en particular, es el mejor escenario para comprobar ... que el cambio climático es una amenaza cada vez más real. Ypara luchar contra él, en lugar de armarse con un arsenal de abonos y plaguicidas, cada vez más voces apuestan por la agricultura regenerativa. El portugués Sérgio Nicolau es uno de sus grandes referentes. Ayer compartió su experiencia en una conferencia en Ardoaraba organizada por Slow Food Álava con motivo del Terra Madre Day.
– Como toda actividad agraria, la viticultura es una actividad de gran impacto medioambiental. ¿Cómo se puede paliar sus efectos?
– Necesitamos empezar a trabajar con nuestros cultivos imitando la propia naturaleza, con sus ciclos naturales. Esta es la clave: respetar siempre la biodiverversidad.
– ¿Qué diferencias concretas hay entre la forma de trabajar entre la viticultura regenerativa y la tradicional?
– La principal diferencia es que en la viticultura convencional estamos utilizando muchos químicos, labrando mucho la tierra y quebrando los ciclos naturales. Al contrario, en la viticultura regenerativa se busca regenerar el suelo, y la salud de la planta echando los nutrientes que necesita, no solo los macronutrientes: también los micronutrientes. Es algo parecido a lo que nos ocurre a nosotros, los humanos.Necesitamos una buena nutrición para tener buena salud. Hay que trabajar el cultivo del viñedo como un ecosistema, mejorándolo siempre.
– ¿Cómo se controlan peligros como el mildiu o la botrytis sin productos químicos?
– La idea es trabajar siempre con el microbioma de la planta para que sea lo más resistente posible a las enfermedades y a los ataques de los insectos. Hay que tener en cuenta que esto no se consigue de un día para otro.Lograrlo es un camino largo, siempre con la idea de utilizar la menor cantidad posible de productos químicos para llegar un momento en que no sea necesario utilizarlos más.
«Vinos con menor impacto»
– Pero, el rendimiento al cultivar 'en orgánico', ¿no se reduce mucho?
– Se reduce los primeros años, muchas veces porque los viñedos son como toxicómanos: son dependientes, están acostumbrados a los químicos. Lo que hay que hacer es equilibrar la planta para que tenga un sistema inmunitario fuerte. Esto no es fácil y durante el primer y el segundo año es habitual que la producción baje pero hay que tener en cuenta que cada vez hay más personas que buscan consumir vinos con bajo impacto ambiental y están más dispuestas a pagar más por esas uvas y ese vino. De todos modos, para mí es más importante la rentabilidad por hectárea en dinero que en kilos recogidos. Al producir en orgánico, también se pueden reducir los costes de producción con, por ejemplo, abonos naturales.
– Y los vinos que se producen, ¿son muy distintos? ¿Cómo repercute en la calidad?
– Lo que percibo es que al trabajar con , la densidad nutricional es mejor, está más nutrida y eso se repercute en la calidad de la uva porque el resultado final es la producción de aromas, de sabores más complejos y eso se traduce en vinos más, que se quedan más tiempo en la botella y van a mejorar.
– En Rioja Alavesa ahora mismo hay un gran debate sobre la necesidad de primar la calidad frente la cantidad. ¿Cuál es su percepción?
– Siempre es preferible un mercado que prime calidad frente a cantidad, en el que se paguen las uvas y el vino por lo que valen. Hay que hacer un buen marketing para vender vino a mayor precio, de modo que no hay que producir tanto por hectárea.
– En su explotación recupera variedades portuguesas. ¿Por qué es importante apostar por esas cepas autóctonas?
– Es importante por varias razones: las variedades portuguesas están adaptadas a mi clima, a mi suelo y son más resistentes. La otra es que hay un mercado, que está creciendo, de gente que busca cosas más genuinas. Para mí no tiene mucho sentido tener una uva que tiene todo el mundo, prefiero ofrecer algo diferente.
El alavés que lleva más de una década haciendo vinos a contracorriente
Los vinos regenerativos, orgánicos, biodinámicos... son una tendencia bastante reciente. Sin embargo, hay apasionados que llevan apostando por una forma de entender la viticultura distinta, a contracorriente, desde hace más de una década. Es el caso del bodeguero Eduardo Azpillaga, de Laguardia, que ya en 2011 comenzó a elaborar sus vinos regenerativos cuando aquí nadie apostaba por ellos.
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