María Arroyo, fundadora de Rooster Capital, posa frente a los arcos de la Plaza de España Blanca Castillo

María Arroyo | Fundadora de Rooster Capital

VTB | Vitoria Talento Berria
«No vemos que tenemos un sector biotecnológico muy prometedor»

Tras una trayectoria industrial, fundó en 2022 una consultora conecta inversores y 'startups' biosanitarias

Martes, 26 de diciembre 2023

Cuando una joven María Arroyo (Vitoria, 1977) dijo en Marianistas que quería estudiar Físicas, la respuesta que obtuvo de sus profesores fue rotunda: «Tú no ... vales para esto». Tras cambiar de centro para terminar en el colegio católico sus estudios había tenido que recuperar la diferencia de nivel durante todo un año y sus 'maisus' no lo tenían claro. Más de 30 años después esta vitoriana ha trabajado en multinacionales como la japonesa SMC y emblemas del empresariado alavés como el BTI Biotechnology Institute o i+Med. Por supuesto, se graduó en Ciencias Físicas por la Universidad de Zaragoza.

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Desde 2022, Arroyo es su propia jefa. «Durante el permiso de maternidad de mi segundo hijo empecé a darle vueltas a la idea de montar mi propio negocio. Habían sido 20 años trabajando por cuenta ajena y me parecía que era el momento de decir 'vale'», relata. Fruto de esa reflexión surgió Rooster Capital, una firma que busca «ayudar a las empresas a conseguir financiación para hacer proyectos de I+D más ambiciosos y a identificar con los inversores buenas oportunidades» en materia de ciencia y tecnología. «Ayudamos a las empresas a que puedan hacer proyectos de I+D que les permitan avanzar y revalorizarse».

«Mucho dinero» a invertir

En su ámbito, el de la inversión, antepone que «hay mucho dinero privado» buscando dónde depositar capital y obtener una rentabilidad generosa. Especialmente en el sector biosanitario, donde subraya que «incluso algunas empresas y fondos están creando sus propias divisiones en el ámbito».

En Euskadi, sin embargo, sí que matiza que ese capital inversor «está muy atomizado», sin grandes fondos. En el punto de mira, Arroyo señala tres negocios que están concitando el interés inversor: «sistemas de diagnóstico, productos basados en la flora intestinal y reproducción asistida». En este último sector destaca que «está habiendo un boom».

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La rama biosanitaria tiene en Vitoria referentes como i+Med o el BTI. Sin embargo, en muchas ocasiones la asociación entre salud y Euskadi se hace con San Sebastián y no con la capital alavesa. Preguntada por las razones de esa 'falta de fama', Arroyo apunta a la ignorancia de los propios alaveses: «Creo que no nos damos cuenta. No sé hasta qué punto estamos informados de que realmente aquí existe un ámbito biotecnológico y sanitario muy prometedor». «Quizá es que la gente es un poco comodona y necesita que le llegue todo fácil, masticadito», razona.

Pese a ello, la directiva tiene un matiz para su tesis: «Los medios de comunicación nos dais muchas oportunidades para darnos a conocer». «Tenemos unas capacidades muy importantes en Vitoria. En Álava hay potencial. Lo que pasa es que no podemos andar esperando a que vengan a la puerta de nuestra casa a contárnoslo», critica.

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«Humildad»

Tras una trayectoria más que amplia en la empresa privada, Arroyo no titubea cuando se le pide un consejo para esos jóvenes que en este momento puden estar pensando en la idea de emprender como ha hecho ella: «Que se formen». «El hecho de haber completado unos estudios no significa que inmediatamente ya sepan de todo», advierte.

«Cuando eres joven tienes el ímpetu del viento y la fuerza de los mares», reconoce. «Pero también hace falta humildad, aprovechar los recursos existentes, dejarse aconsejar y dejarse acompañar».

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